Canciones rotas (Cap.23 de 'La ropa sucia...').- Nacho Fernández
Fecha Friday, 29 April 2005
Tema 010. Testimonios


 

CANCIONES ROTAS

Cap.23 de 'La ropa sucia se lava en casa...'

Enviado por NACHO FERNÁNDEZ, 29 de abril de 2005 

 

 

   Los centros de la obra y las convivencias y cursos anuales suelen disponer de un libro, en el que se incluyen las denominadas “Canciones de Casa” que los fieles de la prelatura deben aprender, dentro del llamado “buen espíritu” que debe imperar donde esas reuniones tienen lugar. Pero existen otras canciones, que vienen de “en medio del mundo”, contra las que los directores luchan para que no exista un ambiente de frivolidad. Estas últimas son en muchos casos “canciones rotas”.

 

   La primera de las canciones que aprendí al llegar a la Obra y que aún recuerdo es una muy simple que también recordará Harto, mi gemelo de pitaje en la misma noche, en el mismo día y en el mismo centro. Por ello, me siento ahora contento al haberle recuperado gracias a Opuslibros y a las Orejas de Guardia. Se titula “Tinta y cálamo”. El mensaje es la necesidad de que los ciudadanos piten (se incorporen a la Obra).  La letra dice lo siguiente:...



           Tinta y cálamo, cálamo, cálamo

           Tinta y cálamo, cálamo, cálamo

           Y a redactar

           Que se está pasando el tiempo

           Que son plazas limitadas

           Anda y no seas holgazaaan

            Lalarala laralalá,la,la

            Lalaralala lalaralá,lala.la

 

   Así podría contar otras canciones, que poco a poco se me van olvidando. El Santo Marqués de Peralta identificaba a los hombres de la Obra con el burro de noria.  Los centros de varones (con v no con b de título nobiliario como el fundador)  de la Obra solían contar con figuras de artesanía que representaban a burros, en sus habitaciones. Los de mujeres tienen patas. No se me olvida el enfado que cogió en 1966  Pipe, hoy sacerdote, y entonces atleta renombrado en España, cuando desapareció en el Centro Vitruvio una de estas figuras de burro, que le había regalado el fundador. Todos los del centro éramos potenciales autores de la desaparición.

 

   Ese ambiente de figuras de burro se notaba también en las canciones. Para mí que tenían un mensaje escondido. Véase la canción de “El borrico de noria”

 

           “No se va de mi memoria,

             Lo que me han dicho al llegar.

             Vas a ser burro de noria.

             Borrico siempre serás.

             Y desde entonces yo canto

             Alegre es mi caminar

             Soy un borrico de noria

             Y mi gozo es trabajar.

 

             Y ole la carga que llevo y ole mi claro sincero.

              Siempre viejo y siempre nuevo.

             Y al prendarme de un anillo

             Se hizo eterno el caminillo”.

 

   Son unos párrafos de “El borrico de noria”. Es una de las canciones que más he oído durante mi estancia en el  Opus Dei. Otras que se oían mucho y que corresponden hacia 1968 son “La pesca submarina” (insiste en el proselitismo) y “Cantares de ronda” (necesidad de apostolado y de vida interior). Uno de sus autores era José Luis GG, entonces numerario y hoy ex. Por cierto, de cantarlas tantas veces, pienso que ya estaban deformadas.

 

   Pero existen otras canciones que no son como éstas, que se cantan en los centros, con las que los cantantes de turno entretienen a los demás en las tertulias. En algunos casos, los intérpretes tienen que autocensurarse,  pues pueden provocar reacciones de enfado en los directores, acompañadas de la correspondiente corrección fraterna. Recuerdo el caso de la canción “Sufre mamón”, del grupo musical español Hombres G, que no se podía cantar. Incluso se invitaba a los de la Obra a que las personas que poseyeran estos discos los rompieran. ¡Qué fuerte!, que diría un castizo.

 

   Uno de los máximos cargos de Televisión Española, José Luis, era el cantante y animador de las tertulias de agregados en el centro Recoletos, 5 (digo el número porque en el 19 de la misma calle había otro de agregados mayores). Recuerdo el día en el que se le ocurrió cantar la canción “Lola”, del grupo musical “Los Brincos”, que luego tuvieron gran impacto en la música española. Hubo risas entre los asistentes. Trascribo la letra para darse cuenta del por qué.

 

    “La otra noche, bailando estaba con Lola

    y me dijo que se encontraba muy sola.

    Y me dijo que yo ya no la quería

    Y creía que yo salía con otra.

    Sabes que no es verdad, nunca te miento.

    Nunca estuve con otra. Tú eres la única Lola.

   La besé en la cara, la besé en la boca

   Y ella sonriendo me miró.

 

   La canción terminaba:

  “La otra noche, bailando estaba con Lola

   Como niños besándonos en la sombra”.

 

   Imaginaos la escena. Ataque de nervios de quien os imagináis... Leed el último párrafo. Esta canción era una erótica del momento. Eso sí en el centro Recoletos, 5 se oía mucho a Bob Dylan o a Joan Báez. Una canción que se escuchaba en Recoletos, 5  entonces fue la de un grupo denominado Los Puntos que cantaba una canción titulada “Anouska”. El mensaje era muy apropiado:

 

   “Hasta que llegó aquel día.

   No supe lo que era amar.

   En mi caminar constante,

   Yo la tuve que dejar”.

 

  Como veis era una letra muy apropiada para un centro de agregados del Opus Dei. Seguro que los que leéis mis escritos de Opuslibros habéis vivido casos parecidos. Animaos a escribir.

 

Nacho Fernández

 

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