¡Que bueno que viniste!.- Tremendo
Fecha Wednesday, 27 April 2005
Tema 020. Irse de la Obra


Mira tú como son las cosas, voy buscando en la red el título de un libro sobre la vida de Juan Pablo II,  desde que era pequeño hasta antes de ser Papa, que leíamos en los retiros de San Rafael (por cierto, no lo encontré, si alguien sabe...era buenísimo) y uno de los enlaces que me da Google es el testimonio de Satur en el UNIV (te sales, torero!!).

Pues seguí leyendo todo lo que había publicado en Retablo de curiosidades y me fueron llevando las referencias, "como por un plano inclinado",  a Retegui y E.B.E. (después de leeros le sale a uno el Gratias tibi! por los poros). Que Dios os bendiga!!.

Recomendaría que os leyeran todos los que van buscando algo en recursos para seguir adelante. El buen humor (o mejor dicho, reir a carcajada limpia) y el saber el por qué de las cosas que ocurren dentro, me parece fundamental para construir la nueva vida. Vosotros reunís las dos cosas.

Os dejo con un escrito que me ayudó ...creo que es del general Mc Arthur?

Un abrazo y qué bueno que vinieron a la vida! 

Tremendo


Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila
cuando todo a tu lado es cabeza perdida,
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan,
Si esperas en tu puesto sin fatiga en la espera
Si engañado, no engañas,
Si no tienes más odio que el odio que te tengan
Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres:
Si sueñas –y los sueños no te hacen su esclavo
Si piensas –y rechazas lo que piensas en vano
Si tropiezas el triunfo o llega la derrota
y a los dos impostores les tratas de igual forma,
Si al hablar no exageras lo que sabes o quieres
Si logras que se sepa la verdad que has hablado
a pesar del sofisma del orbe engañado
Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida:
Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría
tus ganancias de siempre a la suerte de un día,
y pierdes... y te lanzas de nuevo a la pelea
sin decir nada a nadie de lo que es ni lo que era;
Si logras que tus nervios y tu corazón te asistan
aun después de la fuga de tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo cuando quede nada
porque tú lo deseas lo quieres y demandas
Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud,
Si marchas junto a reyes con tu paso y tu luz,
Si nadie que te hiera llega a hacerte la herida;
Si todos te reclaman y nadie te precisa,
Si llenas el minuto inolvidable y cierto
de sesenta segundos que te lleven al cielo,
Todo lo de esta tierra será de tu dominio,
y –mucho más aún- ¡serás hombre, hijo mío!.









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