El director, los pantalones, el fundador y José Carlos.- Jose
Fecha Thursday, 08 January 2004
Tema 070. Costumbres y Praxis


El director, los pantalones, el fundador y José Carlos

Mira, José Carlos. Lo que voy a decir a continuación puede acarrearme epítetos tuyos tales como "malpensado" o "retorcido". Pero a buen seguro que quien haya mamado en las ubres genuinas del Opus Dei sabe que en absoluto es imposible.

Dices, en referencia a un correo enviado por un participante días atrás -que también leí- que aquel director que envió a un adscrito a cambiarle los pantalones al Corte Inglés es un "caradura de aquí te espero". Yo así lo pienso también. Pero... ¿de verdad que aquel director dio esa orden a título particular? ¿No podría ser, lo pongo en condicional, una prueba a la obediencia de ese adscrito, a ver hasta dónde era capaz de cumplir las órdenes de sus superiores? En el Opus Dei que yo conocí (en el tuyo no, obviamente) eran muy capaces de eso y de mucho más.


Para que no me tildes de alucinado te voy a relatar una anécdota del Fundador (amadísimo para algunos, no amadísimo para otros) que oí reiteradamente en mis varios años de pertenencia y que era muy celebrada para aprender "cómo se obedece en el Opus Dei".


Decía así aquel relatillo: Estaba Escrivá un día de tertulia en el Colegio Romano con sus hijos cuando envió a uno de ellos a hacer un encargo a la calle (si no recuerdo mal, a comprar unos helados o algo parecido para consumirlos en la propia tertulia). Pero antes de que éste se fuera a realizar la compra le dijo: "Cuando vuelvas, llamas al timbre". Se ve que esta orden no fue pronunciada con un tono excesivamente imperativo sino más bien como de consejo, de modo que cuando el muchacho salió de la casa vio las llaves y pensó con la mejor intención (y sentido común): "Voy a coger las llaves y así cuando vuelva no tengo que molestar a nadie para venir a abrirme". Así lo hizo. Cuando Escrivá lo vio entrar más tarde en la tertulia con los helados sin que hubiera llamado al timbre, en un tono de duro reproche le dijo (de esto me acuerdo textualmente): "Hijo mío, tú y yo no nos vamos a entender nunca".


Mucho habría que decir aquí sobre la "obediencia inteligente y espontánea" que se pregona en la Obra. Por eso cuando leí lo de aquel director del pantalón, lo primero que me vino a la cabeza fue, como tú, llamarlo caradura; pero inmediatamente me acordé de semejante anécdota y, la verdad, chico, ya no sé qué decirte. Imagino que al fundador (amadísimo para algunos, no amadísimo para otros) y a sus enseñanzas no las tomarás como algo particular que nada tienen que ver con la Obra.

Saludos.
Jose







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