Ayudar en lo que buenamente pueda.- fede
Fecha Monday, 25 April 2005
Tema 110. Aspectos jurídicos


Sobre la "interpretación auténtica" de si los laicos pueden pertenecer a la Prelatura, ser fieles o "pueblo propio", más allá de un acuerdo de cooperación en apostolados específicos, sencillamente pequé de ingenuo en mi correo del pasado día 18.

 

Aparte de por ignorancia, por la razón apuntada por José Antonio: por las fuentes en que me informé. Hice una búsqueda en Google, me paré en textos accesibles de Ius canonicum y escribí a un amigo (con más de 30 años en la Obra) que imparte docencia en la Facultad de Derecho de la Universidad de Navarra, quien apuntó que podía entenderse como una interpretación auténtica (mis dudas sobre si la respuesta del Papa no respondía visiblemente a una falsilla facilitada por la Obra se juzgaron infundadas). Esa persona no se dedica al Derecho Canónico, tenía mucho trabajo y se limitó a responder a la consulta de un amigo sobre cómo interpretar lo leído.

 

Pero, en retrospectiva, visto lo precisos que en estos últimos días han sido sobre el particular eremita, José Antonio, Merlos (I y II), Compaq, Alberto Mendes, Tolorines, EBE y otros, no deja de sorprenderme que quienes escriben aquí puedan tener estos asuntos más claros que otros de los que cabría esperar otra cosa. El hecho es ilustrativo: hasta que no leí lo sostenido y argumentado por estas personas en opuslibros, la opinión que me había formado era muy otra. Convencido de que no me estaba dejando llevar por partidismos ni ideologías, y de que ayudaba a esclarecer la verdad, el caso es que contribuí materialmente a transmitir la "posición oficialista".

 

Mi haberme engañado me ha permitido conocer también una actitud y un modo de ver las cosas de algunos de la Obra. Generalizando (porque he hablado con otros dos numerarios y con una persona que admiro y que dejó de escribir aquí con argumentos parecidos): en opuslibros "no buscan la verdad", "no interesa la verdad"; se llega a donde se quiere llegar de antemano; piensan que todos los de la Obra siempre manipulan, mienten, engañan, tergiversan la verdad, etc. Literalmente: "No compensa intentar argumentar en ese foro".

 

Hasta donde alcanzo, aquí nadie pretende desautorizar lo que diga la Obra sólo porque lo diga ella. Es más: si hubiera sido así, ¡yo no habría pecado de ingenuo! Lo que dije es que las situaciones en las que uno es juez y parte dificultan esclarecer la verdad (y con esto no estoy emitiendo ningún juicio sobre el ejercicio por don Julián Herranz del cargo de Presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos). Precisamente: quien es juez y parte puede hacer querer hacer pasar por opinable lo que no lo es o por no opinable lo que lo es. Visto lo visto y leído lo leído, parece que los canonistas de la opinión "mayoritaria" podrían haber "presionado", a través de Ius canonicum y de otras vías (como la de obtener esa "interpretación auténtica en órgano oficial"), para que lo que antes era opinable fuese dejando de serlo.

 

Esas artes "interpretativas", que podrían llevar a tergiversar la voluntad del legislador, se apoyan, además, en la persistente generación de un campo de "distorsión de la realidad" alrededor de la Obra. De qué sea "realmente" la Obra; si es que va a resultar ahora, como señala eremita, que parece existir cierto consenso en que la única concreción histórica de la figura de prelatura personal es de hecho una excepción a la figura general que excluiría que los laicos pudieran contarse entre sus fieles o como "pueblo propio". Después de conocer los pormenores que eremita relata sobre la itinerante historia de esos cánones y la participación de don Álvaro, de Ratzinger, etc., el asunto deja de interesarme como antes (volvemos al "¿alguien sabe realmente qué es el Opus Dei?" de Satur).

 

También porque una persona me ha reprendido cariñosamente en estos días por "perder el tiempo" en opuslibros y otra ha recriminado un supuesto mayor interés en "interpretar la realidad" que en "buscar la verdad". El caso es que ambas me han hecho pensar qué es lo importante. Sin excluir que la búsqueda de la verdad sea prioritaria, ahora me parece que, más importante que "filosofar" o extraer remotas consecuencias de ciertos principios, para mí es prioritario hacer el bien que se me presenta como tal. Aun corriendo el riesgo de que me malinterpreten (una de las principales razones por las que dejé de escribir en el sitio) y también el de equivocarme por no seguir la regla que dicta: "en caso de duda, abstenerse" (que siempre ha sido para mí caballo de batalla, por no terminar de entender si es una regla moral o más bien inmoral). Así que he decidido reorientar mis prioridades.

 

En esto, creo que la conclusión de eremita y la respuesta que me dio EBE son muy atinadas. Es decir: lo jurídico puede ser "sanado" o corregido, en un proceso de revisión canónica... interminable, por mucha "solución jurídica definitiva" de que se hable. De lo que se trataría, pues, y sobre todo, es de ir "más allá" de la letra, de la norma, del estatuto jurídico de los laicos o de la institución, y atender a los efectos de ésta sobre la vida de las personas. Dado que es patente que en esa institución también hay elementos perniciosos, que causan dolor y hacen daño (y que ojalá desaparezcan, por la vía de reforma que abandera José Carlos u otra), me he propuesto ser en lo sucesivo algo menos teórico y más sensible a los damnificados por la Obra que escriben a opuslibros y ofrecerme de nuevo, como hacen ARP y Leo Boig, a ayudar en lo que buenamente pueda.

 

fede









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