Cuentan que no hace mucho estaban charlando el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Y en la conversación se planteó que podrían hacer un viaje para tomarse unas vacaciones.
-¿A dónde podríamos ir?, preguntó el Padre.
-A mí me gustaría ir a Indonesia -respondió el Hijo-. Es que lo están pasando muy mal, con el sutnami y tanto sufrimiento..., podríamos hacer algo por ellos.
- Y tú, Padre, ¿dónde querrías ir?
- No me importaría volver a Viena, me gustaría volver a oir un buen concierto.
- Ahora te toca a ti -le dijo el Hijo al Espíritu Santo-
- A mí -dijo el Espíritu Santo- me gustaría ir al Vaticano.
-¿Y eso por qué?
-Es que es un lugar donde no he estado nunca.
Es sólo una leyenda, claro.
Saludos,
Brian