Si me hubiera ido de putas, no hubiera pasado nada.- Harto
Fecha Wednesday, 20 April 2005
Tema 075. Afectividad, amistad, sexualidad


Una de las cosas que pasan entre los que leemos esta página es ver cómo algunos contribuyentes a ella son capaces de poner por escrito las pensamientos que rondan en nuestras cabezas y traducir a palabras los sentimientos que están en nuestros corazones.
 
Cuantas veces firmaría al pié de los escritos de tantos  y tantas en opuslibros, no de todos, como si fueran mis mismas palabras.
 
Este es el caso de Wompi, en su escrito publicado el domingo, con una historia tan parecida a la mia, con unos pensamientos que son los mios y hasta con una cronologia vital paralela. En la opus, se nos decía diariamente, que fuéramos "sinceramente salvajes" con nuestros directores, principalmente en la llamada "confidencia" o charla semanal (nunca se nos decía que lo fuéramos con los chicos de san Rafael o con los amigos de fuera, o con todos; no, para eso estaba la "santa picardía").
 
Yo fuí sincero cuando tuve claro que era homosexual y que lo sería siempre (nunca había tenido relaciones sexuales con nadie -hombre o mujer- a mis 32 años).
 
De mi director local pasé a las manos del encargado de san Miguel de la delegación y de ahí a las de un psiquiatra de la CUN, que me dijo  que yo no lo era, queriéndo que siguiera un superado auto-engaño, muy habitual en la opus.
 
Si yo hubiera dicho que "me había ido de putas", seguro que la cosa no pasaba de mandarme al cura para confesarme y ahí se acabaría todo.
 
Ahora, treinta años después de aquello, me alegro de haber sido sincero (primero conmigo mismo) y de estar fuera de aquel mundo, la opus, que me iba a aniquilar como persona, haciéndome un hombre desgraciado "in aeternum".
 
Con todos los panegíricos que se han dicho de Juan Pablo II en todos los medios de comunicación del occidente (aquí en Asia, al menos, la cosa ha despertado menos interés y -lógicamente- apenas alabanzas) hay que poner en la balanza de la justicia histórica la "demonización" por su parte que hemos sufrido los millones de personas de todo el mundo que no somos heterosexuales.
 
Históricamente somos ahora el "los malos". Antes la "santa iglesia católica romana" (SICR) combatió (y en millones de casos quemó y masacró): a los paganos, luego a los bárbaros, más tarde a los mahometanos y judios, después a los herejes, a continuación a los protestantes, luego a los científicos, tras ellos a los masones y comunistas, y ahora va a por nosotros. ¿Por qué no nos dejan vivir en paz? ¿Por qué no podemos TODOS vivir en paz?
 
A este difunto obispo de Roma yo le acuso de envenenar con su discurso homofóbico las mentes de millones de sus fieles en el mundo y, dolorosamente para mí, las de mis padres y otras personas que quiero de verdad.
 
Me importa un rábano la opus porque, en realidad, no tiene el poder que muchos le dan y es un grupo en vías de extinción. Pero me preocupa la influencia que las diatribas de este hombre van a ejercer en las mentalidades futuras, en las de esos jóvenes de quienes él se proclamaba "amigo".
 
Cuando -a mediados de los años ochenta- empezaron a llegarnos las palabras, habladas y escritas, contra quien no fuera heterosexual, yo militaba en una organización gay y me quedé sobrecogido. ¿Por qué contra nosotros? ¿Por qué ahora? ¿No hablaba él de tolerancia? ¿No hablaba él de "no tener miedo"? ¿No pedía él perdón por los errores de la SICR contra Galileo, protestantes, etc...? ¿A qué viene esto ahora?
 
En fin, Wompi, y tú, lector, que me has leido hasta aquí: que la naturaleza humana siga su curso en la vida (que es muy sabia y por algo nos hizo diferentes), que nos respetemos todos y que el nuevo obispo de Roma no nos haga más daño: ni a nosotros, ni a nadie.
 
Harto








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