Ya no tengo miedo a expresar mis sentimientos. Para Kaiser.- Amapola
Fecha Monday, 18 April 2005
Tema 900. Sin clasificar


Admirado Kaiser: 
 
Qué bonitas son las balsámicas palabras que le has dedicado a Nieves, qué acertada propuesta la de recuperar los sueños perdidos. Yo también intenté encontrar algún consuelo que ofrecerle, pero no lo conseguí, mis consejos no eran esperanzadores sino todo lo contrario, así que ha sido mejor que no llegasen a estas páginas. Te doy las gracias, amigo, por ser capaz de comprender otras "coordenadas" y por tomarte la molestia de intentar sacar espinas que no están clavadas en tu piel. 
 
En cuanto al texto que me escribes: "¡Cuidado, Amapola!", he de decirte que tienes toda la razón al mostrarme el precipicio al que, peligrosamente, se están aproximando mis pies. Ya sé que debería ("En este mundo hay que medir y contar y pesar las cosas"), medir, contar y pesar mis palabras, pero ¡hay amigo mío! he sido cobarde durante mucho tiempo, he creído que, si no pienso y actúo como la Iglesia cree que debo de hacerlo, pueda pasar ha ser la mala hierba del evangelio, ésa que dice hay que cortar y arrojar al fuego. Me dan escalofríos solamente de pensar en esas piras humanas organizadas por la inquisición, y en esas personas (árabes, judíos, no creyentes, etc.) torturadas y martirizadas por la Santa Iglesia Católica. Pero claro, todo está en la Biblia: ¿qué hizo Dios con los faraones que no querían liberar al pueblo de Israel?: mandarles las terribles siete plagas. ¡Pero bueno! ¿no les abrió después, a los israelitas, el mar rojo para que escaparan? ¿por qué no lo hizo al principio evitando así tanto dolor?
 
¿Y qué hizo con Sodoma y Gomorra? ¿Y con los coevos de Noé?
 
¿Él, un ser todopoderoso, puede equivocarse tanto que tenga que deshacer (por medio de dolorosos desastres) una y otra vez la humanidad?
 
Indudablemente, el mundo ha sido creado por Dios, pero la Biblia ha sido escrita por los hombres. Y yo ya no creo nada de nada de lo que me quieran hacer creer con respecto a la fe, ni la fe del carbonero ni la del herrero.
 
Ah, y ya no tengo miedo a expresar mis pensamientos, al fin y al cabo, morir hay que morir, así que si alguien piensa que las amapolas impiden prosperar al trigo y hay que arrojarlas al fuego, pues..., bueno, ya he vivido ese valle de lágrimas al que dicen que venimos. De la muerte en adelante sólo me quede la paz.
 
Mas... (aunque solo sea para molestar a quienes dicen que hemos venido a este mundo a padecer), hasta que me llegue el momento de enfrentarme cara a cara con el creador, voy ha gozar hasta saciarme, ¡que se chinchen!, estoy bien segura de que Dios será feliz de verme dichosa.
 
Un abrazo para todos,
 
Amapola








Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=4639