Me creía un caso aislado.- Galileo
Fecha Wednesday, 07 January 2004
Tema 040. Después de marcharse


Amiga Esther:

Nos concretas poco pero nos cuentas muchísimo. No sabemos mucho que ha pasado en esos 20 años, pero nos lo imaginamos. El problema de las "artimañas", no es sólo con los demás, es sobretodo con uno mismo. Hace 12 años yo estaba en la misma situación. En su momento me fui a 500 km y también me subí a un tren. Nadie me fue a recoger a la estación. Volví en autobús 13 años después, nadie me acompañó a la estación. Por suerte estaba plenamente convencido de lo que hacía y nunca lo dudé. Lo que me atormentaba era el porqué de aquellos 13 años, por qué había tolerado y aceptado tantas incoherencias, por qué había participado de tantas injusticias, por qué estuve tan ciego. No quise saber nada más del opus Dei, pero me creía un caso aislado, único, una persona que no había tenido las agallas suficientes para plantarse a tiempo. Pero sucede que subirse al tren del opus Dei es subirse a un tren sin paradas, un tren hermético con aire acondicionado reciclado, y bajarse en marcha puede suponer un descalabro. Algunos lo hacían así: las famosas defecciones notorias y escandalosas. A lo largo de esos 13 años "mi tren" se paró 3 veces: la primera vez me "convencieron" de que no me bajara, la segunda dudé y volvió a ponerse en marcha, la tercera la pude preparar con meses de antelación -la decisión estaba muy madura- y nadie pudo evitar mi salida.

Mi "reconstrucción" la tuve que afrontar básicamente solo. ¿En que me ha ayudado opuslibros 12 años después, cuando desde un punto de vista externo estoy completamente "normalizado"?. Primero: Ver que mi caso no era excepcional, que mucha gente inteligente y con sentido común -basta leer los testimonios- se ha visto en situaciones parecidas o peores, y ha pasado por las mismas dificultades para encontrar una salida. Reconocer eso ha supuesto cerrar una parte de la herida que todavía no había cicatrizado. Segundo: Quizás a consecuencia de lo primero (los mecanismos del subconsciente son complejos) se han terminado mis pesadillas en que me veía de nuevo dentro e incapaz de plantear mi salida. Tercero: Me lo paso muy bien y aprendo mucho de todos vosotros.

Esther, creo que la "reconstrucción" personal sólo puede edificarse sobre una aceptación de esas cosas que he comentado y otras. Empieza a ser tu misma, lee, infórmate de todo sin prejuicios, no tengas miedo a equivocarte (fuera no hay correcciones fraternas), acostúmbrate a discernir por ti misma, no quieras "cambiarte" de la noche a la mañana porqué entonces se puede hacer el ridículo. La reconstrucción consiste en buena medida en aprender a ser autónomos de nuevo: es duro al principio pero se puede. Se te nota un gran corazón: a querer a los demás sin trabas. Jacinto Choza (4/1) en su brillante exposición sobre la biografía de A. Ruíz Retegui (por cierto muy delicada con la prelatura, a pesar de algunas sutiles cargas de profundidad) nos habla al final de una moral que aúne y compagine la bondad y la felicidad. Cuando me fui, una de las razones que di es que no era feliz y me dijeron que la felicidad no era importante para tomar esa decisión. Para ellos la bondad es lo institucional y la felicidad lo teologal: sólo lo institucional es importante. "Extra Ecclesia nulla salus" para ellos se transforma en "extra opus dei nulla salus", dando una vuelta más a la tuerca de ese concepto erróneo y trasnochado.

Me encantaría poder ayudarte más, si quieres pide mi e-mail a los orejas.

Un fuerte abrazo a ti y a todos,

Galileo

PD: Que bien le aprovechó la mili a José Antonio!!!







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