¿Cuál es el verdadero fin del invento del Opus?.- Amapola
Fecha Sunday, 20 March 2005
Tema 120. Aspectos económicos


Queridas orejas:

Hace días que no participo con mis escritos en este maravilloso invento que habéis ideado y realizado con la intención de que -los ex- podamos estar en contacto con otros de nuestra misma "especie". Por lo tanto, también hace muchos días que no os agradezco vuestra generosidad: vuestras horas de dedicación a esta labor, así que ¡ea!, plaf, plaf, plaf, aquí van un millón de aplausos, que bien merecidos los tenéis.

Hoy mi comentario va de inventos, por cierto que, bien que me reí ayer cuando leí lo que cuenta Nacho sobre lo de guardar la llave del armario de los instrumentos de tortura en la alcachofa de la ducha, realmente fue un invento muy ingenioso.

Los míos son totalmente irrealizables pero, dado que ayer fue el día de las Fallas de Valencia, he decidido (antes de pasar al meollo sobre el invento del Josemaria) comentaros el más importante de los que ha creado mi imaginación: Veréis, yo estoy en contra de las guerras y, por tanto, en contra de la creación de armas, no obstante, siempre hay alguien que me dice que hay millones de personas que viven gracias al trabajo que realizan creando esos diabólicos artefactos.

Pues bien, la cosa es de lo más sencilla, creo que ya habréis adivinado por donde voy ¡¿A que sí?! ¡¿A que sería estupendo crear armas de madera que, una vez al año, pasaran a formar parte de una gran hoguera?!

Y luego, una vez quemadas, comenzar a trabajar en otras, lo mismito que hacen los falleros con sus ninot, que sus buenos dineros les dejan.
Pero, ¡vaya utopía! Ya sé que es un sueño imposible, ¡lástima!

El que sí consiguió llevar a cabo su invento fue el ¿santo? de la torre inclinada (en Barbastro, la iglesia dedicada al Josemaria está de esa guisa).

¡¿Cuánto dinero habrán amasado los dirigentes del invento?! ¿Con qué fin? ¿Por qué si Jesús dijo: "Dad vuestras posesiones a los pobres y luego seguidme", los actuales seguidores de Cristo hacen justamente lo contrario?

¿Cuál es el verdadero fin del invento del Opus? ¿Habremos sido (y siguen siéndolo los de dentro) unas simples marionetas en manos de uno..., dos..., tres...? ¿Cuántos serán los que conozcan la verdadera razón de la Cosa? ¿Cuantos los que tengan acceso a mirar lo que hay en la olla, tras la tapadera?

A veces divago pensando que el Opus (con casas extendidas por todo el mundo, y su costumbre de cambiar a las personas de aquí para allá, de forma que nadie conozca realmente a nadie) sería un estupendo nido de espías ¿No presume el Vaticano de tener los mejores agentes secretos? Por cierto, ¿para qué necesita la iglesia agentes secretos?

Este invento: el Opus Dei, ¿habrá sido creado en la mente de una sola persona?


Abrazos,

Amapola









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