Examen de conciencia (I).- Crítico Constructivo
Fecha Sunday, 04 January 2004
Tema 140. Sobre esta web


Examen de conciencia (I)

Estimado Jose Carlos:

Tengo demasiadas miserias como para hacer por completo el examen de conciencia que nos propones. Hoy, sólo haré los puntos 1 y 2.

1. Los que aquí escribimos, o los que tienen la responsabilidad de decidir qué se publica, ¿caemos en el insulto o la descalificación personal cuando no estamos de acuerdo con alguien? Cuando así es, ¿tenemos la rectitud de reconocerlo y pedir perdón, en público si la ofensa fue a la vista de todos?

Respuesta personal:

a) debo hacer el firme propósito de no caer en el insulto o la descalificación personal cuando no estoy de acuerdo con alguien;
b) pero no siempre lo logro; al contrario, muchas veces caigo porque soy limitado y pecador, y a veces digo cosas que no debo;
c) por las veces en las que lo hice pido perdón los ofendidos.

Ya que mencionas el tema de las descalificaciones personales, ¿qué opinión te merece el frecuente uso de estas descalificaciones por parte de los directores del Opus para con su críticos? Yo recuerdo que las descalificaciones de tipo ascético (alusiones a defectos dominantes; vicios capitales; etc) y/o psicológico (trastornos en la personalidad; enfermedades mentales; etc.) eran la respuesta más común y directa a las críticas. Tal vez, a muchos se nos pegó el defecto en el Opus Dei...

2. Cuando lo que dice alguien nos hiere, deliberadamente o sin intención de ello, ¿nos da por juzgar a su persona en vez de responder a sus argumentos?

Reitero lo dicho en 1). El que esté libre de pecado que tire la primera piedra

Recuerdo una anécdota: una vez, en una tertulia de numerarios, el secretario y el director del centro comenzaron a narrar anécdotas proselitistas sobre los chicos de San Rafael. Cuando se trataba de "pitables", todo era entusiasmo, elogio y ponderación. Pero cuando se trataba de chicos no idóneos, la tertulia volvíase un circo romano, en el que los defectos y las caídas de los chicos de la labor eran comida para los leones allí presentes, que juzgaban las conciencias con una falta de delicadeza que me impresionó mucho en su momento, y hoy me produce repugnancia. ¿Caso aislado y singular? ¿Costumbre generalizada?... No lo se.

Atte.,

Crítico constructivo







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