¿Compaceder a los homosexuales?.- Ramón
Fecha Sunday, 20 March 2005
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Hola Orejas,
 
Me uno al escándalo que supone que Viky, conspicua opusiana pueda compadecer a alguien por ser homosexual. Ese alguien no necesita que yo le defienda, pues no ha hecho nada malo, pero respondo porque me parece que esto es un ejemplo de lo que nadie debe hacer: compadecer a alguien por lo que es, basándose en prejuicios e ideas medio cocinadas por otros.
 
Lamentablemente es un funcionamiento frecuente en la Iglesia y al parecer entre los opusianos.
  1. No existe en el evangelio ningún pasaje que condene la homosexualidad. No existe ninguno en los hechos de los apóstoles, en las cartas o en el apocalipsis.
  2. No conozco ningún pasaje del antiguo testamento que hable de la homosexualidad, tan sólo el oscuro pasaje de Lot en Sodoma. Encima, luego Lot se acostó con sus hijas y las dejó embarazadas, para dar ejemplo al respetable. Por tanto, no existen elementos claros para condenar al homosexualidad a priori basándose en las sagradas escrituras.
  3. En el judaísmo, la homosexualidad es una abominación, puesto que, de acuerdo con su mentalidad, niega las fuentes de la vida. Y no olvidemos que el deuteronomio mandaba a la viuda sin hijos tener hijos con el hermano del fallecido para que siguiera la estirpe, etc...
  4. Entre los griegos y romanos (nuestra otra fuente de cultura) no condenaban la homosexualidad, sino que la vivían como algo natural e incluso óptimo, en gran parte también por sus condicionantes culturales, puesto que la mujer era un ser menguado y sin autonomía. No lo digo como alabanza, sino como consideración histórica.
  5. Por tanto, el rechazo de la iglesia a la homosexualidad se basa más en residuos de la cultura judaica que en una elaboración teológica de la sexualidad. Por otra parte, la moral sexual católica se niega a salir de su propio círculo, y no responde a los desafíos que le supone esta realidad u otras. Desafíos - aclaro- que son para parte de la Iglesia, no para el resto del pueblo llano católico que no tiene nada en contra. Y dado el monopolio cultural - teológico que tiene ahora la opus, no saldrá en muchos años.
  6. ¿Tendrá que ver la mentalidad de Vicky con la del santo marqués: "se viril" "no seas afeminado"? ¿Por qué insistir tanto en el macho-machote?.
La condena de la Iglesia a los homosexuales sólo añade sufrimiento a estas personas cuando son creyentes, estigma social y moral dentro de la Iglesia y los fieles católicos, y finalmente una disociación con los valores sociales de tolerancia y respeto.
 
Periódicamente, salen a la palestra médicos que han detectado el gen de la homosexualidad, la base científica de esta "enfermedad". Claro, si hay una base molecular es que es una enfermedad, y por tanto se puede tratar y corregir. Ya no es pecado, pero sí una anomalía. ¿no sería mejor dedicar sus investigaciones a otras enfermedades que sí matan el cuerpo, que es templo del espíritu? Pero claro, la realidad es tozuda.....
 
La ocultación de la sexualidad, incluso cuando se vive "rectamente", independientemente del sexo de la pareja sólo trae sufrimiento, pecado y situaciones anormales. No olvidemos el lema victoriano "virtudes públicas, vicios privados". Hasta que no se legalizó el divorcio, era habitual la figura de la querida, la mantenida o la amante. La esposa era un ser venerado en cuanto a institución, pero despreciado como persona con sentimientos y necesidades afectivas.
 
La prohibición de la homosexualidad trae su marginación a zonas oscuras, y con ellas todas las anomalías que se quieran. Alan Turing, padre de la informática y descifrador de las máquinas "enigma" de los nazis, fue condenado en los años 50 a tratamiento por ser homosexual. Le forraron a hormonas. No lo pudo soportar, y a pesar de ser  un gran matemático, un gran héroe de guerra, se suicidó. Todo gracias a un caritativo tratamiento para su distorsión.
 
Como ya se ha señalado, la Iglesia (y la opus como partecica) haría más bien en recibir, apoyar y aconsejar que no condenar.
 
Me imagino que Edu tendrá las orejas gastadas de condolencias y defensas. Edu: ni caso.
 
Un abrazo, orejas.
 
Ramón








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