Por si le sirve de provecho a los timoratos indecisos que piensan que el derecho canónico o cualquier otra macana les puede atar a dónde ellos no quieran, contaré como me marché.
Escribí una carta a mano, no sé si con bolígrafo o estilográfica, encabezada por un "Muy señor mío: No le llamo padre porque ni usted lo es, ni lo siento como tal ni sé que a usted le gusta que se lo llamen quienes no se consideran...".
Y después de un par de folios por las dos caras, en los que repasaba las coacciones que sufrí desde niño para pitar, para cambiar mi vocación profesional e incluso para intentar cambiar de temperamento y carácter, me despedía del señor Escrivá con un usted lo pase bien. Y punto. La metí en un sobre, escribí en él la dirección de Bruno Buocci -o como se diga- le puse un sello y la eché al buzón de correos. Y santas pascuas.
A los quince días, me llama el director del centro y me comunica que coja la maleta y cierre la puerta al salir. Como ya tenía alquilada una habitación en otro sitio y desde hacía varios meses no entregaba mi sueldo al secretario de la casa, no tuve ningún problema de vivienda ni económico. Y el testamento que había firmado y el papel cediendo el coche, o el usufructo y no sé qué más historias me importó un comino.
Y desde ese día del mes de septiembre del 72 (no recuerdo con precisión si fueron ese mes y ese año, pero más o menos) se me empezaron a curar mis males: colon espástico, vértigos, insonmio y, lo más importante, la eyaculación precoz. Así que ojo al parche, y nada de formalismos ni puñeterías. No pueden hacer absolutamente nada, ni el poder de sus códigos ni el de la propia Iglesia puede frenar a quien se quiera largar cuanto antes. A mí me parece una ridiculez eso de decir que hay que irse "bien". ¡y una leche!: hay que irse como a una o a uno le dé la santísima gana. O a lo mejor alguien se piensa que por hacer caso a la cofradía le van a dar un diploma o un certificado de estudios y buena conducta. Esto ya está muy hablado en la web, pero como se acerca la fecha del 19 de marzo, me parece oportuno refrescarlo. Como dijo Juan Pablo II: ¡No temáis! Y haced lo os venga en gana y cuando os parezca mejor.
Oye, Bastián, me dirá seguramente el pesado de Hércules -que es como mi sombra- tu actitud es antisocial y ácrata. ¡Premio para el caballero! ¡Qué alegría, qué alboroto... otro perrito piloto! pero volando por su cuenta. ¿Te enteras, Herculito?
Salud y libertad para todos.
Bastián
