Recuerdos a propósito del 19 de marzo: La Generosidad (y 3).- Emevé
Fecha Friday, 11 March 2005
Tema 050. Proselitismo, vocación


Recuerdos a propósito del 19 de marzo: La Generosidad

Cap.3 y último, Emevé, 11-marzo-05

Esta pequeña serie de 3 artículos está hecha pensando en aquellos adolescentes a quienes persiguen y asedian, reclamándoles que sean generosos, para todos aquellos cuyos nombres estarán anotados en Listas de San José en estas semanas. Y también para saldar un poco el daño que le causé a aquellas en quienes creé crisis vocacionales. Que Dios tenga piedad de nosotros. (Emevé)

¿Así que tú eres la famosa Emevé? “Te hemos encomendado un montón ah!!!”.- Me dijo una numeraria de una ciudad a más de 1,000 Km. de la mía que venía a hacer su curso anual y me conoció en el centro donde pité, y a donde yo estaba desde la oración de la mañana (6:30 a.m.), como todos los días.

Pié de página: “Te hemos encomendado un montón” dicho a una recién pitada (vocación reciente) y con un guiñito de ojo y sonrisa cómplice, quiere decir “hemos rezado porque pites y esperábamos que lo hagas desde hace tiempo”. Pie de página dos: yo conocí el opus dei en semana santa (fines de marzo), me hice asidua a mediados de junio y pité el 30 de septiembre de 1993... ¿Y en una ciudad a más de 1,000 Km. sabían de mi y ya rezaban por mí?. Me asombró un montón. Luego lo sufrí en carne propia: nadie pitaba y las “candidatas” de toda la región se encomendaban en toda la región. Fin de los pies de página.

Mira, te dejo la foto de Verónica, está en el colegio, es “estupenda”, tiene que pitar. El próximo año viene a Piura, a la universidad, y la tienes que hacer pitar...



- Ah, qué chica más linda, se le ve buena.
- Es e s t u p e n d a. Tiene que pitar.
- Ok, me voy a mi trabajo de verano. Gusto en conocerte.
- OK..
(he suprimido los saludos tradicionales para hacer esto más digerible)

Año y medio (aproximadamente) más tarde, viene la directora de San Rafael (labor que era mi “encargo apostólico” junto con las Agregadas y otra numeraria joven), a decirme “Emevé, tienes que hablar con Verónica”. Verónica no quería pitar ni saber nada de la Opus de Dios, pero se llevaba genial conmigo.

- Oye, pero a Verónica ¿no la trata C.?
- Si, pero Verónica no la soporta, así que tienes que tratarla tú porque contigo se lleva bien.
- Ah, pero no quiere saber nada de ser numeraria.
- Pero tiene que serlo, su vocación es clarísima, la vemos Don Perico, yo y todo el consejo local, está en la “Lista de San José” desde hace años, y ella no lo ve porque no es generosa.
- Bueno, pues si tú lo dices, le hablo yo.
- Eso, además que tú no has hecho pitar a ninguna numeraria todavía, así que haz lo posible para que Verónica sea tu contratuerca.
- Voy a rezar más por ella.
- Reza y háblale.
- OK.

A mi no me costó ningún trabajo andar con “Verónica”, porque era una chica muy alegre, simpática, divertida, la pasábamos muy bien haciendo planes, le encantaba cocinar y a mi me encanta comer, así que nos pasábamos el día organizando concursos de postres, cocinando en su casa, en fin, nos hicimos muy amigas. Pero tenía que hablarle, y le hablaba, poco a poco. “¿Sabes qué Emevé? ¡Yo quiero tener muchos hijitos!!!!!!!”. Fin de la conversación y cambio de tema.

Pero “Verónica” (el nombre lo he cambiado intencionalmente) era una chica muy buena, noble y, en fin, llena de virtudes. Así que tantos años de asedio le crearon una enorme “crisis vocacional” . Hasta que llegó el día en que me llama la directora de San Rafael y me dice: “Verónica está en la salita, anda habla con ella, y que pite hoy”. Y allá fue la obediente Emevé.

- Hola Verónica
- Hola Emevé
- ¿Qué tienes?
- Que no veo nada, yo no veo nada Emevé, no tengo vocación ni nada. La Amiga-Directora me dice que tengo, Don Perico me dice que tengo y yo no veo nada.
- ¿Pero qué quieres Verónica? ¿qué baje un ángel y se saque una pluma y firme en un papel “Verónica tiene vocación”? (para el lector inexperto, no es una frase mía, está escrita en alguno de los libros internos y la repiten insistentemente a las vocaciones recientes, y a las que hacíamos labor de San Rafael para que la usemos en estos casos. Estoy casi segura que es frase de Chemita. En fin, yo sólo seguí el “manual”)
- Noooooooooooooo, eso no!!!!
- Pues mira, si te serenas y te fijas, Dios te ha puesto en una situación en que gente que tiene gracia de estado, como Don Perico y Amiga-Directora, te dice que Dios te llama, te lo digo yo (yo en realidad me estaba fiando de lo que cura y Directora me habían dicho) y tú lo sabes. ¿Acaso no lo sabes? ¿En serio no lo ves?
- Creo que en el fondo sí, ¡pero yo quiero tener muchos hijitos!!!!!!!!!!!!!
Este solía ser el fin de nuestras conversaciones, pero no me pensaba dejar vencer, ya lo había consultado en la charla: "Pues tendrás muchas hijas del espíritu si eres generosa y fiel"

Cataplum, frase célebre, el arpón dió en el blanco:
- ¿Ah????????
- Si, Verónica, si eres generosa ahora y fiel después, traerás muchas vocaciones a la obra, que te costarán mucho sacrificio. Serán como tus hijas en espíritu ¿Tú sabes lo que yo hago para que vengan numerarias? ¿sabes lo mucho que me cuesta? ¿todo lo que rezo? Ni siquiera los dolores de parto te los vas a ahorrar, porque se sufre mucho, incluso corporalmente, hay que sacrificar mucho para que alguien entre, y sea muy fiel (en eso no mentía, lo padecí todo en mi salud mental y en mis carnes).
- ¿Si? ¿Entonces no perderé mi maternidad?
- No, nunca, las querrás muchísimo, como yo te quiero a ti, y te sentirás muy feliz al verlas felices. Ve a hablar con la Directora.
- Ok, voy.

Me fui a rezar por ella. Pitó al día siguiente, y aún sigue allí.

Hay dos frases que no se me borrarán nunca de la cabeza, la primera, la de mi Amiga-Directora: “Dios no se deja ganar en generosidad, si te entregas a Él, aunque no tuvieras vocación, Él, en premio a tu generosidad, te la concederá”, me la dijo al día siguiente en que pité, y se me quedó grabada a fuego. La segunda, la de Verónica: “Emevé hizo que me decidiera cuando me dijo que tendría muchas hijas en espíritu y que no me ahorraría ni los dolores de parto”.

Ambas frases fueron dichas sólo para animarnos a “ser generosas”. Ninguna era verdad, aunque hayan sido dichas con la mejor de las intenciones.

- Fin -
 

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