Extraña misión apostólica.- Dionisio
Fecha Monday, 07 March 2005
Tema 050. Proselitismo, vocación


Queridos todos:

Acabo de leer lo que cuenta emejota (6 de marzo) sobre cuando la directora le ordenó hacer apostolado con una chica de su colegio. Su historia me ha traído a la memoria algo que tenía olvidado, probablemente porque fue algo completamente ridículo.

Es, como pasa a muchos españoles, una historia de la mili, etapa de la vida que da para mucho. En mi caso, yo llevaba unas pocas semanas en el campamento inicial y estaba tan verde como cualquier otro novato. A mí un capitán me parecía que era poco menos que un hijo de los dioses, como Aquiles.

En la primera oportunidad que tuve para salir un fin de semana del campamento, el cura de mi centro me dijo que buscara al capitán castrense (al cura del campamento, para entendernos) y le invitara a un retiro para curas. Queridos orejas, ya os estoy viendo la cara de coña que ponéis, pero os aseguro que es absolutamente cierto. Dionisio en aquellos tiempos era un tío bien entrenado en el centro de estudios, que hacía lo que le dijeran que tenía que hacer, sin decir ni pío.

En el autobús de regreso al campamento lo comenté con otros de casa que compartían conmigo vida militar. Los más cabroncetes se revolcaban de la risa, lo más sensibles me decían "Joé, qué putada." Sin embargo, Dionisio no se amilanó. Cuando tuvo oportunidad fue a la oficina del cura. "¿Da usted su permiso, mi capitán?" "Pasa, chaval" Yo todo formalito, siguiendo al pie de la letra el protocolo militar. "A las órdenes de usted, mi capitán" Ya el cura debía estar medio mosca del recluta, me dijo con cara de no me hagas perder el tiempo "¿Qué quieres?" "Pues nada, es que D. Fulano me ha pedido que le invite a usted a un curso de retiro para sacerdotes los días tales y tales" Mi capitán, el cura, me miró con cara de "¿hasta aquí me persiguen?", y me dijo muy amable "Muchas gracias, ya veré si puedo ir." 

Y de esta expédita forma terminó mi tan extraña como verdadera misión apostólica. No sé si os haya gustado, pero a mí recordarlo, me hace reír. ¿En qué estaría pensando el cura cuando me dio semejante encargo? Estoy seguro de que muchos de vosotros tenéis algo igual de absurdo o más, por supuesto. Animaros a contarlo y nos seguimos riendo.

Un abrazo

Dionisio, riéndose en el Areópago

 









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=4329