Comentarios y respuestas.- José Carlos
Fecha Monday, 07 March 2005
Tema 130. Agradecimientos, felicitaciones


Querida Isabel (4-III):

 

Me quiero unir al elogio de Cooper (4-III) que dice que leer tus escritos es refrescante, por su optimismo, sinceridad, sentido común y constantes ánimos que das.  Sabemos que no quieres ofender a nadie y que hablas con el corazón: eres un sol.  No sé si sabrás que yo me pasé un mes en Nueva Delhi de labor social (“Viajes Internacionales Prelatura OD, Inc.”), y como tú me prendí de ese maravilloso país y sus gentes.

 

Querido José Antonio (4-III):

 

Con abogados como tú hay que decir las cosas con mucha precisión :).  Agradezco tu amistad.  En mi correo  (2-III) a Deza no digo que sea mala idea utilizar la brújula: a fin de cuentas no la inventaron en el crucero.  Simplemente constato la observación de que en nuestro proceso de reconstrucción muchos desconfían de la misma brújula porque vieron que se usaba en el crucero, aunque en realidad también pueda servir en nuestros veleros.

 

Sobre los pasajes del Evangelio, creo que la dificultad es natural: oímos muchas veces interpretaciones particulares de ciertas escenas, que pueden ser perfectamente válidas en alguna situación pero que chirrían en la nuestra; por tanto, para poder sacar todo el jugo espiritual de las parábolas de Jesucristo, por ejemplo, hemos de hacer el esfuerzo intelectual de trascender esas interpretaciones y buscar otras más pertinentes a nuestro caso.

 

Una última aclaración general sobre ese correo del velero, por justicia hacia mi querida mujer: cuando dije que me acompañaba a misa algunas veces, me refería a los días entre semana; los domingos vamos siempre juntos.

 

Querido Ántrax (28-II):

 

Yo no estoy en posesión absoluta de la verdad: de hecho me equivoco muchas veces, sí, también cuando escribo.  Pero así es, todavía en el siglo XXI hay personas que creen con toda el alma y sin rendir la inteligencia que Jesucristo es la Verdad y la Vida, y que su Iglesia tiene acceso a esa verdad.  En lo temporal y lo disciplinar también se puede equivocar, pero en la fe y en la moral, en lo que compete a Dios, al ser humano y su misión en el mundo, no.  Y no, nunca mataremos por amor a la Verdad.  Eso sí, rezaremos y trabajaremos para que la reconfortante paz de nuestra certeza ilumine el triste cinismo y escapismo que imperan en nuestros días.

 

Un fuerte abrazo,

José Carlos







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