Carbono14, dices:

"Yo soy feliz en la Obra, hago todos los días mis normas de piedad pero no me dejo dominar por mis directores aunque algunos numerarios con los que vivo piensen que no soy de buen espíritu. Pero sobre todo quiero ayudar a la Obra a que se de cuenta de sus errores, con lo cual le pido consejo a todos los Orejas para que me orienten.¿Con quién tengo hablar? y ¿Qué tengo decir?"

¡Menuda empanada! ¿Podrías precisar: 1º, a) qué entiendes tú por no dejarte dominar por los directores, citando, a ser posible, algún suceso concreto, y con qué objeto te aplicas a ello; b) cómo percibes tú eso de que los numerarios con los que vives piensen que no eres de buen espíritu; 2º, a) qué errores son los que a tu entender comete exactamente la Obra que merezcan tu intervención; b) cómo crees que se va a dejar ayudar la Obra; y 3º,  por qué pides orientación en lugar de tomar tú mismo las riendas de tu destino?

 No tomes notas, ni hagas ningún esfuerzo por recordar cada una de mis preguntas. Entérate bien, muchacho: si estás pidiendo orientación fuera de Casa, estás fuera de Casa. ¿Recuerdas aquello de servir a dos señores...? Tremendo dilema. ¿Y lo de "corazones partidos yo no los quiero..?

Puede que tu mensaje encierre un punto de cinismo o tenga una intención mayéutica. Puede que hayas pretendido tender una de tantas trampas provocando respuestas del tipo "¡sal de ahí cuanto antes!", y así probar el carácter delicuescente de esta página. Sea como fuere, te aconsejo que salgas pronto de este embrollo y decidas por tí mismo si sigues cumpliendo con el plan de vida y todas sus normas, incluyendo también la de la confidencia (que no debes corromper con consultas extramuros) y la de la corrección franca y directa a quien creas que te considera de mal espíritu por las buenas; o, por el contrario, soltar amarras y desprenderte de la dependencia de otros, sean orejas o directores.

¿De acuerdo?

Un saludo cordial.

Kaiser.