No te impacientes. Para Deza.- Gregory P.
Fecha Wednesday, 23 February 2005
Tema 040. Después de marcharse


Querida Deza:

No sé si te puedo ayudar. Creo que lo que relatas como problemas de "falta de conexión con Dios" no son tales, sino procesos normales de la vida interior. No sé si era Santa Teresa de Jesús, o de Lisieux, la que se quejaba de sus periodos de sequedad interior, que luego eran recompensados con creces. Muchas veces, dependen de procesos biológicos.

Yo te recomendaría que no te impacientes con tu alma. Dale un poco de "cuartelillo", déjale libertad. Piensa que durante 23 años no vivió la libertad de los hijos de Dios, sino la esclavitud de los hijos del Opus Dei. Tú alma no podías dirigirse a su Padre como le viniera en gana, sino siguiendo la "bastardilla" impuesta por el Fundador de la Obra. Siguiendo unas rígidas normas del plan de vida, que, a lo mejor, no se compadecían con tus propios deseos espirituales. No te estaba permitido, por ejemplo, seguir el Oficio Divino, si te hubiera gustado hacerlo. Ni rezar los salmos, o componer tus propias oraciones, como han hecho muchos santos en la Iglesia, a lo largo de los siglos. O pasar noches en oración.

En la obra sólo se permitía seguir el camino trillado, sin salirse ni un milímetro.  Por eso, es normal que ahora no sepas utilizar la libertad que tú misma te has conseguido. Te pasará, por un tiempo, como al pajarillo al que le abren la jaula: no se atreve a salir de su encierro. Y lo peor es que ni siquiera sabe que puede salir, que ya no hay cárceles que le sujeten. Se queda petrificado, mirando fijamente la puerta de salida.

Claro, ahora no haces las normas. No las haces todas. Te has arrancado esas alas, como decía monseñor. Y piensas que ya no puedes volar, cuando es todo lo contrario: has dejado el lastre que te ataba a una espiritualidad constreñida, y vuelas en libertad. Lo que haces, sea poco o mucho, lo haces porque quieres, no para poder rellenar por la noche la hojita de las normas, o para no tener que mentir a tu directora en la confidencia semanal.

No te olvides de que en el Opus Dei se deforma a vida interior, y eso nos hace más difícil tratar a Dios como hijos, volver a tratarle como meros cristianos de a pie.

No sé si has sido directora de algo. Pero si has estado 23 años, creo que sí. Seguro que durante muchos años has "llevado" asuntos a la oración, has "visto" soluciones, y las has aplicado, a veces contra viento y marea Parecía que los directores, al tener "gracia de estado", tenían que "conectar" todos los días con Dios. Que "veían" cosas que el mismo Maestro les susurraba al oído. ¡Cuántas veces pusimos en boca de Dios lo que era nuestra propia opinión! ¡Cuántas otras veces aprobamos como venidas del Altísimo consignas de la Obra, que no teníamos claras para el caso concreto que teníamos delante! 

Ahora es distinto. Ya no tienes las cosas tan claras. Ya no "ves" cosas en la oración. Pero, ¿acaso pensabas que Dios te susurraba al oído esas cosas?

No es así. El espíritu sopla donde quiere, y cuando quiere. No dudes de que Dios es tu amigo. Que ve cómo te esfuerzas en ver su rostro. Y que te lo mostrará, pero cuando Él quiera. No cuando tú quieras.

Creo que me ha salido un correo engreído y antipático. A fin de cuentas, quién soy yo, con todos mis defectos a cuestas, para darte consejos. Espero haberte servido para algo. Reza un poquito por mí. Estoy seguro que Dios te escuchará.

Un abrazo muy fuerte.

Gregory P.









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