Lo bueno que hemos aprendido.- Miguel Ángel.
Fecha Monday, 21 February 2005
Tema 100. Aspectos sociológicos


Las cosas buenas que hemos aprendido en la vida pueden venir de muchos sitios, no sólo de la obra. Es posible que alguien que haya estado dentro muchos años pueda decir, lógicamente, que casi todo lo bueno lo ha aprendido allí. Pero en realidad se aprende de todas las situaciones de la vida, de manera positiva o negativa. Positivamente sería el caso de aprender directamente lo bueno que vemos, mientras que negativamente sería justamente lo contrario: aprender lo que no se debe hacer.

 Hay cosas buenas que ya se tienen, y otras que se adquieren.

 

Estas mismas cosas aprendidas las podríamos clasificar en dos tipos. Tendríamos por un lado la educación estrictamente dicha, que normalmente puede ser recogida en escritos, y que seguro que nadie nace sabiéndola. Aquí podríamos incluir la forma de coger los cubiertos, la forma de comer, la forma de hablar, ... Bajo este aspecto, seguramente sí que podríamos decir que hemos aprendido mucho en la obra, y más, en los casos en los que hemos sido captados en la adolescencia, con muchas cosas mundanas por conocer. Por cierto, ¿cómo se comen los langostinos?. Yo lo hago con cuchillo y tenedor, pero no por educación, sino porque le tengo alergia a los caparazones de estos bichos.

 

Y por otro, tenemos el carácter, lo que entraría más en el terreno de la virtud. En esto sí que hay bondades innatas, y otras que se deben cultivar o mejorar. Así podríamos mencionar el respeto a los demás, la caridad, la justicia, no sé, mil cosas. Pero mira por dónde, muchas de ellas han de practicarse justamente al contrario de lo que nos enseñaban allí dentro. Por eso salen algunos que nos critican sin haber leído siquiera nuestros testimonios, como hace unos días. Eso es lo que les enseñan, a juzgar sin escuchar. Convendréis todos conmigo en que es mejor lo contrario, primero ver qué razonamientos tienen los que nos rodean.

 

¿Y a qué viene todo este rollo?. Pues lo que quiero decir es que bendito sea todo lo bueno que tengo, sé o intento practicar en la vida. Que me da igual dónde lo haya aprendido, sea de la obra, sea del vecino de enfrente, sea hacer un simple nudo de corbata, o sea acompañar en el dolor a un amigo.

 

Hay una canción vieja y poco conocida de un cantautor catalán, que a mí me gusta mucho, y puede que a alguno le sirva la reflexión. Dice:

 

Diré adéu als amors / que m’han acompanyat,
tant se val si han sigut / ombra, llum, plany o goig,
que tots m’han ensenyat / l’art antic d’estimar.
Si tingués força al cos / tornaria a besar-los.

 

Traducida al castellano:

 

Diré adiós a los amores / que me han acompañado,

que más da que hayan sido / sombra, luz, llanto o gozo

que todos me han enseñado / el arte antiguo de amar.

Si tuviera fuerza en el cuerpo / volvería a besarlos.

 

Lluis Llach. Quan l’onada em durà la la platja dels morts. Del disco “El meu amic el mar”, 1.978.

 

Aprovecho la ocasión para agradecer a Carmen Charo su escrito de ánimo y apoyo del pasado 14. Un abrazo.

 

Miguel Ángel.









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