¡Usted sí que sabe!.- Ántrax
Fecha Sunday, 20 February 2005
Tema 140. Sobre esta web


 
Estimado Señor Fernández Cueto:
 
No sabe cuánto me alegro de que sea usted prácticamente perfecto. En mi ya bastante larga existencia rara vez he dado con casos de perfección de tal calibre: "Un numerario que ha vivido sus  mejores años en la Obra. Un abogado que ha disfrutado lo que es una profesión. Una persona que gracias a Dios, sabe a dónde va, que no tiene miedo a andarse con pseudónimos ni oculta su nombre ni su dirección. Un sujeto que agradece a Dios, a su Madre y a su Iglesia tenerle como hijo y por tanto, capaz de reír como niño y como adulto, pedir por Ustedes."
 
Así, oiga, es que da gusto. En todo ese soberbio "mecachis qué guapo soy" sólo le ha faltado proclamarse triunfador en la Plaza de las Ventas, Mister Universo y Ganador en solitario del Royal Ascot Derby.
 
Comprendo pues que desde su excelsa atalaya en ese "mundo feliz" (Vid. Aldous Huxley), se sienta autorizado a descalificar a los miembros comunes de la humanidad doliente; esos que sufren, se cabrean, se cachondean y, alternativamente, denuncian situaciones injustas o acciones perversas.
 
El problema de los mundos felices, estimado señor, es que suelen pivotar sobre estrategias de manipulación, a través de las cuales la felicidad se convierte en una imposición vital y hasta la risa, a la que usted alude, deja de ser una reacción orgánica espontánea, para convertirse en un lamentable rictus cargado de suficiencia.
 
Creo que muchos (no sé si todos) de los que aquí escribimos hemos realizado nuestro particular "Viaje a Itaca", en el que han aparecido los correspondientes lestrigones y cíclopes, y también los deliciosos emporios de Fenicia (¡Cómo me gusta Kavafis!), y hasta hemos tenido que navegar entre Escila y Caribdis; le aseguro que no nos inventamos el vórtice y la roca, que existen, se lo aseguro. Y le exijo respeto.
 
Respecto a la cansina cuestión de los seudónimos, no pienso que nadie le deba a usted ninguna explicación. El que suscribe ha estado publicando columnas durante años en un periódico importante, y lo hizo bajo seudónimo; básicamente porque le dio la real gana. Pues aquí, idem de lienzo.
 
En consecuencia ahórrese la pena que dice sentir por los que compartimos este espacio. En compensación, examine honestamente las raíces de su apodíctica seguridad. Le aseguro que no es oro todo lo que reluce.
 
Antrax








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