Colegios de Fomento y enamoramiento.- Bastián
Fecha Sunday, 20 February 2005
Tema 100. Aspectos sociológicos


Dedicado al feliz Fernández Cueto, para que no pierda el tiempo y encomiende asuntos que le merezcan más la pena; y para que siga entrando "por casualidad" en la web hasta que se entere su director y le diga que no importa, que puede seguir entrando todos los días si quiere.
 
A partir del tercer hijo matriculado en un colegio de Fomento y asimilados, los padres quedan dispensados de una serie de gastos importantes. Sumado eso a que los hijos de los profesores no pagan (aunque supongo que comedor y transporte sí, si los usan) la consecuencia es que cada familia debe hacer frente al coste de sus propios hijos y a parte de los de los ajenos. Mis tres hijos fueron a un colegio de Fomento con gran esfuerzo mío y de mi esposa porque, aun con sueldos mediocres, pensábamos que la mejor inversión era la formación de nuestros hijos. Hace ya bastantes años que no tengo contacto con el colegio porque dos de mis hijos ya son profesionales en ejercicio y el tercero está terminando la universidad. Así que no sé a ciencia cierta cómo funciona ahora el sistema, pero cuando yo era padre de Fomento una persona de dentro me dijo que entre todos los padres pagábamos ¡un colegio entero!, y eran, creo recordar, veinticinco. Y en honor de la verdad he de decir que no me arrepiento de haberlos llevado a donde los llevé.Tal vez sea porque han salido buenos..., pero ninguno de ellos ha caído en "la trampa" aunque hayan estado en Roma, hecho visitas a pobres, asistido a círculos y demás medio de captación. Ya me encargué de vacunarlos.
 
ENAMORARSE
 
Efectivamente, la situación emocional de un numerario que sale al mundo libre tras permanecer más de dos años en la ahora prelatura, es de pena. Supongo que valdrá lo mismo para numerarias, agregados y agregadas. Mi experiencia personal fue de libro. Me enamoraba de todas. Una, por tener los ojos verdes; otra, porque me admiraba y asentía a todo cuanto le contaba, aunque fueran trolas y aventuras para seducirla; la tercera, porque me miraba con ojos de cordera degollada; una uruguaya profesional del amor, porque me daba palique y hablaba de todo y a mí me encantaba ser oído; y así hasta que un día me presentaron a una que le caí fatal, me llamó chulo, facha, creído, mal educado, suicida (por la forma de conducir un seat seiscientos que rugía como un reactor) y a los dos años nos casamos. Me sigue poniendo a caldo de vez en cuando y por los mismos motivos que le di el 31 de julio de 1974 a las ocho de la tarde, que es cuando nos conocimos. Y somos felices. Quiero decir que no hay que precipitarse, en ninguna dirección. Y que un numerario, como fue mi caso, también puede ser reconvertido. Depende del temperamento y la inteligencia -y la paciencia- de la parte contraria. Así que, chicas, no os desaniméis. Pero hay un aspecto crucial en todo esto. Y es que no es lo mismo formar pareja con un ex cuando ya es ex, que liarse con un Numerario y sacarlo de la cosa para vivir con él. De esta situación no puedo decir nada porque no conozco ningún caso, sólo uno de oídas. No creo que haya leyes universales aunque sí patrones similares. Yo, en vuestro caso, lo intentaría. Y si no sale bien el emparejamiento, a lo mejor les haceís un favor y les ayudáis para que abran los ojos.
 
Bastián








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