¡Qué pena!.- Pedro Juan Fernández Cueto
Fecha Friday, 18 February 2005
Tema 140. Sobre esta web


Qué pena
 
Entré sin querer a su página.
 
Una página que no da nombres, es una página cobarde.
Una página que solo narra lo malo y no se para a narrar lo bueno, es una página resentida.
Una página que publica libros internos (no secretos) del Opus Dei, es una página chismosa.
Una página que detalla los porqués (que no me tomé la molestia de leer) de quien haya decidido irse, es una página amargada.
 
Esta mañana escuché que un niño ríe cerca de 400 veces al día.
Un adulto cerca de veinte.
 
Si el estudio es cierto,  me parece que los autores de esta página son unos ancianos a los que hay que querer, porque han perdido la alegría de vivir.
Cuando alguien pierde la alegría de vivir ¿qué se puede esperar?
 
Me dan pena, los encomiendo y espero algún día puedan recuperar:
 
la valentía de decir quiénes son,
el perdón y el olvido para superar el resentimiento que aflora por todas partes en la página,
la discreción, pues por mucho daño que digan haber sufrido, siempre los demás tenemos derecho a la discreción o a la intimidad,
el gusto por la vida en tal o cual sitio: cierto, perdieron el rumbo y no saben a dónde van, eso es lo que más me apena de Ustedes, hombres y mujeres sin sentido.
 
¿Que quién soy?
Un numerario que ha vivido sus  mejores años en la Obra.
Un abogado que ha disfrutado lo que es una profesión.
Una persona que gracias a Dios, sabe a dónde va, que no tiene miedo a andarse con pseudónimos ni oculta su nombre ni su dirección.
Un sujeto que agradece a Dios, a su Madre y a su Iglesia tenerle como hijo y por tanto, capaz de reír como niño y como adulto, pedir por Ustedes.
 
Pedro Juan Fernández Cueto,
mi correo electrónico, ya lo tienen.








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