Enamorarse de un numerario/agregado.- Dionisio
Fecha Wednesday, 16 February 2005
Tema 075. Afectividad, amistad, sexualidad


Queridos orejas:

Este correo está directamente relacionado con Malu y Davinia, indirectamente con Vicky y Carmen Charo. Antes que nada, pido disculpas por meterme en una conversación que viene siendo mantenida entre mujeres, y lo hago un poco asustado porque podría salir un poco aporreado, pero asumo el riesgo.

Cuando leí la petición de consejo de Malu (9-2-05) me quedé inquieto y con ganas de decir algo, pero al final no lo hice, porque realmente no soy un experto en conocimiento del corazón femenino. Debo admitir que he tenido meteduras de pata realmente incomprensibles. Acurruqué mi conciencia pensando que alguien respondería. Respondió admirablemente Vicky (13-2-05), con una sensibilidad y finura admirables. Sin embargo, su respuesta no me gustó del todo. Propuso a Malu un comportamiento pasivo, de estar a la espera que algo suceda. Hoy, día de San Valentín, día de los enamorados, leo el correo de Davinia, con un caso prácticamente idéntico a Malu, y la respuesta a Malu y Vicky de Carmen Charo.

La respuesta de Carmen me ha gustado mucho más que la de Vicky. Tal como la interpreto, propone dejar la pasividad romántica y poner al numerario/agregado coquetón en su sitio, como una especie de frenazo, para que estos caballeros se planteen seriamente el tipo de vida que quieren vivir. ¿Quieren ser célibes de verdad o célibes con flirteos? ¿Están dispuestos a dejar su vida cómoda, pero fría, para lanzarse al riesgo del amor?

Estoy de acuerdo con Carmen. Además quisiera añadir unos matices simplemente. Mi sugerencia para Davinia, Malu y cualquier otra que esté en su situación es que sean mucho más proactivas. Recomiendo en primer lugar que no piensen en un n o agd (abreviaturas de numerario o agregado) como un hombre casado. No lo son. Yo nunca os apoyaría que fuerais a sacar a un hombre de su familia. Probablemente seria más adecuado que los vierais como alguien a quien su madrastra manipula para que no se escape de sus controles. Más o menos. También recomiendo que el concepto vocación salga de la mente de Malu y Davinia. En muchas ocasiones, diferentes personas en opuslibros, han explicado muy bien que lo que nos hicieron en el opus tiene poco o nada que ver con vocación y mucho con manipulación. No estáis queriendo sacar a un benedictino de su monasterio, por Dios. Os planteáis la noble misión de abrir los ojos a un estafado.

Malu y Davinia: no tengo ni la menor idea de si vuestros respectivos amados son unos coqueteadores profesionales, hay muchos n que yo conozco que lo son. De esos es mejor mantenerse a distancia, son egoístas y vanidosos. Por lo que vosotras escribís parece que no son los casos que nos ocupan. De todas formas, uno nunca sabe. No tengo la menor idea de si ellos tienen dudas de vocación o no. No tengo forma de saber si están enamorados de vosotras o no. No puedo adivinar si sueñan con vosotras, si viven angustiados por la tensión que les ha provocado conoceros. No se si lo han hablado en la confesión o si han dicho algo al director. No se si tienen conciencia laxa o escrupulosa. Eso el único que lo sabe y el único que puede dar una respuesta es el propio sujeto. Caben muchas, innumerables posibilidades. Como por ejemplo, que entraron en el opus con menos de quince primaveras y para ellos una mujer es una marciana a la que no tienen idea de como tratar. No exagero. He conocido casos así, en los que una chica lanzada puede ser la salvación de un hombre tímido.

Tampoco os conozco a vosotras y no se si lo que os digo os sirve o no. Sin embargo, yo no estoy para nada de acuerdo con el rol pasivo de las mujeres. Si os gusta un hombre, si estáis atraídas, enamoradas o simplemente ilusionadas, no veo razón alguna para que no podáis dárselo a entender claramente. Sobre la metodología de dar a entender claramente supongo que pude haber millones de opciones, y que las mujeres, desde Eva hasta nuestros días, tenéis sofisticados métodos para comunicar vuestros sentimientos. Desde luego, mucho más sofisticados que los modos masculinos. Probablemente el método menos sofisticado sería ir y decírselo. Lo habéis adivinado, ese es mi método. Lo siento, no puedo evitarlo, soy de género masculino, un poco brutico. No me hagáis mucho caso en eso, porque como os digo, en esto puedo ser como un cachalote en una alfarería. Lo que yo haría es confrontarlo. El esquema es el siguiente. Tú me gustas, me parece entender que yo te gusto. Yo se que tu eres del opus. Si quieres quedarte ahí me parece muy bien, yo lo respeto, pero entonces tienes que ser consecuente con esa decisión y no tontear conmigo. Si quieres salir, hazlo y entonces veremos si nuestra relación puede progresar. Este es el esquema totalmente descarnado, vosotras veréis si os gusta o no, y de que forma lo adornáis y presentáis, o incluso le introducís vuestras propias variantes.

Con eso estáis asumiendo riesgos. Por supuesto. Os arriesgáis a recibir una respuesta desagradable. Os arriesgáis a que dejéis de recibir esas pequeñas y sutiles atenciones que os complacen. Pero también cabe la probabilidad de que ese hombre abra los ojos y cambie de vida, para compartirla contigo. Incluso cabe la posibilidad de que cuando les conozcáis mejor veáis defectos que estaban ocultos. Quien sabe. En el opus no todo el mundo es bueno. Hay algunos pajarracos que es preferible que estén enjaulados.

Yo no os puedo prometer nada, como seguramente comprenderéis. Sin embargo, os prometo que si no hacéis todo lo que podáis, siempre os quedaréis con la duda de lo que hubiera podido ser y no fue porque nadie dijo nada, porque nadie dio el primer paso. Creo que es preferible quedarse con un desengaño que quedarse con una duda. El sábado pasado vi una obra de teatro en la que dos que se amaban sin decírselo el uno al otro un día brindaron por  el '¿cómo seria?'. Y desde ese momento se arreglaron muchos malentendidos. Pero eso es teatro. La vida es más complicada, y sin embargo, ¡maravillosa!

Espero que os sirva de algo lo que os he escrito con mucho cariño. Y si no, lo olvidáis y ya está.

Un beso y mis deseos de que seáis felices.

Dionisio

 









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