Agradecimientos para Vicky, Agustina, Jacinto y Carmen Charo.- Idiota
Fecha Wednesday, 16 February 2005
Tema 130. Agradecimientos, felicitaciones


Querid@s amig@s:

Hoy quisiera hacer sólo un par de anotaciones a algunos de los mensajes de estos días, dejando para otro mensaje un par de razonamientos que quería compartir.

Para Vicky (13.02.05) y Malu (09.02.05), ahí va una pequeña nota desde el "lado masculino" de las cosas: Aunque yo no haya tenido una experiencia semejante a la que relata Malu, pienso que el análisis y el consejo de Vicky son de lo más fino y atinado que he leído en esta página sobre el tema. ¡Qué intuición y qué delicadeza! Muchas gracias por esas palabras tan sabias...

Para Agustina (06.02.05): Gracias por ese trabajo tan estupendo que hacéis los orejas. Y gracias por esa aclaración tan equilibrada y ecuánime: no me importa repetir que es precisamente ese criterio lo que hace creíble y auténtico el testimonio de este portal y lo que me ha animado a leer los contenidos y a participar activamente.

Para Jacinto Choza (06.02.05): Vaya también para ti mi más sentido agradecimiento por el testimonio que colocaste en la red. Ya dije que a mí me han afectado mucho más los "sinsentidos intelectuales" de la Obra que los "sinsentidos afectivos". Por eso, tu testimonio, unido a los escritos de Antonio Ruiz Retegui, son para mí de un valor y de una ayuda inestimables.

Para Carmen Charo (07.02.05): Muchas gracias por tus líneas. Eres una de las personas de esta página con las que más sintonizo. (Ojalá algún día lleguemos a vernos las caras.) Aunque no coincidamos del todo, en lo esencial estamos de acuerdo. A propósito de los "cielos prometidos", no me resisto a poner aquí uno de los sonetos más famosos de la literatura de lengua castellana, que a mí siempre me ha emocionado y ayudado mucho:

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.


Recuerdo que, una vez, en clase de Sagrada Escritura, el cura dejó caer la frase de que "el Cristianismo no es una religión del libro" como lo serían, según él, el Judaísmo y el Islam, sino que es la religión de una persona, Cristo: es decir, nos definimos a través de la relación con Él: '¡Tú me mueves!' - como dice el soneto. Y se me viene, de paso, a la mente, lo que decía Jesucristo: "La obra de Dios es que creáis en quien él ha enviado" (Juan 6, 29). (Por cierto, que Jesucristo tuvo el detalle de no reglamentar hasta el agotamiento lo que debía ser "manifestación" de fe auténtica y "buen espíritu": sobre eso, otro día hablaremos.)

Para Flavia (09.02.05): Muchas gracias por ese lúcido análisis: un día de estos me gustaría tocar la relación entre la práctica de las virtudes y el dúo "formalismo"-"libertad de espíritu", tal como yo lo veo.

Para Crespillo (30.01.05): No me olvido de mi promesa de contestar a tu escrito explicando cómo pienso que la Obra ha llegado a traicionar su misión y las posibilidades que hay de provocar un cambio.

Un abrazo para tod@s y hasta la próxima

Idiota







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