La formación que se da. (Alguien sabe... Cap.10).- Satur
Fecha Saturday, 06 December 2003
Tema 075. Afectividad, amistad, sexualidad


Capítulo 10 de '¿Alguien sabe qué es el Opus Dei?'

(Enviado por Satur el 6-Dic-2003)



La formación que se da en la "aopus" sobre las canciones es realmente pasmosa. No todo se puede cantar y, en caso de que la canción fuese muy pegadiza y tuviera alguna frase digamos que poco conveniente -por decir algo-, pues se le daba una nueva versión y palante. Lo de poco conveniente iba por sensibilidades.

En un UNIV presentamos una canción para cantar en la tertulia con Juan Pablo II. Nos citaron a una hora en un club de bachilleres de Roma y allá fuimos con nuestras guitarras. Nos recibieron cuatro cracks de Cavabianca, y otro hipercrarck de Villa Tévere, encargados de elegir los que actuarían y de filtrar el tono de las actuaciones. Con nosotros estaban otros grupos: los de la tuna, unos andaluces, un japonudo y otro de Villanueva del Jalón que tocaban el violón y el triángulo, unos italianos que cantaban una de San Remo y, además, le regalaban al Santo Padre un cuadro de la Virgen de Chestojova pintado con la boca por un sordomudo vasco-siciliano, un palestino y un israelita que recitaban una poesía sobre la paz y el amor vedadedo cogidos de la mano y con los trajes regionales de Burkina Fasso... En fin, todo tipo de peña dispuesta a lo que fuera para estar cerca del Papa y tener tus minutos de gloria.

Nos mandaron a freír espárragos a la mayoría -como siempre los criterios de selección no quedaron muy claro: nunca entenderé por qué salió allí una señora en evidente estado de descomposición, estoy seguro que conoció el Mar Muerto cuando estaba enfermo, cantando una ranchera al estilo Chavela Vargas que, cuantri menos, adelantó y aceleró la mala salud del santo Padre. Pero así es la vida; siempre hubo clases. Total que en aquella reunión el de Villa Tévere, un italiano con apellido más que mafioso, va y le dice a la tuna "el Canta y no llores quitarlo del repertorio". Los de la tuna se miraron entre sí perplejos, "pero, si al Papa le chifla" -contestaron. "Que no se canta" -insiste Il Censore. "Pero si es el Papa es el primero en gritar lo de Ay,ay,ay,ay, canta y no llores...", responden los de la tuna. Il Campeone, muy serio, les muestra la letra de la canción y con el dedo índice señalando una frase del texto, y dando golpecitos en el libreto, añade:

"¿ y esto de "ese lunar que tienes cielito lindo junto a tu boca, no se lo des a nadie, cielito lindo QUE A MI ME TOCA?". Nada, que no se canta".

Allí nos miramos todos con los ojos desorbitados, la tuna, el japonudo, nosotros y hasta la foto de tía Carmen que había en la salita. No podíamos creer que ese tipo creyera que la peña, mientras cantaba el Canta y no llores en el Cortile -ellas en un rectángulo, nosotros en otro, con un pasillo en medio de unos cinco metros de ancho- estuviéramos mirándonos pícaramente, arqueándonos las cejas con simpático requerimiento, y cantando a gritos "... junto a tu bocaaaa, no se lo des a nadie, cielito lindo que a mi me tocaaaa". Y el Papa mirándonos y pensando "estos están peor que el moñigo de Anasagasti al amanecer despertar".

La primera canción que canté en el centro de estudios, con emoción no disimulada, fue "Eva María", la del bikini de rayas. ¡Zumba!, corrección fraterna tipo A. Al poco me cayó otra por cantar con unción no contenida " El gato que está triste y azul", podía despertar ansias afectivas o recuerdos del pasado en mis hermanos -y yo me preguntaba quién coño echaría de menos a su gato para no poder cantar ese pedazo de melodía en el centro de estudios. También fue prohibida "Yo tengo una bolita que me sube y me baja" por zafia. El "Triquitriquitriquiiiiii, mon amour" de Demis Roussos directamente al Indice con un 7. Fue retocada el "Quiéreme mucho", en la parte que dice "yo con tus besos y tus caricias mis sufrimientos acallaré" se cantaba "yo con tus gestos y tus palabras...", y asín hasta el infinito y más allá.

Apareció un tipo en el centro de estudios, uno de esos que pitó en no se qué club y que estudiaba en el instituto "Palomino Mernabo" y, la verdad, se enteraba de más bien poco. En la primera Misa del curso anual se presentó con unas Adidas Nazareno, las xanclas de toda la vida, con el detalle piadoso de llevar calcetines. Las xanclas en Misa le duraron un día. El chico cantaba muy bien, y su especialidad era imitar cantantes italianos de voz afónica y roncosa. Uno de ellos era Richard Cocciante. Total, que el tío se lanza en un show que se celebraba junto a un curso anual de mayores que también asistían, a cantar, sin anestesia, directamente en vena, la de Cocciante que dice "y ahora que estás aquí, desnúdate...¡¡¡ pobre diablo, QUÉ PEEEEENA ME DAS!!!". El chaval estaba que se salía dando gritos y contorneándose representando un cabreo del 33. El director no daba crédito a lo que oía y miraba al subdirector de grupo tal que Mesala antes de la carrera a Ben Hur. No sé qué fue de aquel joven, quizás ahora es un Oreja, porque nunca más volví a verlo.

Anecdotón.

Trabajaba en un colegio dando clases a niños de primaria y, en mi centro, había cantidad de discos singles y LP de vinilo que no se usaban para nada, así que pensé en regalarlos a las criaturas, pura motivación, como premio por trabajos, etc. Tuve un éxito increíble; los niños se pegaban por un disco que, habitualmente, los dedicaba con una frase en plan "con cariño y paz eterna" y mi firma. Como disponía de cienes de ellos, algunos repetían y, entonces, le decía al niño "este para papá", o "éste para mamá", o "éste para la abuela", frase cariñosa y firma. Hasta allí todo bien.

Un día un niño Chuki me dice que ya tiene muchos discos y yo le digo "nada, nada, éste para tu hermana, a ver, ¿cómo se llama tu hermana?". "Gloria", contesta el muñeco. "Pues, venga: para Gloria, allí es donde me gustaría estar yo, con amor esta canción" Y mi firma. Juro por Manitú que no sabía ni el título de la canción, ni que la tal Gloria era numeraria y subdirectora de un centro de esa ciudad. Pasa el tiempo y en la charla me dice el director.

- Oye, ¿conoces a una tal Gloria?
- ¿Gloria?... Ni faba.
- ¿Cómo que ni faba si le has dedicado un disco?
- ¿Yo un disco?... Pues, tío, que no me acuerdo.
- ¿Y esto? -Y me pone el disco encima de la mesa.
- ¡Joé, pues sí!. Pero te cuento, aquí hay un error.

Título de la canción, era un single de un cantante mexicano: "De piedra ha de ser la cama". ¡Hala, chúpate esa!, para arreglar más el asunto. Y es que la tal Gloria tuvo serios problemas, al parecer, de tipo afectivo -sentimental- erótico por culpa del mexicano de los cojones, de Chuki, y de mis gracietas. Sé que ya no es numeraria, está felizmente casada y creo que su cama es Pikolín Springwall. Quede claro.

Y termino homenajeando a una supernumeraria, antes agregada, que en una reunión de padres del colegio me suelta muy enfadada y acalorada: "¿Y a usted le parece bonito enseñar canciones pornográficas a los niños?"

- ¿Pornoqué?- tartamudeé.
- Sí, sí, por-no-grá-fi-cas.
- Pues, no sé de qué me habla. Si no se explica mejor...

La peña estaba expectante con el asunto de las canciones porno.

- Hombre, ¿no querrá que la cante aquí?. ¡Qué poca vergüenza, y qué caradura!

La verdad que yo estaba rojo como un tomate rojo porque no sabía de qué me estaba hablando Morticia.

- Sí , sí- me dice- la del FO-LLA-JE.
- ¿La del follaje?. Pero si es un clásico infantil, señora mía de mi vida y de mi corazón. Es un canon infantil tradicional que, probablemente compuso una Madre Clarisa de Cotatuero y que dice "En un lejano bosque ya canta el cucú, oculto en el follaje al búho contestó: cucú, le llamó, cucú le llamó, cucúcucucú cucú".

Pues si eso pasa en el árbol verde de una supernumeraria, en el seco ¿qué se hará?





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