Comprendo a los que nos llaman mentirosos.- Amapola
Fecha Friday, 04 February 2005
Tema 100. Aspectos sociológicos


En estos momentos que casi he terminado de leer el libro de Ana Azanza, estoy empezando a pensar que, cuando en el Folosof (foro de los ex opus, ya desaparecido) me llamaban mentirosa o me decían que yo había estado en un Opus Dei extraterrestre, la persona que escribía esas impresiones las sentía de verdad, se sentía realmente engañada por mí. Y es que es tan distinto lo que yo viví de lo que vivió Ana, por ejemplo.

Es cierto que mi historia pasó hace muchos años, que mi dolorosa odisea comenzó en el año 66 y acabó en el 70, por lo que, reconozco, eran tiempos más duros a todos los niveles. Pero aún así... ¡cuánta libertad tenía Azanza para ir o no ir a visitar a su madre! ¡¡a la otra punta de España!!, ¡asistir o no asistir a la boda de su hermano! (siempre se me dijo que no podríamos ir a ningún acontecimiento familiar, lloros me costó el poder acudir -acompañada por una "señorita"- a la comunión de mi hermana), ¡ir o no ir de excursión!, salir o no salir..., en definitiva, que, comparando su experiencia con la mía, también podría poner su relato en tela de juicio, pues no se parece en nada al Opus que viví. No obstante sé que no miente.

No sólo me ha dejado a bolos la historia que estoy leyendo, también me ha impresionado lo que alguien me contó sobre los numerarios que se saltaban a la torera lo de la castidad y gastaban en pilinguis el sueldo que no nos daban (nos arrebataban) a nosotras..., eso también me suena a Opus Dei extraterrestre, y sin embargo me temo que igualmente debe ser cierto.

Yo creo (ahora que he quitado de mis ojos las telarañas de la red), todas las versiones de la infinita gama de matices sobre las normas a seguir que existen en la obra de la cosa; pero también comprendo a los que (por estar dentro, o en fase de adaptación al exterior) nos llaman mentirosos.

Muchos de ellos no han visto, ni por asomo, el Opus Dei que yo viví y, desde luego, tampoco han comprendido que no sólo son íntegras las personas de dentro (que no todas) y que, los que nos fuimos, no somos la mala hierba que, dice el Evangelio, hay que arrojar al fuego.

No es doloroso que los que creen que lo somos, nos llamen mentirosos (algún día saldrán de su error), lo verdaderamente penoso sería que, aún comprendiendo nuestra verdad (por razones proselitistas), trataran de ocultarla poniéndonos la etiqueta de falsos y calumniadores.

Un abrazo para todos,

Amapola









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=4024