Dos temas que me agobiaban. (Alguien sabe... Cap.8).- Satur
Fecha Sunday, 23 November 2003
Tema 050. Proselitismo, vocación


Capítulo 8 de '¿Alguien sabe qué es el Opus Dei?'

(Enviado por Satur el 23-nov-2003)

Cuando estuve de director en un centro había dos temas que me agobiaban especialmente: la visita del director de san Rafael, y la visita del director de san Miguel (no el de las cervezas, ¿eh?). El primero se presentaba con más frecuencia y su sola presencia era señal de una cosa: reunión del consejo local y repaso a la lista de pitables. Los de San Rafael son tipos absolutamente inasequibles al desaliento: se repiten más que el avemaría de Bisbal.

-Venga, muchachos, la lista. A ver quién puede pitar.

La lista consiste en nombres y más nombres de los cuales solo los cinco primeros son reales, el resto son de esos que se citan en el examen del círculo breve: "¿he hecho apostolado, o me engaño con petardos que equivalen a no cumplirlo?", (bueno, no es textual, pero va por allí). Y es el caso que nacen de tertulias con el de san Rafael, o sin él, donde a la peña se le anima a que ponga un amigo en la lista. Como muchos no tienen amigo pitable, pues se lo inventan para salir del paso. "A ver, yo tengo un compañero de colegio que es muy majo, saca buenas notas y a veces dice jaculatorias porque un día dijo en clase "Dios mío, me han pillado", estaba copiando y, no creas, no se cortó un pelo".

-¡Fantástico!, ¿cómo se llama?.
-Luis Mernabo
-Luis ¿qué?.
-Mernabo.
-Venga, Luis Mernabo; ¡a encomendar y a apretar al Señor para que pite pronto!... Oye, ¿cuándo crees que puede pitar?
-No sé, mañana le invito a la meditación y ya te digo.

Total, que llega el de San Rafael con el consejo local y dice " a ver, la lista". Saca él la suya, y el director la del centro. El de san Rafel tiene la guía de Nueva York de Arriba en listas. "Oye, estáis un poco parados y prudentes y hay que encomendar más y pedirle a los de casa que hagan mortificaciones extraordinarias. Se acerca el 2 de octubre y hay que darle una alegría al Padre..." Lo del 2 de octubre es lo de menos porque en el opus hay fiestas por un tubo, cuando no es el 2 de octubre es el 14 de febrero, o el 26 de junio, o cualquiera de las fiestas de la Virgen, o de los Apóstoles, de Jesucristo (Sumo Sacerdote, Sagrado Corazón, Cristo Rey...) o del Espíritu Santo, o de la Santísima Trinidad, o de los intercesores, o es el cumpleaños del Padre, o la primera Comunión de San Josemaría, o el aniversario del fallecimiento de Tía Carmen, o la Erección de la Obra en Prelatura, o la muerte del Abuelo, o de la Abuela, o la Ordenación de los Tres Primeros, o el patrón del pueblo del Consiliario. En el opus dei se podría cantar perfectamente lo de "¡¡¡Esta noche hay una...fiesta; vamos todos a la ...fiesta...!!!" o la de "fiesta, qué fantástica, fantástica la fiesta..." Y, claro, cada fiesta su pitable.

-¿ Cómo está Zutanín?- pregunta Sanra.
-Bueno, aunque en la 1ª evaluación suspendió siete, más las dos que le quedan del curso pasado, la verdad es que en la interevaluación -la interevaluación es un ente de razón que usa mucho Fomento- ha suspendido sólo dos.
-Pues, venga, a encomedar todos y que escriba el 2.
-Hombre, es que, además tiene problemas de pureza.
-¡Cómo, aún sigue con eso!. ¿Cada cuanto tiene caídas?
-Pues, más o menos, la frecuencia de un mono
-Bueno, pues está mejorando, antes era la de un oso. ¿Hace cuánto que no tiene una caída?
-Creo que una semana.
-¡Pero si eso ya es virtud!. Nada, que escriba, ya veréis como la gracia lo puede todo. ¡¡¡Que os veo muy prudentes!!! A encomendar, y a hacer mortificaciones y le arrancamos esta vocación al Señor. Otro... Luis Mernabo; éste, qué tal.
-Hombre, va tiraaaando, le falta encajaaaaar, le estamos conocieeeeendo, parece majeeeeeete...

Lo de encomendar es algo muy usual en el opus. "Encomienda", "te encomiendo", "vale, encomendamos". En dirección algo habitual era que llamaran a la puerta para despedirse y aparecía una cabecita, o un cabezón, y te decía " me voy a hablar con un tío, encomienda", y tú, levantando el dedo gordo, "venga, encomiendo". O venía uno de un examen " encomienda, tío, que no sé cómo me ha ido". Y uno, guiñando el ojo "ok; encomiendo". Si algo no funciona, pues nada "tranqui, colegí, encomienda". "Te estamos encomendando, a ver qué haces". "Encomienda a mi padre que le operan de cataratas"; gesto de complicidad y "de acuerdo, encomiendo".


Se me quedó grabado a fuego, de hecho, o de facto, si tengo un hijo le llamaré Encomiendo, y así si conoce el opus dei se ahorra la historia "Encomendar a Encomiendo que él también nos encomienda ".

El de San Miguel ya impone más respeto porque cuando viene la peña supone que o hay cambios, o se va encerrar a charlar con algunos cuantos, o cae paquetín. El de San Miguel, en general, sabe que desprende un cierto aire de Mr Confidencyal, todos saben que sabe, juega con las cartas marcadas, impone. Conocí uno que le encantaba, de regreso ya en la delegación, enviar un papel numerado -de esos que hay que leer de rodillas y no interpretar- que te solía dejar descolocado y atónito.

Una vez se quedó a dormir, era un centro de provincias, y al día siguiente asistió a la Santa Misa. La administración asistía desde la sacristía, si a esas cuatro paredes se le podía llamar sacristía. El caso era que la puerta de la sacristía la tenían tan bien limpina y barnizada que reflejaba pálidamente -la palabra exacta no es "reflejaba", quizás sería "se adivinaba", "se intuía"- la figura de las tres auxiliares como espectros en la oscuridad. El notas debió de pensar "¡ojo, hay vistas a la administración!". No dijo ni Pamplona, pero al regresar llega la notita diciendo que hay que cambiar de puerta de la sacristía, pues la actual refleja los cuerpos de la numerarias y también quitar la cruz de palo, de la misma madera que la puerta, pues ésta debe de ser "sin brillo", como dice nuestro santo fundador en Camino" y, de paso, te casca una referencia al de Spíritu, por si teníamos alguna duda, como los Panchos. El problema es que la puerta del oratorio también era de esa madera. O sea, que en veinte años de vida de ese centro nadie pilla las vistas -¡mira que paso gente por allí!- y llega MC Giber y nos hace cambiar dos puertas y la cruz de palo a un centro que éramos más pobres que las ratas; sólo diré que La Misa del Gallo la hacíamos con Avecrem.

Éste era la berza. Pero un día cobró de lo lindo...

En aquella delegación tuvimos la visita del Don Álvaro y hubieron varias tertulias multitudinarias. En una de ellas, a la hora del Ángelus, Don Álvaro se equivocó y repitió dos veces la misma estrofa "El Ángel del Señor anunció a María"; alguien le corrigió y Don Álvaro paró la oración se disculpó y comentó algo así como "ya véis, hijos míos, yo también me despisto, y se me va la cabeza, y es bonito pedir perdón y volver a empezar", algo así (no es textual). Y siguió con el Ángelus.

Tres meses más tarde estábamos de curso anual y nos proyectan esa penícula y, ¡oh sorpresa, oh, el Ángelus sale enterito, sin fallo del Padre, retocado y bien retocado, tanto, que si no fuiste testigo de la tertulia, no te enteras. Pasa la noche y llega la meditación de la mañana; la predicaba uno de esos sacerdotes que aún quedan en la obra que no hay quien pueda con él. Un Mihura de sesenta tacos y crustáceos en el casco. Y va el tío y a gritos y en vena dice:

"¿QUIÉN NOS QUIERE CAMBIAR AL PADRE?, ¿POR QUÉ NO NOS DEJÁIS VER CÓMO SE EQUIVOCA Y PIDE PERDÓN?, ¿QUIÉNES SOIS VOSOTROS, LOS ACARTONADOS, LOS IMPECABLES, LOS PERFECTOS, PARA IMPEDIRNOS VER UNA PERSONA CON SUS SENTIMIENTOS, SU CANSANCIO, SUS DESPISTES?. ¡¡¡DEJADNOS VER AL PADRE CON SUS DEFECTOS!!!, ¡¡¡DEJADNOS QUERERLE ASÍ!!!... ¡¡¡SI ALGUIEN AQUÍ PUEDE HACER ALGO, POR FAVOR, POR FAVOR, QUE LO HAGA YA!!! ¡¡¡ESTÁIS MATANDO EL OPUS DEIII!!!

Así media hora, sin cortarse un pelo. Tampoco es textual, pero casi casi. Y allí estaban el de San Miguel de la delegación y el de la Comisión, rojicos como un tomate, corridos de vergüenza. Y los demás pensando " vaya paqueteeeeee les está cayendo, que arreen".





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