Ese chasquido interior.- Inés
Fecha Sunday, 30 January 2005
Tema 040. Después de marcharse


Mi querido Ántrax (26/01/2005): He disfrutado mucho con tu poesía Milongas del prelaturo inmaturo. Alabo tu don literario, es un gusto leerte. Sé bueno y contéstale como tu sabes a Pentium (28/01/2005) que a mí me da la risa.

He de pedir perdón a los que leen la página y mis excusas a los orejas porque esta primera aclaración que voy a hacer nada tiene que ver con el motivo de la web: Para el zigzag de curiosa (28/01/05): Felipe II nunca estuvo casado con Isabel I de Inglaterra, la reina virgen, que nunca se casó. El rey de la casa de Austria lo estuvo primero con María de Portugal, luego con María I Tudor, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón (por tanto medio hermana de Isabel), reina de Inglaterra, y finalmente con Isabel de Valois. Del fondo no puedo opinar porque no entendí nada de nada.

Para Gema (28/01/2005):

Haces muy bien en defender a la Obra. A fin de cuentas si la opus va mal te puedes encontrar sin trabajo, y tampoco está bien morder la mano que te da de comer. Mi única esperanza es que la asignatura que impartas no sea Lengua Española. Me explico: no existe el adjetivo insaludable (¡hay que ver como estoy hoy!), imagino que habrás querido decir insano o insalubre.

Luna (28/01/2005):

Según iba leyendo tu escrito creí reconocerte. Pensaba que eras una amiga mía ex numeraria. Luego me di cuenta de que no, que esto de encargarle a alguien el AOP (apostolado de la opinión pública) y proveerla de varios DNI (para los que no son de España, es un carnet o Documento Nacional de Identidad, que tenemos todos los españoles mayores de 18 años) de las sufridas supernumerarias, no sé si también de numerarias y agregadas, para que en nombre de ellas y falsificando su firma bombardees la sección de “cartas al director” con aquello que considere la dirección de la Institución es una práctica habitual en la Cosa. Así que no eras mi amiga pero te felicito por tu reconstrucción y tu felicidad.

Para Idiota (¡anda que el nick!)

He leído y releído tu escrito (26/01/2005) Quemarse a fuego lento y perder a Dios en la Obra. Efectivamente existen varias posturas o situaciones de los ex una vez han salido del opus. Hablas de ese chasquido interior, seco, que hace que se rompa algo interiormente y que nunca, o casi nunca, se recompone. También lo sentí.

Yo creo que la situación va cambiando a medida que pasa el tiempo desde la salida. Al principio casi puedo intuir un Síndrome de Estocolmo, un cordón umbilical que todavía nos mantiene unidos a aquello que vivimos durante tantos años. No hay que olvidar que, tanto los que salieron por propia iniciativa como los que fueron invitados a dejar la opus, se sienten culpables, piensan que el fracaso ha sido suyo.

Quizá el quid de la cuestión está en que cuando se supera esta etapa y se ve que la culpa no era nuestra, que no existe motivo para sentirse culpable de nada, uno empieza a analizar los acontecimientos vividos desde otra perspectiva. Si no existe esa falta de humildad por tu parte, no existe el mal espíritu, no existe la falta de entrega, la pregunta que surge de inmediato es si existe la espiritualidad que nos han trasmitido, la forma de tratar a Dios; si realmente Dios hablaba a través de los directores, si los directores eran tan santos y tan espirituales para haber tomado decisiones con respecto a nosotros y dado consejos que estaban despojados de cualquier interés humano. En el momento en el que uno se da cuenta de que no ha sido así, de que muchos consejos provenían de la propia conveniencia del momento, todo el edificio que habíamos construido se nos viene abajo. Casi diría yo que interiormente pensamos que Dios fue cómplice de ese gran engaño.

A todo esto hay que unirle que, una vez fuera, empezamos a tratar a gente que antes nos estaba vedada. Comprobamos que tienen los mismos intereses y deseos que nosotros, que somos como ellos. Que no son malos, simplemente ven la vida desde otra perspectiva que ya empieza a ser la nuestra. Que nos damos cuenta de que aquella cara de compasión que poníamos cuando alguien no vivía como nosotros pensábamos que era la única forma correcta, ahora son otros los que ponen esa cara indulgente al mirar a estas pobres 'ovejas descarriadas'.

Pero no olvidemos que cada uno es cada uno.

Un saludo

Inés









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