¿Quién es el que no entiende? Para Kaiser.- Buix
Fecha Friday, 28 January 2005
Tema 900. Sin clasificar


Querido Kaiser,

Supongo que me habré expresado mal, no te pedía perdón, te lo daba y te lo sigo dando. Pero no caigas ante ello en lo irracional interpretando que un perdón recibido supone una culpa achacada. El que perdona, es el que se siente ofendido, y cuando perdona es él el que se hace a sí mismo culpable.

Hubo una vez uno que hizo eso de modo sublime y universal, tan sublime que lo continúa realizando. Tan universal que incluso a mi me alcanza su perdón. Nunca se lo pedí y ya me lo había conferido, cuando aprendí a pedirlo me lo siguió dando y ahora, no podría pasar si ese perdón en mi vida. Es algo interesado, sin duda, igual que el hijo pródigo que acudió a su padre por la llamada del estómago, no del corazón. Así somos, al menos así soy.

Ese es el perdón que intento darte, ese es el que intento imitar.

Aclarado este punto no creo que sea coherente tratar del resto, aunque adivino que lo esperas.

No tiene sentido hacer juicios de valor de alcance colectivo a partir de una o varias experiencias personales, si como es el caso contra cualquiera de ellas siempre puede encontrarse su contraria. Por ejemplo, nunca he tenido problema alguno para leer lo que he querido –créeme es así–, y lógicamente pienso en lecturas que algunos en esta web llama “prohibidas”. Estudié Filosofía y me dedico a ella; es más, puedo decirte que los autores que reciben mis mejores atenciones se llaman Hegel y Nietzsche.

Nunca he tenido que rechazar la amistad de nadie basado en futuribles o perspectivas de ningún género, ni he tenido que hacerlo ni nadie en la Obra me ha dicho que lo haga. Y por cierto que resulta curioso el caso a que te refieres del teatro… yo sí lo he hecho sin disimular ni engañar a nadie, y una vez más nadie me ha dicho nada en contra.

Pero seguir por ahí, ya digo, no conduce a nada, podría parecer que no me creo las experiencias de otros y tampoco es así. Sí en cambio puede ser interesante tratar de un término más de fondo en la cuestión. Se trata de la palabra “entrega” en el significado que recibe en la práctica cristiana, más antigua por tanto que el Opus Dei, más originaria y esclarecedora que cualquiera de sus manifestaciones a lo largo de la historia.

Doy por supuesto que la conoces y me entiendes, pero añado para contestar a tu mensaje que precisamente en función de la entrega que lucho por vivir sigo tratando a todos aquellos a que puedo llegar y que lo quieren que “se han roto en mis manos”. Y te aseguro que me refiero a un trato como personas, pues no entiendo que otro sea posible.

En función de mi libre entrega no considero a nadie despreciable ni indigno; gracias a ella las razones para ser “justo y benéfico” se multiplican infinitamente.

El dolor de otros siempre es llamada y reclamo, pero eso no supone que yo pueda exigir ni siquiera la comprensión de los demás; lo que significa que el dolor ajeno es llamada para mí, pues en cuanto me coloco como espectador además de dejar pasar de largo a la llamada, me convierto en manipulador de aquel dolor caso que lo siga viendo.

La entrega, la imitación de Cristo, la fe, la caridad, la religión misma, son todas ellas realidades que pueden transmitirse (debe hacerse), pero su autenticidad, su verdad, eso sólo puede vivirse, hacerse vida en el sujeto. Más radicalmente, el imperativo del Amor es un contrasentido salvo en el caso de una relación de Tu a tu en la que Él tiene ya la iniciativa de ese mismo Amor que manda.

Responder afirmativamente a ese Amor puede hacerse de múltiples modos dada la riqueza de Aquel que lo reclama, eso es indudable. Y también lo es el peligro de caer en el absurdo por dedicar tiempo y esfuerzo –alma– en una lucha desigual contra Dios en cualquiera de sus manifestaciones bajo la excusa de querer serle más fiel –más auténtico– que otros. Piénsalo.

Nadie vive su vida, en todo caso, vivimos aquello que nos permiten los que nos rodean.

Te agradezco tu saludo cordial.

Con todo mi cariño,

BUIX

PD. Un poco más y olvido responderte a una de tus preguntas: Sobre si tengo encargos de gobierno en la Obra la respuesta es sí.









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