Flavia, me parece interesante tu objeción a la teoría del Caballo de Troya, que sugería por mi parte. 

El contexto histórico que planteas es muy conveniente y necesario, porque sería una explicación "desde abajo" de algo que hemos visto sólo "desde arriba". Por ejemplo, sería interesante estudiar comparativamente el contexto de 1950 (el de la última aprobación importante de la Obra, anterior a la Prelatura) con el de 1982 y a su vez con el "silencio jurídico" que va de 1950 a 1982 (ya que entre 1928 y 1950 -veintidós años- se dieron muchas aprobaciones y luego vino un "gran silencio").

Lo del caballo de troya lo planteé como una forma de salvar la buena intención de "Troya" pero por comentarios como el de Isabel (12/1/05,hablando de los numerarios sacerdotes que no fueron escuchados por la jerarquía) creo que los habitantes de Troya fuimos nosotros y no el Vaticano, lo cual refuerza la idea de que la Iglesia le dio una aprobación implícita "al disparate" (usando tus palabras, que me parecieron graciosas y dramáticas al mismo tiempo).

Saludos,

E.B.E.