Puedes llegar a ser estructura de pecado (Cap.6 de 'Querida Opus').- Satur
Fecha Monday, 17 January 2005
Tema 070. Costumbres y Praxis


Puedes llegar a ser estructura de pecado

Cap.6 de 'QUERIDA OPUS'

SATUR, 17.01.2005

 

Querida Opus

Lo más fuerte que se ha escrito de ti en Orejas es de Antonio Ruiz Retegui: que puedes llegar a ser una estructura de pecado. Exactamente no lo predica de ti –aunque sí afirma que se puede dar en instituciones eclesiásticas… No lo afirma de ti, pero deja caer que podría ser que sí, que a ti también te puede suceder...



Quería decir que hay formas de organización de la vida humana que inducen a todos los que forman parte de ella al pecado anulando su conciencia moral. Un caso muy claro sería la administración y culturas nazis, pero hay más ejemplos. Una cultura como la nuestra donde se practican cerca de ochenta mil abortos al año con una insensibilidad extraordinaria está inmersa en esas estructuras de pecado. No hay conciencia moral y por esa razón, en muchos casos, no hay remordimiento alguno. Se aborta como se escupe, o como se tose, o como se suena uno los churretes.

A ti también te puede suceder, y te sucede: se anulan muchas conciencias.

¿Cómo se llega a esa situación? Pues, supongo, que al final de ese camino se termina en la disolución del individuo en la sopa institucional. Tú misma provocas que, por encima de la libertad personal y de limitarte a acompañar y asesorar buscando la felicidad y el bien hacer de cada uno, ir a lo más fácil: minar el campo de la conciencia de infinidad de normas, criterios y costumbres cada vez más complejas y marcar con ellas el termómetro de la bondad y felicidad de cada cual. Bondad y felicidad no siempre van cogidas de la mano… Se puede ser muy bueno y muy desgraciado.

¿Quién te ha dicho a ti que toda esa tupida red de normas, costumbres y criterios que año a año, mes a mes, copilas y tejes significan la bondad y la felicidad?. Por más que lo repitas - ¡cumplidme las normas y os aseguro la felicidad terrena y la eterna!-, o por más que te apropies de la omnipotencia divina como señal de la eficacia de tus palabras: este espíritu me lo dio Dios.

La verdad es que a uno cada vez más le cuesta creer en los milagros, en las teofanías y en pretendidas actuaciones extraordinarias de la divina Providencia. No sé, quizás es falta de fe, pero se intuye que Dios no es tan mecanicista como algunos tratan de hacernos creer. El beso sobre la reliquia de un santo está más cerca del que se repasa el cuerpo con la pata de un conejo que de Dios. Los quinientos días de indulgencia de la cruz de palo se puede parece mucho a la superchería del que se santigua tres veces y se besa los dedos antes de un partido.

Cuando afirmas que en tu fundación Josemaría “vio” la opus dei y que Dios se la insufló… pues, qué quieres que te diga. También podría ser que ese hombre, que se mortificaba de una manera exagerada, no sin cierto espectáculo (lo de dejar manchitas de sangre esparcidas por el lavabo es de traca. Si, vamos, cuando dejo una gotica de pis en la taza me caen los paquetes que me caen por La Piedra, no quiero de pensar que sería si le dejo todo el lavabo como una explosión de lentejas rojas), realizaba unos ayunos extraordinarios, tomaba un poquito de rejalgar, o ceniza, que tenía en una cajetilla en su despacho, pasaba sed hasta que la lengua se le cuarteaba… da que pensar si con veintiséis años, y ese tipo de vida tan tan, no sólo viera imágenes de la Virgen que le sonreían, niños Jesuses que cobraban vida, mensajes de lo Alto. Lo extraño es que no viera también a Amenhotep III saltando una comba que balancean Pío XI y el mismísimo Abraham Linconl mientras la cabra de la legión canta eso de “salta, salta,salta, pequeña langosta”.

Me contaron una anécdota hace unos días. Una numeraria que fue durante muchísimos años Majorete Mayor en Villa de la Rose -pongamos que se llama Chus Bermeo Toda- y que ahora han enviado a una ciudad de provincias, tuvo que ir a la consuta de una dentista que no es de la prelatura. Y estando en la sala de espera ojeando una revista, derrepenete, depronoto, patapám, le da un puntazo y arranca dos páginas . Y se dirige a la pobre chica de recepción y le dice que muy de mal, que esas publicaciones no son para ser exhibidas allí.

La pobre auxiliar la miró como mi madre cuando una tarde entró en su habitación y me vio en calzoncillos lanzándome desde su armario hasta su cama gritando a lo Tarzán (quede claro que no sabía que ella andaba por casa).

La revista era Telva.

Días después tuve un Telva en mis manos y por más que miré y remiré, no observé nada censurable para una mente conservadora. Lo único que hubiese arrancado con los dientes es la afoto de Covadonga Oh Shí, pero no por nada, es que esa chica se presenta al Cuerpo de Correos y le dan la plaza de buzón. Creo que Julio Iglesias se inspiró en ella para componer "A veces llegan cartas....".

Y uno piensa que con ese ladrillo de cabeza de Chus Bermeo Toda, que dirigió cienes y cienes de almas a través de escritos, criterios, charlas, que tuvo que aconsejar y asesorar, la cantidad de líos y de madejas de conciencia que debió de armar. Con toda su buena intención.

Y es que a lo mejor la moral no es algo que estorba, que impide vivir, y que encorseta las conciencias, a veces hasta el escrúpulo, la neurosis, el miedo y la enfermedad, y es algo más sencillo: conocerse mejor, conocer mejor a la gente, mejorar poco a poco, amar dándose como uno es -con sus problemas, y sus complicaciones personales- hablar con un Dios que no cumple las normas que unos julapis le dicen que tiene que cumplir. Como la anécdota del Padre Zalba, uno de los consultores que nombró Pablo VI para revisar la Casti Connubi, tenida por casi dogmática. Cuando la comisión vio que había que rectificar algunas cuestiones, Zalba preguntó "¿y qué hacemos con todas las almas que hemos llevado al infierno por la Casti Connubi?". Buen ladrillo llevaba ese también. A lo que le contestó la fundadora del Movimiento Familiar Cristiano " Zalba, esperemos que Dios no haga caso de nuestras órdenes".

Pues eso. Que no haga caso de las Bermeo Toda de turno, porque entonces lo tenemos clairo.

Como el chiste.

- Mamá, ¿er pááápa tiene peine?.

- Pos CLAIIIIRO, hija


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