Comentarios.- José Carlos
Fecha Wednesday, 15 December 2004
Tema 900. Sin clasificar


Queridos todos:

Hay tanto que decir que no sé por dónde empezar.

Para R. (10-XII):

Da gusto la serenidad y respeto con que escribes a personas con las que discrepas. Ojalá todos fuéramos así.

Tampoco yo quiero hacer del tema de los anillos una polémica interminable; sería mucho más agradable para mí invitarte a tomar unas cervezas, porque creo que contigo podría charlar amigablemente, largo y tendido.

Pero quiero responder a un par de cosas:

1. No me parece correcto que me digas,

"te he planteado varias preguntas a las cuales no has contestado."

Si lees mis respuestas cuidadosamente, verás que sí que respondo a mucho de lo que planteas, aunque no sea de forma tan organizada como tú.

2. Me hace gracia que cuando argumento lo que puede coincidir con la "línea institucional", se me critica como si no poseyera pensamiento propio, o como si la línea institucional no pudiera tener su parte de verdad; y cuando muestro un razonamiento independiente que pueda estar más de acuerdo con lo que muchos expresáis aquí (como en los dos puntos finales de mi escrito del 8-XII), también se me recrimina:

"A nosotros nos vienes a decir eso, José Carlos?!?!?!? ;) -- Perdóname, pero parece que "no te enteras" de que vá OpusLibros ... ;)."

¡Joé tío, es que no hay forma de agradaros! :)

3. Creo que existen varias interpretaciones posibles del material existente con respecto a los que dejamos la Obra, y de lo que abarca y significa la vocación al Opus Dei. Estoy de acuerdo con que algunos miembros pueden sostener una interpretación más estrecha y apoyarla con ciertos textos, que puede llevar a las percepciones injustas sobre nosotros que tanto soliviantan a los que participan en esta página.

Pero creo que también hay personas dentro de la Obra que sostienen una interpretación cualitativamente distinta: no nos ven como condenados o infelices sino continuamente llamados a la santidad, respetan la intimidad y libertad de cada conciencia en diálogo con Dios, y admiten la posibilidad de que Dios nos quiera llevar por otros caminos. Estoy convencido: porque así lo hacía yo con los que se iban, porque así lo he visto hacer desde dentro, y porque así se me ha tratado desde que me fui.


Para María Cristina (10-XII):

"soy una persona de carácter suave y afable…"

¡Pues menos mal, chica, porque con el baño que me has dado, un poco más y me descuartizas! :)

Me dejaste hecho unos zorros: pero quiero creer que lo hiciste porque de alguna forma - pienso que injustamente - ves en mí el retrato de alguien que te hizo mucho, pero mucho daño; porque en realidad no nos conocemos, y tú no tienes ni idea de lo que piensan "los que viven conmigo"; y porque creo que has exagerado un poquito con algo que es un simple malentendido.

Antes de seguir, me vas a perdonar si uso un lenguaje conciliatorio que quiere ser cariñoso: a algunos les parece "empalagoso", a ti te parecen "edulcoradas palabritas", pero es que rehúso a emplear palabras hirientes con personas que ya han sufrido lo suyo.

Mira guapa, el asunto de quién llevaba el dichoso anillo (si era yo o una tercera persona) no fue ni engaño, ni mentira, ni falacia: es algo completamente marginal. En mi escrito estaba bien claro que yo estaba de acuerdo con ese proceder: no oculté que me parecía una buena idea.

¿Por qué lo puse en tercera persona? Porque al lector le repatea que alguien diga "Pues yo hago esto, que está muy bien y lo tendríais que hacer todos." Es ponerse en la palestra. A lo mejor me sigue saliendo, pero estoy procurando no salir a dar lecciones morales porque ni es mi lugar, ni atrae, ni soy quién para darlas.

Cualquier lector tendría todo el derecho a quejarse si saco el tema del anillo diciendo que como lo hago yo, es lo más chachi que hay: ¿te das cuenta? Fue un recurso literario, quizá torpe, de intentar no poner a mi persona en el punto de mira, como se me ha dicho otras veces. Pero de ningún modo ocultaba lo que yo pensaba al respecto, y también era fácil adivinar de quién hablaba (sobre todo para ex-miembros que conocen ese recurso literario), como se ha demostrado.

Que mis convicciones "son de souflé y de gelatina": muchacha, si así lo fuera, no seguiría contracorriente en opuslibros; y de mi espiritualidad, perdóname que te lo diga, francamente conoces poco. Por cierto, para todos los que siguen atizándole al muerto, en ninguno de mis múltiples escritos he dicho que pretendo volver como supernumerario, nadie va a encontrar la cita porque no existe.

Otra cosa: has cuestionado mi amor por la mujer con la que dichosamente decidí compartir mi vida. Eso sí que no lo paso. Para empezar, creo que nadie tiene ningún derecho a indagar sobre mi vida matrimonial.

Pero porque quiero creer que tu celo por mi felicidad conyugal es sincero, y se basa en avisarme para evitar que me ocurra lo que te pasó a ti; para que se vea que no "juego al escondite", y para que te tranquilices al respecto, te diré:

- Que si lo que yo siento por mi extraordinaria mujer no es el amor más verdadero, encendido, real, entregado, vibrante y rendido que hay en este mundo, es que el amor no existe.

- Que tenéis razón los que decís que el tiempo y los hijos nos pondrán a prueba, en eso tenéis mucha más experiencia que yo; también desconfío de mí mismo, porque una vez dije que haría algo para siempre y aquí me tenéis; pero no tengo la menor duda de que hemos empezado nuestra relación con el mejor pie posible.

- Que sigo suscribiendo lo que escribí una vez sobre el enamoramiento sincero de un ex-numerario (20-I)

- Que los dos estamos convencidos de que la divina providencia nos llevó a nuestra unión

- Que por pudor y por lo que decía arriba, no os voy a contar las cosas tan entrañables e inmerecidas que me dicen mi mujer y su familia, tan recientemente como este fin de semana

- Que aunque no hayamos tenido mayores pruebas en nuestros dos años y pico de matrimonio, nuestro amor se traduce en actos personales de renunciación y sacrificio (pequeños, porque así es nuestra condición) que ambos abrazamos con alegría

- Que brindo a mi mujer la mayor y más indiscutible libertad para que viva su vida religiosa como le venga en gana: vamos a misa juntos los domingos, entre semana a veces me acompaña por propia iniciativa, y a veces no; reza como, donde y cuando quiere; y asiste a los medios de formación que se busca ella, sin que yo me inmiscuya lo más mínimo

- Eso sí, los dos decidimos juntos a qué causas dedicar nuestra beneficencia

- Que nunca jamás, ni de lejos, se me ocurriría tratarle como fuiste tratada tú

- Que si hablaras con ella, sospecho que tendrías que retirar muchas de las cosas que me dirigiste el 10-XII

- Y que si realmente te interesa, puedes preguntar a una buena amiga nuestra lo que piensa de mi cariño a mi querida esposa

Venga, María Cristina, hagamos las paces: vuelve a ser "suave y afable" y no te me cambies de personalidad por boberías que lees en una pantalla.

Para Adri: no te preocupes, que no pasa nada. Te debo correo: lo tengo parcialmente escrito, pero tenía tanto que decir que no he llegado a mandarlo. Para Aquilina, un beso y felicidades atrasadas, porque se lo merece. Para Nando, un saludo cordial. Y para los Orejas, gracias por velar por los que participamos.


Para Ramón (12-XII):

He estado pasando por alto tus escritos, aunque discrepo con buena parte de lo que dices, porque no me quería meter en el berenjenal de la política y varios temas me parecían tangenciales para esta página. Además, has anunciado que no ibas a escribir más. Pero en el último (12-XII) me has tocado un nervio y no tengo más remedio que responder.

Alegas:

"no se puede convertir en norma civil lo que es norma de fe católica. Los católicos no debemos abortar, pero eso no quita que el resto de la gente, que no lo es, pueda hacerlo en su derecho."

En este "país de la libertad", en los años 1850-1860, muchos decían:

"Sí, yo personalmente me opongo a la esclavitud, pero si un terrateniente quiere tener esclavos, ése es su problema; quién soy yo para decirle lo que tiene que hacer. Trabajemos para que haya menos esclavos, y los pocos que haya puedan ser comprados y vendidos dentro de la legalidad."

No cuaja, porque los esclavos también son seres humanos. Todos los demás derechos han de ceder ante esa realidad, que parecía menos clara en aquel entonces, porque se los veía como propiedad, incluso como "personas parciales".

Un embrión humano posee tres características fundamentales:

1. Está vivo (crece, se relaciona con su ambiente, toma alimentos y oxígeno)
2. Es humano (con genes humanos, de padres humanos, fácilmente reconocido como perteneciente a nuestra especie)
3. Es alguien distinto de su madre (sus células pueden ser fácilmente diferenciadas de las de su madre, tanto es así que el sistema inmune materno puede rechazarlo)

Por tanto, es un miembro de la especie Homo sapiens. Esto es algo científico, ni filosófico ni teológico.

Lo filosófico-moral entra en la siguiente cuestión: ¿Cómo decidimos qué miembros de nuestra especie tienen derecho a vivir y quiénes no? Yo abrazo la visión que incluye a todos, sin excepción, y trabajaré mientras viva para que así sea en cualquier sociedad a la que pertenezca.

¿Que qué hay en España para las familias que reciben a un hijo con síndrome de Down? Nunca es suficiente, pero hay mucho: puedes empezar por pinchar http://www.down21.es/.

Anécdota que me sigue saltando las lágrimas: hace ya varios años, mi hermana con síndrome de Down - entonces una adolescente - entró en la habitación de mis padres. Deliberada y cariñosamente, tomó la mano de mi madre, y la unió a la mano de mi padre. Sosteniéndolas juntas y mirándoles a los dos fijamente, con todo el sentimiento de que era capaz, les soltó: "Papá y mamá, gracias por haber nacido yo."

Y se sabía lo que decía, te lo aseguro.

Un abrazo a todos y todas.

José Carlos









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