Militares.- Jotaeme
Fecha Wednesday, 08 December 2004
Tema 900. Sin clasificar


Militares.


En esta época políticamente correcta, está bien visto el derecho de cualquier "minoría" al pataleo, a la defensa cuando a uno lo tiran por el fango. Y eso es lo que pasa con los militares, que vienen mencionándose en estas páginas de manera poco halagüeña, con un goteo quizá no muy frecuente, pero constante. En esta ocasión me decido a escribiros por la bonancible alusión en el correo del día 6 de María Cristina (a la que desde este momento mando un saludo con todo cariño, “de buen rollito”, como se dice en España), pero no puedo dejar de acordarme de las lindezas que refería Rapelu hace mes y medio.

María Cristina: me hace gracia aquello de que "los militares, de por sí, ya tienen ganada la mitad de la vocación" (frase que yo nunca escuché en mis doce opusinos años). Yo, agregado con unos cuantos años de prelatura encima, me enamoré de esa profesión haciendo el servicio militar obligatorio. Por aquellos días residía en una región de España (o país, o nacionalidad ... no quisiera yo herir susceptibilidades, ya que escribo con la mía herida) que no se distingue precisamente por su simpatía hacia lo militar ni hacia los patrios símbolos en general. Será por mimetismo con dicha opinión imperante o por la razón que sea, pero cuando sugerí mis simpatías profesionales por esos derroteros, en verdad os digo que sonó gran carcajada, regocijo y risa estruendosa, de manera que aún retumban dichos rumores en los pasillos de mi ex-centro. No fue hasta algunos años después de salir de la Obra, que pude ver cumplidos mis deseos profesionales. Y a lo mejor (no lo sé seguro) alguno anduvo por ahí diciendo que el pobrecito Jotaeme estaba mal de la cabeza, con ese recurso que, como bien sabéis, algunos directores de gatillo fácil tienen en las alusiones a las enfermedades mentales en general.

Ahora que caigo, espero no ser blanco de las iras de todo el mundo, al “estilo José Carlos”, cuando indefectiblemente dice: “Sí, sí, vosotros decís que X, pero mi experiencia es Y”. No se trata de eso.

Hace algunas semanas (quizá lo hayas leído en los medios de comunicación de tu país) un compañero y amigo mío, militar español como yo, perdió la vida en un valle andino, cerca de Bariloche. Pilotaba un viejo helicóptero monomotor, con algunas décadas a sus espaldas, luchando contra el fuego dentro de un programa de intercambio entre las Fuerzas Aéreas Española y Argentina.

Soy consciente de que contarte esa anécdota es explotar hasta cierto punto el sentimentalismo, pero lo hago para que veas, para que veáis, esta profesión con otros ojos. No todos los militares han tenido ni tendremos una muerte tan abnegada. Tampoco creo que todos seamos unos autómatas sin sentimientos ni espontaneidad, combinadas con la inteligencia de un paramecio, como el tópico pretende acrisolar. Yo creo que somos personas normales, en promedio iguales a las demás. ¡Vaya! si yo no tuviera mi corazoncito no me habría sentido dolido hasta el punto de escribir esto.

Besos a todas y abrazos a todos:
Jotaeme





del oreja Pablo. Querido Jotaeme, permíteme una confesión e intervención personal al respecto de tu correo: mi padre es militar; yo nací en un destacamento militar en una -entonces- colonia española en el norte de Africa; mi hermana es enfermera militar y saldrá próximamente para Afganistán; su marido militar, regresó el pasado verano de Bosnia; tengo otro cuñado coronel del ejército del Aire que ha tenido que coordinar la ayuda humanitaria para países que han sufrido tragedias recientes de diferente tipo... O sea, que podríamos ir a detener una guerra sólo nuestra familia en cuanto nos lo propusieran. ("Yo quise ir a la guerra, para pararla" -decía en un poema Gloria Fuertes.) Yo entiendo perfectamente lo que quieres decir y estoy contigo en tu sensibilidad herida. Pero también es cierta la frase de Escrivá que recordaba María Cristina en su escrito. No es textual pero Escrivá dijo -y creo que muchos la recordarán- que "los militares, por el hecho de serlo, ya tenían ganada la mitad de su vocacion". Se refería a que la disciplina, la obediencia, el espíritu de sacrificio, etc., ya lo habían adquirido antes de venir a la obra, gracias a su profesión. La web no dispone por el momento de un documento interno -Crónicas, Noticias, Cartas, tertulias, vídeos, etc.,- para dejar constancia de que esa frase no se la inventa ni María Cristina ni yo. Lástima que en tu caso, no recordaran esa frase de Escrivá para animarte -y respetarte- a estudiar la profesión que querías en lugar de tomárselo a broma y lástima también que no la tuvieras tú a mano para restregársela ante sus carcajadas. Te doy varios ejemplos en los que ha sido citada. La cita Alberto Moncada en EL MILAGRO DEL OPUS DEI, donde escribe: "La tercera y actual etapa del Opus Dei en España coincide con la restauración democrática, el papado de Juan Pablo II y la crisis de la enseñanza católica confesional. En la democracia hay algunos, más bien pocos, hombres y mujeres del Opus en la cúspide de los partidos de derecha nacional y regional y del poder financiero y militar. "Los militares, por el sólo hecho de serlo, tienen ya la mitad de la vocación al Opus Dei", predicaba Escrivá". También la cita Jose en su correo Algunas dudas razonables: -Si los militares, "por el mero hecho de serlo" ya tienen la mitad de la vocación a la Obra, ¿por qué a los guardias municipales, que pitan para dirigir el tráfico, no se les adjudica directamente el 75% de la vocación?". La cita Gregory P. en su escrito "Nunca me sentí querido": "Con el tiempo, me he dado cuenta de mi error. La culpa la tiene el sistema creado por su Fundador. Es una institución en la que la sensibilidad está proscrita. El fundador ya dijo que la obra es milicia, que los militares tenían la mitad de la vocación conseguida, que la obra era una nosequé de guerra bellísima". Y la citan los periodistas José Manuel Vidal e Ildefonso Olmedo, en su artículo de prensa "Santo poder del Opus Dei": "Es notoria la presencia de la Obra en el seno de las Fuerzas Armadas. Por tierra, mar y aire. Y es que, como decía el propio Escrivá, 'los militares, por el sólo hecho de serlo, tienen ya la mitad de la vocación al Opus'. Y se nota en la práctica. Federico Trillo se ha sabido rodear de gente afín a su ideario en los puestos clave". Un abrazo, Pablo.





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