Querida RRR,

Como a todos que abren su corazón en esta magnífica web, enhorabuena por tu valentía y gracias por compartir esa experiencia tan personal.

Tu anécdota es una más de tantas que se han descrito aquí. El cúmulo de despropósitos no hace sino crecer y tomar tintes de lo más pintorescos y … trágicos.

Como tú, hemos sido muchos los miembros del Opus que hemos sido llevados al “especialista” por las razones más peregrinas. La verdad es que -después de todo- para una persona cuerda, la única manera de sobrevivir en semejante organización es acudir a un psiquiatra, pero ¿quién quiere vivir empastillado? Lo mejor (para qué nos vamos a engañar) es salir de ahí cuanto antes, asumir tu condición de persona libre y vivir en este complicado pero maravilloso mundo creado por Dios (no por algunos iluminados). Para ser feliz y hacer felices a otr@s no hacen falta los cientos de normas, criterios, reglas y preceptos que hay en el Opus -capaces de volver tarumba al más juicioso- sino obedecer a Jesús que nos dijo claramente “Ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”. Pues eso.

Un saludo muy cordial.

Edu