No querer cerrar ese capítulo de su vida. Para José Carlos.- María Cristina
Fecha Monday, 06 December 2004
Tema 040. Después de marcharse


¡Hola! ¿Cómo están? Hace tiempo no les escribía porque mi participación en la página el día 13/10 fue apenas testimonial y como mensaje acerca de lo mal que se puede vivir junto a alguien que se fue del opus, pero sigue viviendo como si estuviera dentro.

No pude en aquel escrito evitar relacionar la persona de Jorge, mi ex marido, con la persona de José Carlos quien desde hace ya largo tiempo viene generando polémica en la web. Recuerdo que tras mi testimonio, el cuestionado Josecar me respondió con mucha calidez, diciéndome que él era un hombre pacífico que vivía en armonía con su señora esposa. No obstante, al leer todos sus mensajes era como si una suerte de clon de mi ex, estuviera escribiendo periódicamente a opuslibros.

Tan es así que una tarde frente a la computadora invité a mi madre a leer uno de los tantos mensajes de Josecar y ella sin pensarlo dos veces me dijo “Ése es Jorge que escribe con un seudónimo”; tras lo que tuve que explicarle que escribía gente de todo el mundo, principalmente de España e Ibero América. “Puede ser... pero doctrinalmente es como si escribiera Jorge ¿o es que acaso éstos tienen el pensamiento uniformado como los militares?” me respondió mi mamá con tremenda curiosidad. Y me vino a la cabeza una frase de Jorge que decía que los militares de por sí ya tenían la mitad de la vocación...

Seguí leyendo la página casi todos los días, sin dar demasiada importancia a José Carlos hasta que en el día de ayer me sorprendió esto que escribió:

Me recordó la pregunta que le hizo mi hermano un día a un ex-numerario, que seguía luciendo su anillo años después de irse (pero en la otra mano, para poner su alianza donde corresponde): "Si te fuiste, ¿por qué lo llevas?"

Respondió que porque para él era una forma de recordar que su proyecto de vida continuaba intacto: que podían haber cambiado las circunstancias o el vínculo concreto con una institución determinada, pero la vocación "en sentido amplio" a la santidad en medio del mundo seguía siendo para él una llamada constante de Dios, como lo fue al principio.

Me parece una buena forma alternativa de contemplar a ese anillo. A fin de cuentas, en la intimidad de nuestras conciencias, el compromiso que tomamos en su día fue con Él: y una forma de mantener una trayectoria vital estable, sin esos terremotos que sacuden lo más íntimo del ser, es saber separar lo fundamental de lo accesorio, reconociendo que lo esencial perdura, muchas veces a pesar de los hombres.

Ojo, no sugiero que éste sea el caso de R. en absoluto, el cual me merece mi mayor respeto. Pero después de leer su escrito y pensando en otros, me preguntaba: ¿por qué es tan difícil a veces empezar una nueva vida, pero que al mismo tiempo todavía siga regida por ideales como "la santificación del trabajo ordinario", "poner a Cristo en la cumbre de las actividades humanas", "ser contemplativos en medio del mundo", "dejar el corazón en el suelo para que los demás pisen blando", la fidelidad a la Iglesia y al Romano Pontífice, etc?

En primer lugar (y que me perdone José Carlos porque estoy más que molesta) me permito sospechar que el ex numerario que lleva su anillo de fidelidad aún siendo casado es ÉL MISMO y que la pregunta se la hizo su propio hermano, asombrado ante la incongruencia de seguir teniendo anillo de numerario y al mismo tiempo alianza de matrimonio ¿Es que acaso José Carlos pretende incorporar al ya complicado entramado “jurídico” de la obra, la figura del numerario casado?

¡Imposible! ¿Es una buena alternativa como él dice, conservar el anillo como modo de recordar el compromiso asumido con Dios a través de la prelatura? Me parece no solo descabellado sino una forma de autoengaño e inmadurez, una forma de decirse “sigo dentro y con mi vocación intacta por mucho que ellos me hayan pedido que me vaya”. Una forma de no enterrar el pasado, un empecinamiento enfermizo, la negación de no cerrar ese capítulo de su vida.

Entonces ¿en qué lugar queda la señora esposa de este hombre? ¿acaso el sacramento del matrimonio fue una especie de “no me queda más remedio” y no un acto de amor hacia otra persona para compartir la vida entera?

José Carlos, esto va directo hacia tu persona y a tu corazón ¿acaso pretendes instalar en tu vida la fidelidad al opus a la misma altura que el matrimonio?

¡Por Dios, lo tuyo es tan horrible como si un ex sacerdote se hubiera casado y siguiera usando clergyman años después de haber dejado el sacerdocio!

¿Cómo puedes haberte casado pensando de esa forma? El matrimonio es un compromiso de amor a Dios a través del amor humano ¿cómo es que no te das cuenta que no hay dos amores sino que es uno solo? ¿o es que acaso te crees que el amor de dos personas es menos santo que quien elige quedarse célibe? El matrimonio es tan SACRAMENTO como el orden sagrado, que dicho sea de paso vos ni siquiera lo tuviste.

Amigo, yo no sé como se llama tu señora ni si te llevás tan bien como me lo dijiste en aquel correo posterior a mi testimonio. De lo que puedo estar segura es que si mi esposo escribiera algo así me sentiría muy mal, muy ofendida y hasta te montaría un flor de escándalo por ponerme en vergüenza. ¿Sabés una cosa? Me indigna y me rebela tu mensaje. Has dicho que tu mujer es maravillosa, dulce y con enormes cualidades... pero si realmente sientes lo que has escrito ¡NO TE LA MERECES!

No quisiera realmente estar en las suelas de esa pobre chica con un marido que la pone en segundo plano, cuando ella debería ser tu reina y señora en el hogar.

Por favor razona poniendo los pies en la tierra ¿estás realmente ENAMORADO de esa mujer o lo tuyo fue con el mismo argumento de mi ex que dijo “si Dios no me quiere para servirle a través del celibato apostólico, lo natural es que lo haga a través del matrimonio”?

Me costó mucho traducir esa frase pero un buen día me di cuenta que lo que ese hombre me quería decir era que yo era el “parche” que necesitaba para completar la otra mitad que le faltaba. La otra mitad había sido la obra hasta que le dieron salida, y el “parche” vendría a ser yo. Así que de AMOR con mayúsculas... las pelotas.

Yo quería amor con todas las de la ley: con luces y flores, con risas y lágrimas, con romanticismo, con pasión y con sexo... ¡que también son cosas de Dios!

¿Qué recibí en cambio? Una convivencia insoportable con un hombre que no asumía su condición de CASADO y hacía todas las normas de un numerario en su propio hogar.

Yo era católica practicante, catequista, con todos esos ideales de santificación en la vida cotidiana, poniendo a Cristo en la cumbre de mis actividades, amando a la Santa Madre Iglesia mediante la fidelidad al pensamiento del Magisterio ¿o acaso te crees José Carlos, que esos ideales son de exclusiva propiedad del opus?

Esos ideales son una propuesta de vida. ¡Eso es ser un buen cristiano y no es necesario pertenecer a ninguna institución para llevarlo adelante! Basta con ser simple, honesto, amable, trabajar bien, dar gracias a Dios por los dones recibidos, pedir y ayudar a los que sufren, orar con calidad mas que por cantidad y visitar a Jesus en su templo. Lo importante de esos ideales es vivirlos, no quedarse en lo meramente declamativo.

Pero eso no parecía bastarle a mi ex cónyuge, él insistía hasta el hartazgo en prácticas ascéticas y una piedad enfermiza con la excusa de “ser santo”. Santidad por cierto, muy mal entendida.

Por amor y deslumbramiento me callé por un buen tiempo, logré que algunas pequeñas cosas cambiaran pero siempre terminaba luchando contra una “amante invisible” (la obra) que parecía tenerlo embrujado y ocupando el primer lugar de su vida. En cuatro años no solo me mató el amor que sentía, sino que ante lo irremediable quiso “domesticarme” a través de la violencia.

José Carlos, aún cuando no seas golpeador ni “ese ex numerario que los dos anillos” lo que has escrito y tu razonamiento es humillante, violento y agraviante; no solo hacia tu señora sino a la misma institución del matrimonio. Lo menos que deberías hacer es pedir disculpas por semejante grosería y soberbia.

Por tu bien te pido que reacciones y no persistas en ese pasado perdido antes que sea demasiado tarde.

Seguramente te reirás al leer estas palabras y pensarás: “Fulana” me ama y nunca me haría daño ni me dejaría.

¿Hasta qué punto podés tener la certeza que tu mujer está ciento por ciento de acuerdo con vos; y que siempre lo estará? ¿No será que ella asiente y calla por amor?

¿Qué certeza y confianza tenés de que no termines como Jorge: solo y con un matrimonio fracasado? ¿Quién te garantiza que en un par de años ella no te plante un ultimátum y te diga: o “ella” o yo?

Sinceramente, si me expreso con tanto brío y hasta con preocupación, es porque no quiero que le pase a nadie lo que a mi me pasó por vivir con una persona que hizo de la negación y el autoengaño, una forma de vida con disfraz de santidad.

Gracias nuevamente por el espacio brindado y mis mejores deseos para las proximas fiestas de fin de año.

¡Un abrazo muy fuerte para los Orejas y feliz aniversario!

María Cristina









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