Para Victoria

Ante todo darte la enhorabuena por haber dejado la Obra y compartir tus experiencias con nosotros; te entiendo perfectamente, escribir siempre desahoga y tú no lo haces nada mal. Tu carta no es nada frívola, sino llena de simpatía y sencillez (y se vislumbra todo lo que has sufrido). Te lo repito, no eres nada superficial, simplemente eres una persona con grandes ganas de vivir.

Con respecto al párrafo en el que dices: "yo soy la única culpable de haber estado ahí". ¿Crees que alguien como tú fue libre cuando "casi se le va media vida" en el Opus Dei y que a la vez "veía siempre, siempre, que no le gustaba nada"? Yo pienso que no. Eso sólo se explica por una gran presión psicológica que te mantuvo atada dentro, por lo que no eres tan culpable como piensas.

Un abrazo,
Sonia.