¡Qué bonito sentir y creer como aquella gente! Para José Carlos.- Diogneto
Fecha Monday, 22 November 2004
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Querido José Carlos:

¡Qué bonito es que compartas tus experiencias! Es entrañable y bonito verme sumergido otra vez en una tertulia pirata al leer tu escrito. Esta vez hasta parece que estuvieses en buen plan.

Mientras te leía te iba acompañando en tu relato hacia donde "se te informó", tu, vestido de conferenciante, como ponente, tropezando con tus sebago por entre esos "chiringuitos de comida carretera, casitas destartaladas, paredes de ladrillo enrevesado a medio construir, solares abandonados… un viejecito en una carreta tirada por un burro, muchas bicicletas, coches de carrocería oxidada" (por cierto, un día tienes que explicarme lo que es comida carretera y paredes de ladrillo enrevesado) Yo iba detrás de ti y contemplaba tu cara de asombro cuando veías hombres volviendo del trabajo, mujeres de la compra, niños del colegio, parejas enamoradas en la plaza. Me pregunté en ese momento si te habías asombrado tanto la primera vez que fuiste a Bruno Buozzi o a Vila Tevere.

Te seguí hasta los bancos delanteros y vi con que cuidado te arrodillabas sobre el reclinatorio para no manchar los pantalones de ponente, para no estropear la raya ¡con que espíritu de pobreza lo hiciste! ¡Bien se aprecia que tus dos décadas en la Obra no fueron en vano! Mientras te acercabas a los bancos delanteros la gente te miraba, de abajo a arriba, unos de una manera, otros de otra; alguno seguro que pensó: "mira, ahí va un ponente"

Cantaste la misa entera, con la alegría del que alaba a Dios, del que se siente a gusto a su lado y sabe que está a su lado, seguramente recordabas de tu cuadrienio teológico aquella frase de San Agustín: "El que canta, reza dos veces". Lástima que cuando tanto alabas al santo de lo ordinario, al divino Marqués de Peralta no te acuerdes de otras frases, también del Obispo de Hipona:

-Una virtud simulada es una impiedad duplicada: a la malicia une la falsedad
-La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano
-En donde no hay caridad no puede haber justicia
-No hay riqueza más peligrosa que una pobreza presuntuosa
-Se aferran a su parecer, no por verdadero sino por suyo
-Habla con obras y no con la lengua
-La simulación de la humildad es la más grande soberbia

Pero bueno, sigamos. Cuando escuchaste "El Señor esté con ustedes" te acordaste de Gaby, Fofó, Miliki y Fofito de tu infancia, ja, ja, ja, ja, yo también me acuerdo de aquel: "¿Cómo están ustedeeeeeeeees?" A decir verdad, a mi también me ocurrió algunas veces algo parecido, en algún oratorio, al entrar algún sacerdote con aquella gravedad y gracia de estado me venía a la cabeza los jefes de pista de los circos, tan erectos; las tertulias donde todos reían las gracias del dire me recordaba a la jaula de los leones, las "anécdotas" del Padre a los malabaristas, etc ¿qué magia tendrá el circo que nunca nos olvidamos de él, particularmente de sus payasos y de sus payasadas?

¡Que revuelo se armó al darse la paz! ¡cuantos sentimientos afloraron en ese momento! La gente de un lado para otro… Cierto que se perdió esa gravedad que tú y yo conocemos, pero José Carlos… ¿Cómo se vería eso desde el sagrario? Al verte allí, tan en tu sitio, tan imponente, tan ponente, recordaba lo que le pasó a un noble español muy famoso que fue a Madrid a ver a su madre y la acompañó a misa y se encontraba algo azorado porque su última misa había sido antes del concilio. Cuando una señora mayor se volvió hacia él y le ofreció su mano diciéndole "paz", él tomó su mano, se inclinó respetuosamente y le dijo: yo Jaime de Mora y Aragón y quedo a sus pies, señora.

Vibraste, y yo lo noté, con el Pange Lengua, ¿a que no te resultó familiar la entonación? ¿Notaste un aire de alegría, de entusiasmo en sus notas y quizás menos triunfal? Muchos expertos opinan que este himno, que escribió Santo Tomás de Aquino para la festividad del Corpus, basa su música en una canción de marcha de las legiones del César: "Ecce, Caesar nunc triumphat qui subegit Gallias" No sé si en tanto cuadrienio, tus amigos, los pastores de lo ordinario, te explicaron lo bonito de esos versos, la impresionante lección de fe que entrañan. Para que té si puedas apreciar tan maravillosas estrofas y cantarlo al norte del Mississipi, te adjunto una traducción del Fr. Edward Caswall, 1.814-1878 (From Liturgia Horarum)

SING, my tongue, the Savior's glory,
of His flesh the mystery sing;
of the Blood, all price exceeding,
shed by our immortal King,
destined, for the world's redemption,
from a noble womb to spring.
Of a pure and spotless Virgin
born for us on earth below,
He, as Man, with man conversing,
stayed, the seeds of truth to sow;
then He closed in solemn order
wondrously His life of woe.
On the night of that Last Supper,
seated with His chosen band,
He the Pascal victim eating,
first fulfills the Law's command;
then as Food to His Apostles
gives Himself with His own hand.
Word-made-Flesh, the bread of nature
by His word to Flesh He turns;
wine into His Blood He changes;-
what though sense no change discerns?
Only be the heart in earnest,
faith her lesson quickly learns.
Down in adoration falling,
Lo! the sacred Host we hail;
Lo! o'er ancient forms departing,
newer rites of grace prevail;
faith for all defects supplying,
where the feeble sense fail.
To the everlasting Father,
and the Son who reigns on high,
with the Holy Ghost proceeding
forth from Each eternally,
be salvation, honor, blessing,
might and endless majesty.
Amen. Alleluia.

¡Qué bonito sentir y creer como aquella gente! Otra cosa que decía San Agustín era que Si somos arrastrados a Cristo, creemos sin querer; se usa entonces la violencia, no la libertad. ¿Así que notaste que Dios estaba allí eh? ¡Si supieses las veces que yo lo eché en falta en otros sitios! En sitios con mucho incienso, eso si. ¡Qué bendiciones, Señor, qué bendiciones! Claro que ya lo había advertido el Arcipreste de Hita:

……Y si tienes dinero, tendrás consolación,
placeres y alegrías y del Papa ración,
comprarás paraíso, ganarás la salvación.
Donde hay mucho dinero, hay mucha bendición.

Bueno José Carlos, esta vez si que me gustó tu ponencia, ¿a ver si tanto "ut videam" va a hacer su efecto? Dios puede con todo, ¡si no fuese así…..!

Diogneto









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