En el opus no se vota.- Krunch
Fecha Sunday, 14 November 2004 Tema 100. Aspectos sociológicos
Es la primera vez que escribo a la pagina y, pese a que se me ha instado con frecuencia a hacerlo, nunca se me ocurria a que tema hincarle el diente, pero, en el supuesto de que me decidiera por algo, creo que seria mas o menos del tenor del escrito de Ramon.
Al final he topado, en un escrito de Satur, con uno de mis caballos de batalla de la epoca de la transicion del regimen de Franco hacia la democracia. El voto, el reverenciado y denostado principio del voto. El anterior regimen difundio una permanente doctrina de descredito del principio electoral, y una forma de vejacion del mismo consistió en utilizarlo en la convocatoria de referendos y procesos electorales desnaturalizados, entre cuyos signos capitales de desnaturalizacion destaca el de la obligatoriedad del voto.
¡¡Ayyyyy la política!!!!"..... De mi diré que no he votado jamás, que no me interesa para nada la cosa pública desde la política, que he visto demasiados cambios personales por puro interés, por estar lamiendo la mano que te da de comer, por no perder privilegios, por orgullo y por estúpidas vanidades.
Aqui Satur nos cuenta su desprecio por la politica, fundado en unas razones que comparto en su generalidad pero que -seguro que involuntaria y paradojicamente- coinciden con las de la propaganda de aquel ominoso regimen, esto es la anatemizacion y ridiculizacion del politico y la politica orientados hacia el pacto, la negociacion y la decisoria electoral.
Lo esencial de este mensaje Saturniniano radica en dos puntos:
a) no ha votado jamas. b) la razon de ello es la amoralidad de la politica
Es paradojica la posicion ya que supone equiparar modos, maneras y principios del anterior regimen y el actual, de modo que pudierase colegir que tanto da el uno como el otro, o, peor aun, quizas el no votar representa una no advertida prima hacia el primero de los regimenes, esto es, el no democratico.
Seguro que Satur no va por ahi y creo que, puesto en la tesitura, señalaria como preferible el regimen democratico. Pero, el no votar, mal que nos pese, es invocacion directa del regimen autocratico, incluso puede que aun mas directa que la de votar por una opcion antisistema, pues el acto mismo del voto es reconocimiento objetivo del proceso y procedimiento electoral, o sea del acto de votar, de elegir, de distinguir, de preferir. Es justo eso mismo lo que el autocrata no desea ni admite, y por ello lo vilipendia, elimina o bien pervierte y caricaturiza promoviendo votaciones aclamatorias que se pretenden acta notarial de que la voluntad popular canta por enesima vez un viva las cadenas.
Se suele alegar que la corrupcion es tal, las candidaturas son tan insatisfactorias, que votar equivale a condonarlas y, en tanto que ello es asi, quien vota asume la responsabilidad de las decisiones de unos candidatos que nos han sido impuestos, ya que las diferencias entre los mismos son puramente cosmeticas; son pues un engaño.
Bueno, si de veras las cosas fueran asi, tan así que así, el no votar pareceria opcion cuasi revolucionaria, vamos, poco menos que la postura del indomable. Pero no, eso es un espejismo, el no votar es no hacer nada, ya que ni se colabora a que salga elegida la opcion menos mala, ni tan siquiera se estimula al sistema para que mejore y ofrezca candidatos mas autenticos.
La democracia no es un deus ex machina, no es un sistema o mecanismo capaz de garantizar o forzar una calidad en los resultados por encima, y a pesar de, la calidad de los propios sujetos implicados.
La calidad de una democracia es responsabilidad de todos sus actores, y ésta no viene dada, sino que se va realizando, construyendo, con avances y retrocesos, merced a la experiencia misma. Es por ello que resulta esencial el marco formal, los ritos y procesos, entre ellos señaladamente, el ritual de la votacion, pues supone el compromiso temporal con lo aun no satisfactorio, con la opcion que consideremos menos repudiable, y en tanto ello es asi, quizas se iran corrigiendo errores, pero tan solo tras haberlos padecido y asumido como responsabilidad nuestra.
Quien no vota no asume responsabilidad alguna, no participa, y lo que es peor, parece que se situa como en un plano superior, como alguien que ve mas allá y evita la trampa en la que caemos los pobres de espiritu que acudimos con nuestra patetica papeleta al colegio electoral.
Pero no, la calidad humana de Satur, revelada en la experiencia vital narrada con ese peculiar estilo humoristico y autoironico, hace imposible imaginar que Satur nos mire con esa altivez a quienes sí votamos, y es por ello, por una profunda simpatia hacia su persona, que le dedico el trabajo y riesgo de pedanteria de estas lineas.
Como colofon, hago un apunte final. El fundador del opus fue a mi parecer un consumado artista de la doblez, la cual luce en el mismisimo nombre elegido para camuflar como Obra de Dios lo que en verdad no tuvo otro objetivo, ni ha dejado de tenerlo, que la cuasi deificacion de su propia persona, y de quienes le sucedan en el mando.
El señor Escriba reveló en su ejecutoria una absoluta carencia de genuina vocacion espiritual y, en su pequeñez e ignorancia, se persuadio de que, cual brujo prehistorico, mediante ritos y manipulacion de la fe sincera de otros, podia permitirse coaccionar a la mismisima divinidad.
Pues bien, para tal fin construyó una doctrina y teologia de carton piedra, la cual devino seductora, como hecha a la medida, para un estrato social que se sintio confundido ante cierta coincidencia del mensaje cristiano y las emergente conciencia social, de modo que le resultó sumamente atractiva una fe reducida a la piedad y que, complementada con una ascetica orientada a la disciplina, quedaba absuelta, en virtud de la obediencia, la esponsabilidad moral de la opulencia, asi como los medios para obtenerla, detentarla, acrecentarla y conservarla.
Krunch
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