Mi historia completa (5).- Mercy
Fecha Sunday, 07 November 2004
Tema 077. Numerarias auxiliares


MI HISTORIA COMPLETA (5)

Quinta entrega
MERCY, 7 de noviembre de 2004

 

Nunca tuve mucha suerte con las numerarias

Llegó el momento de mi centro de estudios que fue mas o menos igual al de todos me imagino. Con sinsabores y un poco de todo, lo interesante comenzó al final, cuando llegó el momento de darnos nuestros respectivos destinos y no sé porqué para mi buena suerte el mío era el que menos me esperaba. La noticia me la daría mi directora y de la mejor manera que lo podía hacer: "oiga por cierto, aprovechando que la veo le digo que usted se queda aquí en la plantilla de la administración, pero no crea que se queda por ser la mejor, se queda por otros motivos"...



Se dio la media vuelta y se fue dejándome como perrito sin dueño en un lugar extraño, y esto duraría otros largos dos años y medio.

Como es un poco difícil contar todo lo sucedido en dos años solo compartiré aquellas cosas que seguían separándome cada vez mas de la Obra.

Comenzó mi vida como instructora del centro de estudios, era encargada de una zona daba algunas clases prácticas a las de primer año y en todo momento debía dar el mejor ejemplo posible.

Un buen día llegó a vivir una numeraria a la que le asignaron la zona donde yo estaba (como verán mi suerte con las numerarias no era muy buena) como yo tenía un poco de más experiencia tanto ella como las alumnas me consultaban todas sus dudas, pero a mi me parecía que las alumnas tenían que empezar a acudir a ella para las cosas que le correspondían, permisos para salir, escuchar música, bajar a la escuela con las de la labor de San Rafael etc. Y comencé a dirigir a las alumnas a ella cuando venían conmigo a consultarme esas cosas. Sin pensar, claro está, en que esto me traería consecuencias en el afecto de esta numeraria, aunque les parezca gracioso, ella se sintió mas que halagada por mi, según ella nadie le había dado su lugar de esa manera y pensaba que yo era algo así como la niña de sus ojos ya que comenzó a volverse como mi sombra, lugar al que yo iba ella llegaba.

Al principio me pareció coincidencia, y no le di importancia pero después me empecé a preocupar no era algo normal: se sentaba justo detrás de mi en el Oratorio, se anotaba a la misma excursión que yo y no solo eso dentro de la excursión hacia lo que yo estuviera haciendo, si yo me metía a nadar ella también, si jugaba básquet ella también, si me sentaba a escuchar música y a leer ella también.

Eso se tenía que terminar, fui con la directora y se lo dije pero para sorpresa mía la respuesta no era la que yo esperaba: usted tiene la culpa, siempre anda haciéndose la graciosa y con su carita de tierna para llamar la atención, tiene que aprender a no hacer esas cosas. !QUE YO TENGO QUE QUÉ! Pero si la del problema es ella, ¡¡ella es la que me persigue no yo!!

Pero ella era numeraria y yo auxiliar, por lo tanto ella merecía mas crédito que yo. Y me parece que este es el momento de decir que así como sabia callar y obedecer también sabía marcar mis límites y nadie por muy numeraria que fuera me iba a arruinar la existencia, no me considero para nada una persona sumisa y apocada, al contrario tengo un carácter bastante difícil, y cuando algo me molesta lo sé hacer notar.

Y comencé a escaparme de ella todo lo que podía. De lo que no podía hacerlo era de la charla fraterna, la hacía con ella.

Esta situación duró bastante tiempo. Yo me cansaba cada vez mas y llegué a mi límite.

Un buen día le dije que ya me había cansado y quería irme de casa. Creo que fue lo mejor que pude hacer porque unos días después me llamó la directora para decirme que mi querida numeraria por fin había dicho que todo lo que yo decía era cierto, pero ella no lo hacia con mala intención ¡ERA PORQUE YO LE INSPIRABA SENTIMIENTOS MATERNALES Y DE TERNURA!!!!. Quería que yo me sintiera cuidada y querida. Vaya manera de hacerlo. Y no solo eso, le admiraba que siendo yo tan “chiquita” tuviera tantas responsabilidades. En ese entonces tuve que hacerme cargo de dos zonas al mismo tiempo, que al final eran la misma, pero el trabajo y la gente a cargo se duplicaba y lo hacía un poco difícil.

Para mi buena suerte resulta que ella estaba en una etapa complicada (la menopausia) y me pidieron que la comprendiera y pasara por alto sus detalles conmigo.

Si, claro, mientras se pensaba que era yo me llovían correcciones fraternas para que la dejara en paz y pusiera mi corazón en Dios, pero cuando se invierten los papeles entonces hay que ser comprensiva y dejar que la paciencia y la medicina hicieran su trabajo. Una vez mas la diferencia entre numerarias y auxiliares...

Y la historia sigue...


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