Vivir sin el opus dentro de sus vidas.- María Cristina
Fecha Wednesday, 03 November 2004
Tema 040. Después de marcharse


Estimados Orejas:

Vuelvo a escribirles porque además de enriquecerme y aprender mucho de las experiencias de vida que ustedes relatan; me ha llamado poderosamente la atención cómo a partir del relato de mi testimonio de vida y de otros de igual temática, muchas personas han recordado cómo eran al salir del opus y otros expresan que todavía deben afrontar el conflicto de cómo ser verdaderamente cristianos corrientes y relacionarse con los demás, sin el opus dentro de sus vidas.

El pasado domingo terminé de leer el extenso e interesante escrito de Aquilina “Reconstrucción” donde ella relata de un modo realista e inteligente cómo pudo salir adelante, no solo de la obra sino de una dolorosa experiencia como es un divorcio matrimonial. Inmediatamente relacioné lo sucedido a Aquilina, con algo que dice José D respecto de relacionarse con personas del sexo opuesto y que tal vez le gustaría que fuese una ex numeraria para que le entendiera mejor. Discrepo con esto, y a continuación le explico al participante por qué.

Estimado José D. lamento decirte que casarte con una ex numeraria no solucionaría tu problema, ni garantizaría el éxito de un matrimonio. Digamos: depende de la ex numeraria, de vos, de cómo hayan superado la salida cada uno y del grado de madurez individual que hayan alcanzado tras dejar la obra. Nuestra amiga italiana de la web (te recomiendo que leas “Reconstrucción” porque vale la pena) estuvo casada con un ex numerario y ya ves como terminó.

En mi caso personal, si deseas leer mi historia, fui “elegida” como esposa por un ex numerario por haberme criado como vos: desde muy chica perteneciente a una familia católica muy devota y catequista parroquial en mis años de estudiante universitaria. Él interpretó que con una chica como yo las cosas irían como por rieles aceitados, que yo sería “caldo de cultivo” fácil para sus pretensiones de futuro supernumerario y al ver que se había equivocado de medio a medio casi acaba con mi vida.

Tras lo vivido, te aseguro que hay una distancia abismal entre ser un católico bien cumplidor con su religión y ser un opusiano. Lo mismo el tema de la “ortodoxia doctrinal” de la que tanto se jactan ser fieles en el opus y que en el fondo no es tal; una cosa es la doctrina oficial de la iglesia católica con sus preceptos, tradiciones, documentos y pautas para la vida cristiana y otra cosa es la mojigatería, el compendio de reglas absurdas e inhumanas, la cerrazón y visión retrógrada que se enseña en la obra. Tampoco existen los mismos criterios para la liturgia y los sacramentos, (especialmente la confesión) en los sacerdotes del opus que en los sacerdotes seculares, tópico expuesto magníficamente por Nacho Fernández en su capítulo “Supuestos pecados graves".

Digamos que como primer medida deberás quitarte de la cabeza esas “reglas” que no son cristianas ni católicas sino opusinas; el opus no es la Iglesia como ellos pretenden hacer creer y si miras el número de miembros (80.000 según cifras oficiales) está muy por debajo de otras instituciones católicas con mayor tradición, historia y prestigio internacional como el caso de los salesianos de Don Bosco, los jesuitas, los hermanos de La Salle, los movimientos como Focolares, Acción Católica, etc. Y lo que es peor: mientras esas órdenes y movimientos de larga tradición y prestigio en la grey católica mantienen su número de miembros y tratan de mantener amistad con los ex miembros; resulta ser que el opus vive exactamente lo contrario: una sangría permanente. No es buen momento para vocaciones sacerdotales y religiosas dentro de la Iglesia en general; pero evidentemente para el opus lo es peor al punto que he leído que el Prelado General prácticamente ha exigido a los miembros que ingresen al menos 500 nuevas vocaciones este próximo año; no muy buena señal...

Por todo ello, no veo descabellado el consejo de tu amiga respecto del psicólogo. Luego de la traumática experiencia vivida, todos me aconsejaban hacer terapia con un psicólogo para lograr sanar esas heridas que llevaba tanto física como emocionalmente y me molestaba bastante; comprendo entonces que te produzca un poco de incomodidad ese consejo porque a pesar que se ha evolucionado bastante respecto de la consideración de la psicología como ciencia, todavía persiste el “estigma” (llamémosle así) de ser una disciplina para tratar a personas que están un poco locas, o locas del todo. En mi caso fui a una psicóloga conocida de mi cuñada que no solo me ayudó a sobreponerme por lo vivido, sino también a no guardar rencor ni deseos de venganza hacia la persona de mi ex marido; reconozco que fui de mala gana, con desconfianza y pensando interiormente que no lo necesitaba porque todo era cuestión de tiempo y de alejarme geográficamente. Solo errores de apreciación: todo lo que yo pensaba lo hacía en función de HUIR del problema en lugar de enfrentarlo y hacerme cargo.

Una de las primeras frases que me dijo mi terapeuta fue “a los miedos hay que enfrentarlos porque es la única forma de recobrar seguridad en uno mismo” y que no importaba si un par de veces lloraba o me sentía mal por un fracaso o porque si ante determinada situación me paralizara, no dejarse vencer era fundamental. Te aseguro José que en menos de un año yo había superado casi por completo el problema e incluso comencé a tomar la vida con mayor tranquilidad, con soltura y espontaneidad.

No sé que más podría decirte, cada uno tiene que hallar su propio camino y lo que uno no haga por sí mismo, nadie lo hará. Podemos tener una buena familia, buenos amigos y mucho cariño alrededor pero a vivir debemos aprender solos.

¡Ahhh! Y no te preocupes en poner carteles de “busco novia” que el amor no se busca sino que llega a nuestras vidas en el momento en que Dios decide ponernos al lado esa persona tan especial con quien compartir la vida. Rezá para que llegue pronto tu alma gemela y el resto dejalo en manos del Señor, que nunca defrauda ni deja sola a sus criaturas.

Recibe un afectuoso saludo y para los orejas nuevamente muchas gracias por su atención y generosidad

María Cristina









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