Mi historia completa (3).- Mercy
Fecha Wednesday, 03 November 2004
Tema 077. Numerarias auxiliares


MI HISTORIA COMPLETA (3)

Tercera entrega
MERCY, 3 de noviembre de 2004

 

Y llegó la hora de crecer…

Mi relato continúa el día en que tengo que abandonar el internado, terminaron los estudios y llegó el momento de crecer. Mi primer centro de la Obra sería la administración de la comisión regional y del centro de estudios de numerarios.

Antes de irme debía despedirme de mi familia, y es en este momento cuando se lleva a cabo la segunda batalla...



Llegué a mi casa con toda naturalidad a avisarles que me marchaba a vivir al Distrito Federal, primer impacto; la no tan buena fama que, por desgracia, tiene este tan hermoso lugar puso a mis padres y hermanos con los nervios de punta. Como es natural yo les dije que no se preocuparan, todo iba a estar muy bien. Comenzaron las miradas sospechosas, esas que a mi me ponían un poco nerviosa, seguimos platicando, consejos y otras cosas, y cuando yo pensé que era hora de retirarme ¡sorpresa! la puerta estaba cerrada con llave; nadie decía nada, hasta que mis dos hermanas mayores se me acercaron con cara de madres adoptivas rodeándome con sus brazos muy cariñosamente y tratando de convencerme nuevamente de mi estado de locura y perdición; yo, como era natural en alguien recién iniciado en su vocación, me negué a escuchar semejantes voces tentadoras y comencé a buscar la manera de salirme de mi casa.

Nunca fui una adolescente muy femenina que digamos, solía trepar bardas con cierta frecuencia, principalmente la de mi casa y estaba a punto de hacerlo cuando otra sorpresa me lo impidió, mi hermano Eduardo (se ganó el derecho de ser nombrado) sacando valor de no sé donde ya que el es mayor que yo por solo dos años, se enfrentó a mis papás y hermanas se fue a la puerta con mi mochila en la mano la abrió y me dijo: vamos, te llevo a tu casa. Por supuesto que no lo pensé dos veces y me salí corriendo, aprovechando el momento de confusión.

Mi hermano tampoco entendía lo que yo estaba haciendo pero siempre ha sido un defensor incansable de la libertad y del derecho de los demás a vivir su propia vida y ese era el motivo por el que me estaba ayudando, nunca olvidaría lo que me dijo de camino en el autobús: Siempre vas a contar conmigo, yo te apoyo en cada cosa que decidas, y si algún día te arrepientes y quieres regresar siempre encontrarás a tu hermano para ayudarte.

Y quien me iba a decir que solo unos meses después sería a él al que le llamaría llorando para pedirle que me ayudara a regresar...

Pero con lágrimas y todo regresé al internado solo para terminar de hacer mi maleta, al día siguiente saldría hacia mi primer destino. Sería en este centro donde por primera vez vería a personas irse de casa, sufriría mi primera humillación a cargo de una numeraria que me enseñaría cuál era mi posición dentro de la obra y vería por primera vez reflejada en la mirada de otras numerarias auxiliares esa compasión hacia una nueva vocación que no sabia en lo que se estaba metiendo.


Capítulo siguiente -->

<-- Capítulo anterior







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=3328