A ver, para quién va a ser.- Daniel
Fecha Wednesday, 20 October 2004
Tema 900. Sin clasificar


A ver, para quién va a ser

Hola José Carlos:

Creo que tienes algo de sentido del humor, pero muy poco sentido común, nada de compasión y unas gafas que parecen diseñadas para ver el canal + sin descodificar.

Copio de tu última carta:

1. Sobre si, de haber seguido en el Opus Dei (posiblemente confinado al sótano de comisión pegando sellos y tratando a supernumerarios viudos), no “habría estado Dios por medio, y Él podría proveer”: en efecto, así es, y si lees con cuidado mi testimonio, dejo claro que para mí perseverar era una opción válida, aunque tremendamente abnegada. Pero también percibí que Dios no me presentaba ese sacrificio radical como única salida, “porque en la vida ordinaria no suele exigir un heroísmo descarnado como única condición para acompañarle”.

¿Qué broma es esa de que la perseverancia era una opción válida para ti? (Sin comentarios; seguro que los demás saben lo que quiero decir... menos tú, claro).

¿Todavía crees que tienes ese hilo directo con ese Dios antopomórfico que te dice lo que tienes que hacer?

Te informo que el Mío tiene muchas formas, y las que más odio son la de despertador y la de ropa para planchar.

¿Acaso no es descarnada la vida de las numerarias auxiliares, esas que tienen que llegar a la cama exprimidas como limones, para que los "numeritos" vivan como si todo el monte fuera orégano? (Estábais esperando una rima, ¿verdad?). No se puede... no me parece ético... saborear la carne pero no querer entrar jamás a una granja ni a un matadero.

Por cierto, ¡qué bueno es tu Dios, que les dice (a las numerarias auxiliares) que lleven una vida que las convierte en robots sin sentimientos... y por si los tienen y afloran, también les receta antidepresivos y otras gaitas de lo más naturales y liberadoras! No recetarás tú de éso, ¿verdad?

Prefiero, para terapia, como en los veranos, o como ayer mismo, dar de comer a las yeguas, acariciarlas, y sobar ovejas, corderitos, perritos y gatitos que se cuelan en mi casa por la noche, y no hay manera de echarlos.

Mientras tú tenías la ropa planchada (algunos sabemos lo que cuesta), otras se descarnaban miserablemente (alguno diría que heróicamente), privadas de toda ternura natural, que hasta los gatitos saben cómo se consigue y lo sana que es.

Como véis, he vuelto a sacar el tema del tacto (con los animales), que yo prefiero llamar expresión de ternura, que si no sale, puede reventar en forma de diversas taras, como la falta más absoluta de compasión y pérdida de la capacidad de reflexión. Estoy seguro de que aquel ex marido de María Cristina pensaría que todo ésto es pura frivolidad.

Para mí, la frivolidad fue el trato que dio a su mujer. Yo creo que se merecía (él) una buena coz de una de esas yeguas que me dejan pegarme a su cuello mientras comen de mi mano.

Después de lo que has escrito en la carta de la que copio un extracto... me cuesta creer que lo que te digo te haga reflexionar.

Te preguntarás entonces para qué te escribo, para qué me molesto.

Hale, pues piensa, piensa, que por algo se empieza.

Daniel







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=3253