Para KleinesAL.- José Carlos
Fecha Monday, 18 October 2004
Tema 900. Sin clasificar


Querido KleinesAL (17-X):

Gracias por indicar los lugares en los que existe una aparente incoherencia entre mi trayectoria vital y mis escritos. Gracias también por tu tono discrepante e incisivo, pero al mismo tiempo respetuoso y amigable.

Tienes razón que puede parecer una labor quijotesca – idealista pero imposible – el formular satisfactoriamente una posición de ex-miembro “en buen plan” desde las coordenadas del sistema teológico-antropológico que aprendimos en el Opus Dei. Puede verse como un difícil equilibrio, pero viendo a los muchos ex-miembros que conozco y que comparten mi actitud, confío en que es posible (aunque a lo mejor me equivoco). Pasando a los puntos que mencionas:

1. Sobre si, de haber seguido en el Opus Dei (posiblemente confinado al sótano de comisión pegando sellos y tratando a supernumerarios viudos), no “habría estado Dios por medio, y Él podría proveer”: en efecto, así es, y si lees con cuidado mi testimonio, dejo claro que para mí perseverar era una opción válida, aunque tremendamente abnegada. Pero también percibí que Dios no me presentaba ese sacrificio radical como única salida, “porque en la vida ordinaria no suele exigir un heroísmo descarnado como única condición para acompañarle”.

2. Sobre mis hermanas discapacitadas: en esto no me explayé, y me das la oportunidad de aclararlo. Mi preocupación por su futuro no radicaba tanto en su sustento económico, como en la posibilidad de que me necesitasen físicamente cerca de ellas cuando faltasen mis padres; y pensaba que para poder volver a España y reintegrarme en el mundo laboral necesitaba tener un trabajo con proyección externa.

3. Sobre el haber perdido la confianza humana en algunas personas que tomaban decisiones sobre mi vida: el hecho de que yo perdiera la confianza en ellas no implica que Dios no pudiera actuar a través suyo; simplemente no me vi forzado a tener que seguir haciéndolo. En mi testimonio dije también que “no descarto que en ese momento fueran instrumentos de los inescrutables designios de Dios”, pues gracias a la insistencia de los directores se me abrió otro camino, quizá más afín a mi propia naturaleza.

Sin ser teólogo y reflexionando solamente sobre mi propia experiencia, creo que uno puede ser coherente con un proyecto de vida fundamental, aunque tome distintos giros en su trayectoria. Pienso que la vocación en sentido amplio ahí sigue: la llamada de Jesús a la santidad y al apostolado, a ponerle en la cumbre de las actividades humanas, a tratar de imitarle en su cuidado a los enfermos y necesitados, a luchar por ser un reflejo de su presencia entre los hombres (y ahora, también entre las mujeres :)), trasciende a las instituciones y a las circunstancias particulares del camino eclesial que uno haya emprendido originalmente.

De la misma manera, y aunque aprecio enormemente la enorme dignidad del celibato por el Reino de los Cielos, considero que sigo llamado a una vida de donación en el amor, como antes, aunque ahora del brazo de una mujer magnífica en quien reposa mi corazón y que me hace este camino más llevadero.

Por lo cual no dejo de dar las gracias más sentidas y efusivas a Dios. No porque me fui, sino porque Él siempre me ha acompañado.

Por responder a tu postdata, creo que relegar ciertos correos a una sección aparte simplemente porque no comulgan con la ortodoxia reinante equivale a hacer “internautas de segunda clase” a los ex-miembros que tenemos la osadía de tener opiniones distintas. Me parecería una forma velada de establecer un “apartheid” intelectual en la web. El “descarrile” de hace unos días fue completamente inesperado y fuera de mi control, te lo aseguro.

Os dejo, que se me va el avión. ¡Mañana amanezco en Barajas! y me acordaré de muchos de vosotros.

Un abrazo,

José Carlos



por alusiones a la web. Estimado José Carlos: seremos nosotros los que mantenemos la web, quienes decidiremos qué hacer con tus correos que repiten machaconamente la doctrina del Opus Dei. Doctrina que los ex miembros en su inmensa mayoría consideramos, algo muy parecido a lo que se puede leer en las cajetillas de tabaco "perjudica gravemente su salud y la de los que están a su alrededor". No hicimos esta web para repetir las inexactitudes del mensaje ambiguo del Opus Dei, donde para unas cosas se sirve de la doctrina oficial de la Iglesia, y para otras, la incumple a rajatabla. Tampoco es una web anónima donde todo vale. Yo doy mi nombre como coordinadora, lo ha dado Carmen charo, Flavia, Mariano, Sharon, y algunos más, así que nos arrogamos el derecho a decir hasta dónde y hasta cuándo. Tú no eres "un ex miembro que tiene la osadía de tener opiniones distintas"; eres un cooperador del Opus Dei que nunca se ha ido de la Obra porque aspiras a que te autoricen a ser supernumerario. El "descarrile" de hace unos días no fue inesperado. Recomendar una web del Opus Dei como más fiable que ésta, en la que escribes contínuamente y que no es la que te inspira confianza, no fue una casualidad por tu parte y echar por tierra los testimonios de tanta gente que lo ha pasado mal, tampoco. Te has expresado libremente pero siempre con la misma cantinela: "el Opus Dei es bueno, vosotros no lo habéis entendido". No se trata de nivel intelectual, se trata de que llegará un momento en el que te tienes que dar cuenta de que esta web no es la tuya porque nosotros no queremos que nadie nos diga lo bueno que es el Opus. ¿Por qué? Porque lo hemos conocido y lo hemos sufrido. Y si contigo se marchan otros lectores, nos da igual, porque no estamos en internet por el "share" ni por la audiencia. Se irá quien se tenga que ir y se quedará quien se tenga que quedar. Si nos importara el número de lectores, te aseguro que tendríamos mucha publicidad, pero nos importa la verdad, el salir adelante, la reconstrucción personal de muchos -no te puedes ni imaginar cuántos que están en proceso de irse sin ningún deseo de quedarse como cooperadores-, y que el Opus Dei sea conocido por la jerarquía de la Iglesia para que tome medidas. Esta web, nosotros, y yo en particular, te digo que todo tiene un límite. Y cuando se quiere estirar la cuerda más de lo que es posible, se acabará rompiendo inevitablemente. Un saludo, Agustina López de los Mozos Muñoz. Coordinadora de la web opuslibros.org



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