Mi relación con el opus dei.- Ramón
Fecha Monday, 18 October 2004
Tema 100. Aspectos sociológicos


mi relación con el opus dei

Hola,

No soy ni he sido del Opus nunca, os cuento cómo contacté con el Opus y lo que sucedió en dos ocasiones.

La primera tenía yo 18 años cumplidos y bastantes días para rellenar antes del comienzo de curso de la uni. Con mi amigo Roque (llamémosle así) vimos un cartel en la calle que ofrecía un curso de informática gratuito en un colegio mayor de esos con nombre topográfico. En aquella época no había casi ordenadores, y como éramos estudiosillos, nos apuntamos.

Fuimos al susodicho lugar, parecido a un bunker, y tras superar la portería, entramos en un salon oscuro, en el que no había nadie. Tras dar alguna vuelta por allí, aparecieron algunos muchachos - ahora reconozco el Opus look: gomina, zapato brillante, camisa impecable- que nos llevaron al aula del curso.

Era una sala del edificio en la que había algunos ordenadores con los que nos iban a enseñar. Desde el principio se veía que allí no había pedagogía ni nada, no sabían qué hacer, no nos enterábamos de nada y dejamos de ir. Ahí no acabó todo: al poco tiempo mi amigo Roque empezó a recibir llamadas de un muchacho del Opus local, para "salir a dar una vuelta", hablar... Al parecer, le había recomendado un primo de Roque que era cura del Opus en otra ciudad española. Mi amigo le daba largas, pasaba de él, le daba cortes... pero el otro parecía una lapa, o Romeo con Julieta. Finalmente, vio que allí pinchaba en hueso y lo dejó. A mí, en cambio, ni caso: debía de ser persona poco recomendable. Pero eso sí, recibí innumerables cartas de la causa de Monseñor, llamadas para viajes a Roma, a ver al Papa...

Mi segundo contacto fue en una institución académica del Opus: nos habían llamado porque necesitaban profesionales, se habían salido tres, uno de ellos numerario, tío de muchísima valía. Fui con mi mujer porque nos habíamos casado hacía poco, y era fin de semana. Tras la sorpresa inicial (al parecer los matrimonios viajan separados), nos recibió el gerente, que nos dio una charla de media hora en su despacho olímpico, contándonos las maravillas de su institución. Vale. Luego pasamos con el director técnico que nos preguntó lo primero si sabíamos lo que era el Opus Dei (literal): yo lo sabía, y tuvimos una interesante conversación teológica. Luego nos contó que aquello era una institución benéfica, que no se podía hacer cosas que la Iglesia no permitiera... yo le dije que mi campo no tenía nada que ver, así que no se podía pecar. Luego vimos al jefe de la división, que era una persona normal y maja. Luego, a otro subdirector, esta vez entrevista individual, y vuelta a la chapa sobre la moral católica. Al final: tenías que trabajar como un burro, dar clases en la universidad, investigar, hacer la tesis doctoral, y lo que se terciara... por un sueldo inferior al que pagaba el Estado en puestos similares. Y dejando claro que lo suyo era mejor, que tu no estabas a su altura, etc... Al final, ni siquiera sabíamos si había contrato o no: tenía que llamar para ver si me interesaba, y luego ellos decidían. Nuevo timo: me había metido 400 Km entre ida y vuelta, pero que me hicieran dar el madrugón para vernos la cara, y comerme la oreja, me tocó la moral. Así que como yo quería tener familia, y con esa oferta de trabajo no podía dije que nanay. Ahora bien, ¿para qué tanta murga, tanto darse importancia? ¿No se dan cuenta que la gente así se mosquea y cabrea? Pero no, ellos creen que son el copón con ruedas y los demás, a sacarles fotos y a currar.

Debo aclarar que no me parece mal dar cosas gratis para darse a conocer a la gente, si esas cosas son buenas, leales y no hay trampas. Lo que me parece mal es lo que hicieron con nosotros: poner un cebo malo para atraer pesca, y luego hacer distingos entre la gente. No me parece mal que seleccionen trabajadores, me revienta que te digan que trabajar para ellos es un lujo fuera de tu alcance, y para alcanzarlo tienes que sacrificarte. Eso es engañar, hacernos perder el tiempo.Y hacernos perder dinero, dinero que ellos se embolsan.

Lo cual me dio un inmenso alivio, porque si me hacen una oferta buena...

Un saludo

Ramón







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