Desarraigar los hábitos adquiridos.- Jorge
Fecha Friday, 15 October 2004
Tema 040. Después de marcharse


Querida María Cristina:

Me conmovió tu testimonio. Mario se sacó la lotería con una mujer como tú. Me alegro mucho que recomenzaras felizmente tu vida envuelta de verdadero amor.

Me da pena constatar en las actitudes de Jorge (un "josecarlos" con síndrome de estocolmo) algunas que yo también tuve al salir. Por desgracia para algunos de nosotros es una reacción psicológica normal (normal patológicamente hablando). Insisto, me pasó algo similar hasta que el abandono en que al principio me dejaron a pesar de haberme prometido asistencia espiritual (y luego las injustas acusaciones de que fui objeto y el que le pidieron expresamente a personas que me conocían que se alejaran de mi supuesta mala influencia) fue lo que me ayudó a abrir los ojos.

Recomiendo a quienes salen "en buen plan" que si quieren recomenzar una vida normal (aquí por normal entiendo la de cristianos corrientes, verdaderamente en medio del mundo, que buscan ser buenos -humildemente, conscientes de sus propios errores pero también de que Dios es un padre amoroso que quiere que sean felices y que para ello los dotó de libertad-), que entonces corten por lo sano con la Obra. Cortar significa alejarse. Dar carpetazo. Desarraigar los hábitos adquiridos e irlos sustituyendo con otros buenos pero ajenos a formalidades y normativas (por ejemplo seguir su plan de vida conforme les nazca del corazón y no de un horario; reaprender a amar -sin limitaciones de "amistad particular" o deberes apostólicos-; revalorar su dimensión corporal y aprender a "mortificarse" de otra manera que nada tiene que ver con privaciones o autoagresiones absurdas -como diría Jesucristo "misericordia quiero y no sacrificios"-, etc.).

Si por un tiempo logran cortar con eso y actuar verdaderamente con libertad de conciencia (a pesar de que duden al principio, de que se sientan inseguros porque no hay un director que les diga qué hacer ¡bendito Dios!), han dado ya el primer paso para librarse de una dependencia que podría atarlos psicológicamente el resto de la vida... y el resto de su vida intentar justificar con sus acciones una realidad no asumida: su LIBERTAD (que para mí sigue yendo en la línea de elegir el Bien -con mayúscula-).

Y, pues eso, a "desprogramarse" (del Opus, no de Dios ¿eh? :-) ... que la vida son dos días y la "tarea" la tiene cada uno bien clarita en el corazón ).

Gracias de nuevo María Cristina. Saludos y, como dice Otulato, paz a todos (también a la gente de la Obra que sigo queriendo ¡cambien, cambien, cambien muchachos, por favor!).

Jorge







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