Supuestos pecadores graves (Cap. 51 de 'El buen pastor'). - Nachof
Fecha Wednesday, 29 September 2004
Tema 070. Costumbres y Praxis



SUPUESTOS PECADORES GRAVES

Cap.51 de 'El buen pastor'
Enviado por Nachof el 29-septiembre-2004

El fundador de la obra, el Santo Marqués de Peralta, solía decir que cuando uno se iba de la prelatura y "abandonaba su vocación", no excusaba de pecado grave a los demás que habían convivido con él y no le habían ayudado.

Yo, que estuve casi 34 años en la institución, padecí de ese sistema de no ayudar al que se lo estaba pensando. El consejo local, a través del director, estaba avisado desde diez meses antes y no pusieron los medios para evitar mi marcha...

En ningún momento me sentí acompañado. Por ello, llego a la conclusión de que los que estuvieron a mi lado son "supuestos pecadores graves". Y lo mismo cabrá decir de los "hermanos" que acompañaron a otros que participan de opuslibros.com.

Estas palabras del fundador son muy graves. Pienso que dentro del opus se trata de quitarles toda la carga importante que tienen. Por lo menos, a mí en los dos años que permanecí en el centro Amaniel nadie me acompañó a dar el paseo semanal, a hacer la excursión mensual o irnos a tomar una cerveza en un bar. No había amistad con los demás y en todo momento me tuvieron abandonado. Eso sí, en la "emendatio" (breve acusación de una falta) de los círculos breves semanales se oían expresiones como "no haber vivido la fraternidad con los demás de la obra" o cosas parecidas.

El opus es un creador de pecados. Los directores de la obra suelen decir que numerarios y agregados (célibes) no pueden ir a una playa "donde se sabe que se ofende a Cristo". Incluso se dice que el que se salta este consejo cae en pecado grave, sin que exista parvedad de materia. Por lo tanto, hay que acusarse de él en la confesión y el que ha caido en él no puede comulgar, puesto que se encuentra en pecado grave.

Me encuentro pasando mis vacaciones de verano en La Manga del Mar Menor. A diario voy a la playa y, siguiendo lo que se dice en el opus, me encuentro en pecado grave. Me estoy bañando en el mar donde existen personas que, en algunos casos, se encuentran desnudos. Entienden que lo más sano es que la madre naturaleza (el sol, el agua de mar y la playa salvaje) les invada por todos sus poros. ¡Qué imagen de salud dan! Los de la obra no saben lo que se pierden.

Recuerdo que una vez, durante un curso anual en el colegio mayor Ayete de San Sebastián, un grupo de asistentes decidió que iban a ir a una playa que se encontraba aislada y a la que solo se accedía por vía marítima. La sorpresa fue mayúscula cuando, al llegar, observaron que allí había personas desnudas. ¡Vaya escándalo! Inmediatamente decidieron dar marcha atrás e irse a un lugar rocoso o solitario, donde no pudieran ponerse en ocasión de pecado y luego confesarse de un pecado grave. Vamos, que huyeron de la tentación de la carne.

A los supernumerarios se les avisa con tiempo de que planifiquen sus vacaciones, para no ir a lugares de playa, donde se cometen tantos pecados. Si tienen hijos que pueden incorporarse a la obra, se les advierte de los efectos funestos de acudir a tale sitios. Esto no lo saben la mayor parte de los supernumerarios.

Ya he dicho que el opus teoriza o "fabrica" pecados en los que caen los hombres. Este es el caso de los televisores en los centros de la obra. Este electrodoméstico se encuentra aislado y el acceso se encuentra cerrado por una cerradura, cuya lleve solo tiene el director. Cuando yo me fui, solo se podían ver los telediarios y, en algunos casos, en pleno programa informativo de noticias, se apagaba, puesto que había salido una escena menos conveniente --una mujer en bikini-- que podía hacer caer en pecado grave. Ah, se me olvidaba, las veces que vino el Papa a España siempre se pudo ver la televisión. Claro, no había ocasión de pecado grave. Incluso en la última, el director espiritual de la delegación de Madrid Oeste participó como comentarista en la retransmisión televisiva. Así llegábamos al cielo directamente.

Está claro que los de la obra, sobre todo numerarios y agregados, "están en medio del mundo". Sí, como en una burbuja. No participan de las inquietudes de los demás y, casi ninguno de ellos salvo excepciones, van a los locales comerciales cinematográficos. Pueden caer en tentación. Yo, cuando dejé la obra el 28 de octubre de 1998, pude volver al cine, cosa que no hacía desde el 19 de marzo de 1965. Sí es cierto. Se me olvidaba que numerarios y agregados ven películas en video en los centros. Eso sí, convenientemente censuradas. Y si se produce un beso entre los protagonistas, se apaga momentáneamente la película. Tal censura ha sido establecida previamente por el director y el sacerdote que han tenido una proyección privada. No estoy hablando de 1965, sino de 1998. Esto lo ocultan esa "pandilla" que de vez en cuando nos obsequian con sus lindezas, diciendo que todo es mentira.

La semana pasada se ordenó el nuevo arzobispo de Tarragona, el sacerdote numerario Jaume Pujol. Existen muchas experiencias con los "supuestos pecados" que crea el opus. Espero que su doctrina no se traslade a los fieles de la calle. Yo me he confesado fuera de la obra de cosas que decía a los sacerdotes de la prelatura y me han dicho que eso no era ni grave ni pecado. Por ello, temo que la doctrina que imparta sea como la que acabo de describir y cunda entre la población española. Vamos, que tiemblo.


Continuará





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