Obedecer o marcharse. Para Carlos F.- Jorge
Fecha Sunday, 26 September 2004
Tema 070. Costumbres y Praxis


Respuestas a un padre ocupado en orientar a su hijo (I)

Estimado Carlos F.

Conforme mi experiencia de numerario-ex contesto a algunas de tus interrogantes. Soy egresado hace algún tiempo, ni mucho ni poco, sino el necesario para contar con la serenidad que da el ver las cosas una vez resanada el alma, por lo que espero lo que diga te sirva para dar orientación a tu hijo.

Lo haré por partes dado que no cuento con mucho tiempo y tus preguntas merecen atención. Va la primera:

1. ¿Qué tipo de cosas pueden mandar los superiores y cuales no?

Al interior no se habla de “superiores” sino de directores (mas digno de personas laicas o no religiosas). Y no se dirá “mandar” explícitamente, porque se dice dentro que “en la Obra el mandato mas fuerte es un “por favor””.

Además existe una idea madre: “el que obedece nunca se equivoca”. Y se inculca desde el principio que los directores representan “la voluntad de Dios” para el miembro (porque representan al “Padre” o sea el Prelado del Opus Dei, quien a su vez representa la voluntad de Dios para la institución).

Citaré algunos textos internos, de la literatura a la que solamente tienen acceso los miembros, para que conozcas de primera mano la mentalidad que se maneja dentro:

“La fe nos da fuerzas para seguir el camino que en la Obra se nos señala. Para nosotros, la Voluntad de Dios es siempre clara, transparente; la podemos conocer hasta en sus mínimos pormenores, porque el espíritu de la Obra y la ayuda de nuestros Directores nos permiten saber lo que el Señor nos pide en cada momento. En el cumplimiento de esa Voluntad divina, en una obediencia alegre y total, ha de manifestarse nuestro espíritu de fe sobrenatural y operativa” (Meditaciones III, Tiempo Ordinario, Semana XII p 338).

Ahora, si los directores son es cauce para conocer la voluntad de Dios hasta “en los mínimos pormenores”, interpreta la siguiente enseñanza y saca tus conclusiones:

“Cumplir la Voluntad de Dios: he aquí el programa que ha de llenar nuestra vida. Nuestra oración ha de discurrir frecuentemente por esos derroteros: “amo la Voluntad de mi Dios: por eso, en completo abandono, que El me lleve como y por donde quiera”. En vano trabajaríamos, en vano gastaríamos nuestros días en el apostolado sin o nos sujetáramos en todo al querer divino. Si no viviéramos una obediencia efectiva, exacta, operativa, vana sería nuestra carrera: “corres bien, pero fuera del camino”, exclamaba San Agustín. ¿Y para qué sirve correr sin o se llega a la meta? “Obedecer…, camino seguro. –Obedecer ciegamente al superior…, camino de santidad- .Obedecer en tu apostolado…, el único camino: porque, en una obra de Dios, el espíritu ha de ser obedecer o marcharse (Camino no. 94)” (Meditaciones IV, Tiempo Ordinario, Semana XXIX, Martes, p.435).

Pero no te preocupes, seguramente también te dirán que "uno no tiene nada de qué preocuparse... los directores nunca le pedirán a alguien que se arroje por la ventana" (frase que escuché en varios círculos).

Respondo a otras preguntas en la próxima entrega.

Jorge







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