Sobre el dulcísimo precepto.- Dionisio
Fecha Sunday, 26 September 2004
Tema 070. Costumbres y Praxis


Sobre el dulcísimo precepto

Hola orejas:

Dado que hemos estado hablando últimamente un poco sobre el "dulcísimo precepto" y su práctica en el opus, me parece adecuado contar mis experiencias de primera mano. Las que he visto, no me las han contado, ni las he leído.

Conocí un cura numerario que viviendo en una ciudad distinta y alejada de la de su madre, viuda, muy anciana y muy delicada de salud, supernumeraria, los directores le permitieron trasladarse a vivir cerca de su madre y allí se quedó prácticamente un año, hasta que la buena señora entregó su alma al creador, supongo que feliz por la dicha de tener a su hijo sacerdote al lado. Conocí a otro cura numerario que mientras estaba en el curso anual conmigo murió su padre, muy anciano, más de 90, y cuya muerte era previsible. Pues el cura no se movió del curso anual. También hay que decir que estábamos bastante lejos de la ciudad donde murió su padre. No sé si el no quiso ir, o no le dejaron. Cualquiera de las dos opciones me parece bastante triste. Esto en cuanto a muertes, no recuerdo ningún otro caso de muerte de padres. Recuerdo un n cuya única hermana, casada y con hijos, murió de cancer tras meses de padecimiento. El n no fue a verla nunca, ni durante la enfermedad ni cuando murió. Sé que tenía una buena relación con ella y que ambos eran huérfanos. Tampoco sé si no quiso ir o no le dejaron. Si yo le conozco a ese n, estoy seguro de que no fue por falta de ganas. No puedo decir más porque no lo sé.

Es cierto que con frecuencia los directores me preguntaron si escribía a mis padres. También lo es que supe de varios casos en los que se concedía una ayuda económica a los padres de un n. Pequeña, pero ayuda. Sin embargo, tenían cosas raras como prohibir que se les llamara por teléfono, según ellos por motivos de pobreza, cuando muchas veces se hacían llamadas de larga distancia a la delegación o a la comisión regional por verdaderas tonterías. Tengo la historia de otro cura numerario, a quien un día acompañé a visitar a su madre viuda. Esta mujer era una verdadera santa, muy buena, que toda su vida no hizo más que rezar y trabajar para sacar con su marido adelante a un montón de hijos, creo que 9. Era, como se dice eufemísticamente, de un nivel socioeconómico muy humilde. Vivía modestamente con un par de hijas en la casa que había sido el hogar de siempre. Su hijo cura me comentó la angustia que le daba ver como se estaba hundiendo el techo de la modesta vivienda, poniendo en peligro la seguridad de sus moradores. El hundimiento era ostensible y creo que la angustia del n estaba justificada. El opus por aquel entonces estaba embarcado en construcciones realmente importantes de nuevos centros y de casas de retiro. ¿Alguien cree que el opus ayudó a esta anciana viuda, madre de un sacerdote n y de una numeraria, para disminuir el peligro de que se le cayera literalmente la casa encima? Pues no, no lo hicieron. No sé porqué, pero la necesidad era obvia. Conocí a un n que estaba en un país diferente del suyo. Estuvo 8 años sin ver a sus padres, pues ellos no tenían dinero para viajar a ese otro país y a su hijo no le daban dinero ni permiso para ir a verles. Si al final se rompió el "embargo", fue porque este joven acompañó a los del Univ y pudo pasar un día por la ciudad donde vivían sus padres. Pero solo un día. Creo que hay casos mucho peores, pero no los he conocido.

Mi conclusión es que el dulcísimo precepto se practica de diferentes formas, algunas de ellas chocantes. Y sostengo que en esto, como en muchas otras cosas, se cumple la ley de "quien no llora no mama." Si pides y tienes poder para presionar puedes conseguir bastante. Si sacrificadamente no pides porque te crees lo de que "la obra es una familia numerosa y pobre", si esperas que el opus se de cuenta de que tu familia te necesita, si esperas que los directores tomen la iniciativa y te digan, "oye Dionisio, hace mucho que no ves a tus padres, aquí tienes un billete de avión y pásate una semana con ellos," pues vas apañao, y tu familia más.

Con todo cariño desde el Areópago
Dionisio







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