Como las bolas de jugar (Cap. 50 de 'El buen pastor').- Nachof
Fecha Sunday, 19 September 2004
Tema 100. Aspectos sociológicos



COMO LAS BOLAS DE JUGAR

Cap.50 de 'El buen pastor'
Enviado por Nachof el 19-septiembre-2004

Cuando sales de la obra existe un peligro: que te utilicen como esas pequeñas bolas que utilizan los niños para jugar. Ellos hacen un agujero en tierra que cuando yo era pequeño, hace ya muchos años, denominábamos "guá" en España. Utilizando un símil podemos decir que el que sale del opus es la bola y la obra es un agujero, donde unos consiguen salir y otros no. Los que consiguen salir de la prelatura tienen el peligro de que un viento les haga volver al primitivo sitio. Eso es lo que estos días está quedando reflejado en opiniones publicadas en opuslibros...

El primer paso que se da cuando sales de la obra es que los directores te invitan a hacerte cooperador y seguir en contacto con la prelatura. Esta regla no es fija, puesto que a mí ni siquiera se me invitó, puesto que el director de agregados de la delegación de la obra en Madrid Oeste aseguró que tenía noticias de que a mí no me interesaba. No se de dónde había sacado tal opinión este "hermano que me acompañaba hasta la puerta de salida" de la institución.

Si sigues en contacto con la obra --porque eres cooperador y aportas dinero o porque rezas por lo fundado por el Santo marqués de Peralta--, ya estás enganchado con alfileres. Te encuentras cerca del "guá" y tienes muchas posibilidades de que vuelvas a caer en el agujero. Por ello, si has salido de la obra y no quieres volver a caer en la trampa lo mejor es cortar todo contacto. Ya se encargarán muchos de ellos en no saludarte por calle o en olvidarse de tus cumpleaños o santo, como hacían antes. Calculo que el 80 por ciento de lo que fueron "mis hermanos" durante los casi 34 años que estuve en la obra, nunca saluda. De ahí que yo ahora no quiera contacto con nadie de los que antes tu les saludaban con la palabra "¡Pax!" y ellos respondían "¡In aeternum!".

Los que eran "mis amigos" cuando me fui de la obra pueden haber sido los que revelaron las conversaciones que tuvieron conmigo y así el director de agregados de la Delegación de Madrid Oeste tuvo una opinión que venían de uno de ellos. No se de dónde lo sacaron, pues no tengo conciencia de haber dicho eso, que no quería ser cooperador.

Cuando sales de la obra te dan ni el dinero de calderilla para tomar un autobús de vuelta a tu casa. En mi caso, el director de agregados, que parecía saber tanto, ignoraba que un mes antes me había tocado el segundo
premio de la Lotería Nacional de Navidad. Cuando se lo dije, al irme, me contestó: "Enhorabuena. Ya conozco a alguien que dice que le ha tocado". Eso sí, mi inbterlocutor me recordó que tenía que firmar un papel de liquidación de mis acciones en obras corporativas o instituciones relacionadas con el opus dei. No lo firmé y lo dejé para más adelante. Por ello, dudo qué habrán hecho con mi firma. Que aprenda el opus de otras instituciuones de la IGlesia que sí ayudan a los que se salen.

La obra ha sido tan generosa conmigo que en los casi 34 años que estuve dentro nunca me dieron dinero para contribuir a los gastos extraordinarios de mi casa, donde yo era uno más. Esto no son mentiras y falsedades que nos inventamos. Es la pura realidad. En mi caso, lo más que conseguí fue que pagaran la mitad de mi último automóvil --por supuesto utilitario--, que aún uso y eso, después que me puse muy serio, pues no querían dar nada. Qué cosas, los que no tenían dinero, en 24 horas consiguieron un millón de pesetas.

La obra es tan generosa que hasta una vez que solicité aumentar la cuota para el sostenimiento de mi domicilio familiar, el director cogió papel y bolígrafo y empezó a hacer cálculo de lo que percibía, para llegar a la conclusión de que no me hacía falta. ¡Qué generosidad! Por lo visto, tenía que vivir de gorra de mis padres. ¡Vaya cara!

Al hacer la incorporación definitiva como agregado a la obra debes hacer testamento ológrafo. La única salida a tu deseo es dejar todo lo que posees a la Universidad de Navarra, al Colegio Mayor Moncloa o al colegio Tajamar, por decir tres obras de las que se denominan corporativas. Por si hubiera alguna duda, te dan una lista de veinte numerarios del opus dei para que los designes como albaceas que interpreten tu testamento, en el caso de que fallezcas. A tus padres, hermanos o instituiones de caridad fuera de la obra no les queda ni las sobras de la comida.

No entiendo cómo alguien que ha vivido esto y ha sido director --así se dicen algunos que siguen cantando las excelencias de la prelatura del Santo Marqués de Peralta-- puede decir que todo esto que afirmamos es mentira. Pienso que no ha estado ciego, puesto que por sus manos han pasado muchos testamentos de agregados o numerarios. Como se sabe, los supernumerarios no tienen obligación de hacer testamento cuando hacen la fidelidad.

Estos queridos "escribientes" (seguidores de Escriba, de joven, pues luego se cambió a Escrivá y añadió de Balaguer) cerca de volver a entrar en el "guá". Los que dicen que mentimos es o porque les queda poco para que le empujen con un soplo o porque son numerarios, agregados o supernumerarios que escriben al dictado de sus directores (jefes). A los que están casados les felicito por tener mujer e hijos que colman sus ansias de felicidad. Si han salido, ¿por qué no se quedaron dentro? ¿No dicen ellos que fuera de la obra existe el infierno y no se garantiza la felicidad eterna?


Continuará





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