Cuando seas mi amigo.- José Carlos
Fecha Friday, 17 September 2004
Tema 020. Irse de la Obra


Cuando seas mi amigo

Querido Daniel (12-IX):

No quiero que pienses que estoy pasando de ti. Sigues preguntando por qué nos fuimos los que agradecemos tanto al Opus Dei y admitimos que fuimos felices dentro. Es lógico que te parezca que algo no cuadra, como tampoco les cuadra a otros.

En mi caso, pues claro que lo pasé mal durante los meses de crisis: muy mal, sólo recuerdo otro momento de mi vida en que haya sufrido de esa manera. Pero esos seis meses me parecen muy poca cosa en comparación con los dieciocho años previos, en los que realmente aprendí mucho y bueno, conocí a gente fantástica, disfruté cantidad y creo que llegué a ser mejor persona de lo que hubiera sido.

Pero es verdad que tengo pudor en relatar los detalles de mi salida. Algo ya conté hace tiempo (23-XI-03), en mi “primera etapa” en la web (¡qué exaltados estábamos entonces!), antes de que tú te subieras al tren. Pero tienes razón que me cuesta divulgar lo profundo de mi intimidad en un foro público.

Y no es porque no sepa confrontarlo: todos mis amigos conocen las circunstancias, como las supieron en cuanto me fui. Las conocen, y comprenden mi actitud. También las conocen amigos-as que he encontrado desde entonces, varios de esta web, incluso algunos bien allegados a los orejas. Pero fuera de ese círculo de confianza… todavía no me atrevo.

Date cuenta de que en esta página hay lectores que deliberadamente rehúsan dirigirme la palabra, y me critican por terceros; no hace mucho, se me tildó de “tonto, tontísimo, de lo más tonto que hay”; y de vez en cuando, lo que digo – creo que con buena intención – suscita reacciones viscerales. Si además de este ambiente que a veces se muestra hostil unes la posibilidad de que me lean por todo el mundo, y que – como ya ha empezado a ocurrir – haya gente que me reconozca… hasta ahí no llego.

Tampoco quiero dar lugar a que nadie juzgue a las personas involucradas en esa época de mi vida.

Pero con mis amigos ya es otra cosa: cuando seas mi amigo, te lo contaré y verás que no tiene nada de especial. Entretanto, por favor cree la sinceridad de mis sentimientos.

A emeve (10-IX): a mí también me conmueve tu historia, y te prometo contestación sobre lo que preguntas. A Atticus (6-IX, 15-IX): gracias por extender la mano de la concordia. A mis vehementes amigas argentinas (M. de A. y Adri), un beso. A Dany (12-IX), muy buenos tus consejos a C. Martínez (10-IX), sigo pidiendo por él y por su hijo. A Ridgewood (15-IX): por lo que cuentas debiste pedir la admisión en 1971, bastante antes que yo: no te recuerdo de USA, pero espero que te vaya bien por estas tierras. A Chemi (15-IX): muy bonito lo que dices de la amistad verdadera y cómo te lleva a Dios, así ha de ser (y puede ser) la amistad siempre, dentro y fuera. Y a M.C.C. (15-IX) y todas las numerarias auxiliares, que han sido, son, y serán, tenéis mi admiración y gratitud más profundas.

Termino con una pregunta totalmente trivial, que me ha estado intrigando y me recordó Satur cuando en uno de sus correos recientes utilizó – sin venir a cuento, como siempre – un verso de José Luis Perales: ¿es verdad que la canción de Perales que dice, “a veces me pregunto si en verdad valdrá la pena, dejar la vida entera en un papel, no sé, no sé” se refiere a la petición de admisión?

Un abrazo cordial a todos,

José Carlos









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=2898