Alineación y alienación.- Nancy R.
Fecha Monday, 15 April 2024
Tema 077. Numerarias auxiliares


Querida María, quedé sumamente impresionada por su testimonio “Mis vivencias en el Opus Dei como numeraria auxiliar”. Usted sabe la razón. Yo fui parte del consejo local de la casa pequeña en la ciudad donde usted cantó el salmo y, si bien es cierto que yo trabajaba fuera todo el día, nada excusa mis omisiones. Quiero decirle que la directora de ese entonces decía que debíamos entender a las auxiliares y a mí me corrigió una vez que, por precipitación, dejé de manera descuidada en mi habitación la ropa que usted había planchado. Me dio mucha vergüenza y me di cuenta de mi falta. Pero, gracias, muchas gracias por habernos cuidado en aquella pequeña casa, gracias por su trabajo, por los detalles, por sus cantos en la Misa… Es un alivio poder expresarnos estas cosas directamente después de haber vivido en un régimen en el que la comunicación era tan reglamentada. Y sí, ya sin miedo a tener una amistad particular, le puedo decir que sí, que canta precioso y que siempre noté sus talentos. Deseo de todo corazón que pueda seguir cultivándolos.

Su escrito también me hacía pensar en que en la institución hay una cultura de “alineación y alienación”. Los medios de formación, las meditaciones, las lecturas, etc., son para que uno viva “el espíritu”, para que uno actúe de una manera determinada, según las expectativas, por lo que no se valida lo que no coincida con eso. Recibimos validación si cumplimos el horario, si estamos en medios de formación, si hablamos de apostolado y temas institucionales en la tertulia, si seguimos las reglas… lo que se salga de allí no se valida… uno debe “ser y hacer el opus dei”. Si uno decía algo discordante, lo escuchaban, pero la respuesta que nos daban era un “sí, pero las cosas son según la institución”. Y así es la comunicación de la organización con la Iglesia, con los medios de comunicación, con las redes sociales, con sus miembros… Qué penoso es que no puedan escuchar a quienes han entregado la vida por el ideal ni puedan de validar las necesidades humanas básicas –como la del descanso debido que usted comenta –.

Finalmente, quiero agradecerle de todo corazón por haberme escuchado en la conversación telefónica que tuvimos hace poco y que, cuando le pedí perdón por mis omisiones, me haya respondido: “me basta con saber que usted también está afuera”. Y sí, gracias a Dios estamos fuera.

Nancy R.









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